“El toreo no es graciosa huida, sino apasionada entrega”: José Alameda
Me permito compartir con ustedes, maravillosos amigos, una de las entrevistas que más me han llenado en mi vida de periodista, la que hice para la revista de Teléfonos de México, al inolvidable Maestro José Alameda, justamente el 2 de enero de 1988, época en la que el licenciado Julio Téllez organizó con el apoyo de él y de varios grupos y autoridades, la celebración de los 100 años de corridas en la Ciudad de México. La esencia del Maestro Alameda trascendió al universo el 28 de enero de 1990.
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El 2 de enero iniciamos propiamente el año taurino de 1988, y de qué mejor forma que con el magnífico maestro de la crónica taurina don José Alameda, quien nos recibió con gran amabilidad en un maravilloso mundo rodeado de sus libros, pinturas y esculturas, aunados a los recuerdos que vienen a su mente, para así con ellos conformar esta entrevista.
– Maestro Alameda, muchas gracias por recibirme, ¿cómo fueron sus inicios, existió algún nexo familiar?
“Bueno, sí he tenido gentes aficionadas muy cercanas a mi, principalmente mi padre, aunque no tuvo intervención directa en este asunto. Yo era aficionado a los toros por causa suya, pero se debió a un mero accidente el que yo formara parte del gremio de los periodistas taurinos; un día me llevaron a una entrevista que se hacía sobre diversas cosas, no solamente sobre toros, y ahí empezó todo…
“’El boletín radiofónico de las Américas’, que así se llamaba, y que era una revista que tenía su faceta radiofónica que la hacía Bonifacio Fernández Aldana, periodista español muy querido en México donde hizo una gran labor, yo no lo conocía, me lo presentaron ese día y yo respondí a las preguntas que me hicieron, algunas de las cuales eran de toros.
“Al día siguiente me llamó el dueño de la estación que era don Ricardo Hinojosa, me dijo que me había escuchado, que le había gustado mucho lo que yo había hablado sobre toros, que si quería que me daba un programa semanario, y así fue, me dio un programa los domingos a las nueve de la noche y me hizo cronista taurino, sin que yo tuviera el menor propósito de este asunto, cuando me lo dijo me agradó y acepté“.
– ¿Fue aficionado práctico?
“Bueno, yo creo que todos los que hemos empezado a ser aficionados muy jóvenes, hemos querido ser toreros de alguna manera, sino profesionalmente, por lo menos prácticamente, y sí, sí fui aficionado práctico, tomé parte en muchos festivales, tomé parte en muchas tientas y actué una vez vestido de luces y fue mi presentación y despedida, porque una vez que ya me cerraron las puertas y vi que aquello era obligatorio, ya no me gustó y ahí terminó mi carrera de torero“.
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– ¿De esa época, cuál es su recuerdo más grato?
“De esa época mi recuerdo más grato fue la actuación de algunos matadores de toros muy famosos a los que conocí en el campo y me ayudaron muchas veces, uno de ellos, Juan Belmonte.
“Con Juan Belmonte he toreado en el campo de Salamanca, en España, unas cuatro o cinco veces en las ganaderías de Clairac, y en otras que ahora no recuerdo.
“También con Manolo Bienvenida y algunos otros más que han sido toreros famosos, me agradó mucho haber alternado con ellos, lo que me sirvió sobremanera, aprendí bastante, porque se aprende con la práctica y con la vecindad con las grandes figuras“.
– ¿Qué le impulsó a venir a México?
“Vine a México por razones políticas, aunque no mías, sino de mi familia. Mi papá ocupó cargos políticos muy importantes en España, fue presidente del Parlamento, fue Ministro de la Presidencia.
“Con don Manuel Azaña, cuando él fue presidente ocupó cargos políticos que le impedían estar en España. Por ese tiempo yo estaba en París, y viendo que las cosas se ponían difíciles por la guerra que se estaba extremando, elegí venir a México, y me vine por delante.
“Yo conocía mucho México por los periódicos, mi papá que era aficionado a los toros era muy amigo de Rodolfo Gaona, fue gaonista y luego muy partidario de Chicuelo que fue ídolo en México.
“En mi casa se recibían los periódicos El Universal, El Universal Taurino y el Excélsior que entonces empezaba, leía a todos los grandes cronistas de aquel tiempo; a Miguel Necoechea Latiguillo, a Gonzalo Espinosa Don Verdades, que por cierto escribía en el Excelsior, al famoso Carlos Quiroz Monosabio, y al que luego sería íntimo amigo mío en sus últimos años, Rafael Solana Verduguillo.
“Conocía a México como si hubiera vivido aquí, conocía los slogans publicitarios, conocía a las personalidades, los problemas, no diría yo que incluso políticos, porque a esa edad todavía no era yo aficionado a esa cosa que se llama política, pero la vida de México la conocía muy bien, entonces elegí venir y aquí estoy“.
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– ¿Cómo evolucionó su carrera en México?
“Pues mire, eso que le conté de la entrevista fue en la emisora XEBZ, ahí fue donde empecé, porque me lo ofreció el director y dueño de la emisora, posteriormente, ya no por voluntad propia sino por encadenamientos de los sucesos, fui cronista de Radio Mil en los primeros tiempos, porque era jefe de redacción cuando esta estación se fundó.
“Después por adhesión propia y por gestiones que hice, pasé a la XEW donde no había cronistas, en esta radiodifusora empecé el día 4 de noviembre de 1945, fue ahí donde realmente me inicié profesionalmente“.
– Como el extraordinario cronista que es maestro.
“Muchas gracias, es una gentileza suya. Ahora bien, creo que he sido el que más tiempo he estado, ya no como cronista taurino, sino frente a los micrófonos de XEW; estuve 30 años, si me dice… ‘bueno es que empezaron otros antes’, yo le contestaría, sí mucho antes, pero también se fueron antes“.
– No hubo continuidad.
“Yo estuve 30 años y creo que es un récord“.
– Quiero hacerle notar que usted nos deleita con sus crónicas por su excelente manejo del lenguaje.
“Muchas gracias, es usted muy gentil. Eso dicen algunos amigos, eso han escrito algunos conocidos intelectuales mexicanos, que piensan que yo hablo bien el castellano, lo hablo como puedo, pero no creo que todavía deba hacerlo bien“.
– ¿Maestro, existe alguna faena que tenga especial atención por usted?
“Faenas me han impresionado muchas, pero creo que ninguna queda de una manera demasiado ejemplar. Me han llamado la atención muchos toreros, pero más que nada me ha llamado la atención mi amistad con el público.
“A lo largo de mis actuaciones fui contrayendo una amistad grande con los aficionados, con los conocidos y no conocidos, aunque todos nos conocemos de alguna manera.
“A mi me encanta la convivencia con el público y me considero bien pagado con la respuesta que da; porque todo lo que he hecho ha sido siempre pensando en el público. Como suelo decir: ‘el público es primero’, lo que no quiere decir que algunas veces no se cometan algunos errores colectivos, pero son las menos de las veces.
“Yo creo que el público es el que tiene el derecho a juzgar, porque es el dueño del espectáculo y porque tiene un instinto muy certero que raramente se equivoca , el público de los toros es en definitiva, el que da en el clavo mucho más que los sabios o que los especialistas“.
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– Maestro Alameda, añoramos esos excelentes programas conducidos por usted en la actualidad existen algunos que nos desorientan. ¿Tiene algo en mente para volver a realizarlos?
“Bueno, salvo lo que se refiere a mi persona, me parece muy certero lo que usted ha dicho, pero me parece que es resultado de las circunstancias, no hay propiamente una información taurina muy definida en los medios informativos, salvo en los periódicos, aunque también en ocasiones desorientan.
“Sin embargo, no siempre fue así, hubo un momento que coincidió felizmente con mi mayor actividad, en que había una televisión y una radio, pero sobre todo la televisión, muy encausada, muy definida al toreo, programación que el público podía encontrar a horas estelares que se le dedicaban, quizá porque el auge de la fiesta lo merecía, cosas que no podemos decir que sucedan ahora. Todo va en consonancia con los sucesos fundamentales.
“En principio falta información dirigida, aunque hay ensayos, muchas veces no se conocen. Sucede que de repente se oye hablar de toros a una hora que uno no esperaba y otras veces, cuando se espera no se tiene la información.
“¿Por qué? Porque se perdió la continuidad que hubo durante veintitantos años. Por ejemplo, en los principales canales de televisión, digamos el canal 2, en donde se informó a la gente directamente desde la plaza, fuera yo o fuera otro; ya que la familiaridad con el medio y con la voz informativa es importante para que el público entienda.
“Una persona con quien usted habla o a quien usted oye hablar con cierta continuidad y con cierta fijeza acaba usted por entenderla, mientras que si la cosa es muy esporádica y es un poco a salto de mata, no se entiende. Entonces, tiene usted razón, es una información que desoriente, no tanto por incapacidad de quienes la ejercen, sino por el sentido inorgánico con que se produce, esta es la verdad“.
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– Maestro Alameda, ¿qué representan estos 100 años de corridas en la Ciudad de México?
“A mi me parece un acierto lo que se ha señalado de los 100 años de corridas en la Ciudad de México, porque antes había unos espectáculos también muy inorgánicos y mal concebidos. Fue con la llegada de Luis Mazanttini cuando empezó a formarse muy a la usanza española, puesto que la fiesta nació en España, eso es indudable. Aunque haya quien discuta la paternidad de la Fiesta.
“Es una fiesta española que llegó a México hace 100 años, esto fue un hallazgo de un muchacho que se llama Coello, que es bibliófilo, quien platicó con el licenciado (Julio) Téllez, que es aficionado y cronista taurino y hombre de mucho impulso, y ambos se pusieron de acuerdo con el joven Contreras, director general de Cultura del Departamento Central, y se organizó la conmemoración del centenario. México ha tenido gran presencia taurina, las mismas etapas que ha habido en España, las ha habido en este país.
“Es últimamente cuando yo observo, por razones muy simples, una cierta decadencia taurina con el toro pequeño. Que se dice que la ha habido siempre… ¡no! Ha habido protestas para que hubiera toros chicos cuando los toros eran muy grandes y empezaban a condescender, pero la protesta que había entonces porque un toro no diera los cinco años, no es la misma protesta que debe haber ahora cuando algunos ni siquiera llegan a los tres años.
“Esta pequeñez de los toros hace posible la multiplicación del espectáculo y no es bueno que haya muchas corridas, porque hay muchas corridas malas que son un remedo. Son corridas de toros con matadores vestidos de luces que no tienen categoría.
“Todos los días se leen en los periódicos informaciones de orejas y rabos cortadas a becerradas que no debieran tomarse en cuenta, y en las que se matan a los animales cuando no tienen la edad para ser toros; lo que provoca escasez de toros para las verdaderas fiestas taurinas. Ha decaído la fiesta brava y tenemos que hacer algo para sacarla de esa disolución, de esa dispersión en la que está“.
– Maestro Alameda, ¿alguna anécdota a la cual le tenga especial aprecio?
“Anécdotas han habido muchas, viví mucho tiempo en el callejón, sufrí muchos asaltos de toros, pero eso no creo que tenga más que una explicación natural: el que está muy cerca del peligro pues se expone a el, nada me ha pasado verdaderamente pintoresco, los toros se han brincado muchas veces.
“Por ejemplo, recuerdo que en la segunda corrida en que alternó Luis Miguel Dominguín en México, creo que en la plaza de toros de Orizaba, no había en el callejón burladeros y un mismo toro de La Punta saltó once veces por donde yo estaba, en una de ellas, tuve que tirarle el micrófono al testuz y me hice el quite, con mi propio instrumento de trabajo”.
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– Maestro Alameda, ¿Podría mencionar su producción literaria?, ya que ineluctablemente, ahora que tuvimos la oportunidad de estar en las conferencias de los 100 años de corridas en la Ciudad de México, resultó un placer escucharle algunos de sus sonetos.
“De poesía sobre el tema taurino, probablemente tenga un solo libro que se llama ‘El seguro azar del toreo’, pero de otros temas, muchos: ‘Ejercicios decimales’, ‘Perro que nunca vuelve’ y ‘Sonetos para sonetos’, entre otros, tengo varios libros puramente de poesía lírica que son los que más aprecio, los que siento más míos.
“Estos trabajos me han llevado a pensar que cuando más sólo está usted, es cuando crea líricamente, cuando usted está más solo es cuando es más usted mismo y lógicamente lo que más quiero de cuanto he producido son mis libros de poesía lírica, pero como es lógico, a lo que le debo mi vida porque me la he ganado con ese tema, es a los toros.
“Me da mucho gusto que usted haya asistido a las conferencias, uno de los ejercicios más bonitos que hay, para el que puede realizarlo, es la conferencia, tiene mucha gracia, tiene un azar tauromágico, que se enfrenta en ellas y yo hablo sin apuntes y sin papeles.
“Porque considero que la conferencia es un diálogo y una especie de confidencia, más que conferencia para con aquellos amigos, ese grupo de amigos íntimos que se reúne con nosotros y con quien da gusto platicar, es un género que no debe ser muy largo para no cansar a los presentes, hay que resumir lo más que se pueda aunque sea difícil, por ejemplo, en mi caso, cuando me pongo hablar, quiero seguir y seguir hablando, sobre todo cuando estoy bien de voz”.
– Maestro, ahora que ha mencionado el significado de lo que es la conferencia para usted, ¿nos honraría con una conferencia en un futuro cercano en Teléfonos de México?
“Una conferencia por teléfono, es un género nuevo… con mucho gusto cuando usted quiera lo podemos hacer”.
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– ¿Cómo ve el horizonte de los actuales novilleros?
“No lo veo mal, hay una gran cantera de toreros, es una frase hecha pero es una frase certera, salen muchos toreros buenos, lo que no es bueno en este momento es el clima, y la organización, pero novilleros buenos hay muchos y lo mismo los de hace años que los actuales.
“En el futuro habrá novilleros extraordinarios, aunque eso del torero extraordinario se reparte como el genio: Dios suelta un genio y puede caer en México o puede caer en España, o en otro país taurino, eso sucede también con los grandes artistas en todos los géneros. Rubén Darío nació en Metapa, Nicaragua, no conozco la población pero debe ser un poblacho, sin embargo, ha sido uno de los más grandes poetas de la Lengua Castellana.
“El genio no tiene nacionalidad, el genio nace donde quiera. Ahora bien, se puede afirmar que México es un país que tiene muy buenos toreros aunque desgraciadamente muchos de ellos se malogran”.
– Se había vivido un marasmo en la fiesta, las plazas no se llenaban, sin embargo, Manolo Martínez anunció su regreso y de inmediato se volvió a sentir la efervescencia, ¿a qué atribuye esto?
“Considero que se debe al interés que inspira el torero, yo creo que Manolo es un torero muy interesante, y lo que pasa es que la gente quiere ver toreros estándar, que sean de cierta manera, y cada torero es a su manera.
“A Manolo Martínez la manera se le ha extremado, y lo digo en el sentido literal de la palabra, se ha ido a los extremos, es difícil que Manolo Martínez esté siempre bien, pero cuando está bien, está mejor que como estaba antes.
“Es un torero muy interesante porque es un verdadero artista del toreo, en Guadalajara, y en Aguascalientes, ha realizado varias faenas, las de Guadalajara las he visto, si no las tres, que creo que han sido tres, por lo menos dos de ellas, las he narrado por radio y me han pasmado.
“Yo creo que vale la pena, si no seguir a Manolo Martínez, esperarlo, porque en un momento dado tiene una capacidad de expresión verdaderamente de arte, es un torero que tiene una expresión estética de primer orden y, sobre todo, un enorme sentimiento de expresión y de comunicación con el público.
“Si entre esas faenas hace después cuatro o cinco que son fallidas, son fracasos naturales en un hombre y en un torero de esa condición, pero vale la pena esperar al logro de sus faenas auténticas.
“Entonces el público no estaba mal, la gran personalidad del torero contribuyó a galvanizar la fiesta y a levantarla, eso ha estado bien y ha habido mayor movimiento en el buen sentido, no en el sentido de que haya demasiadas corridas malas, sino de que haya corridas importantes, porque toda corrida donde figura un artista auténtico, es importante”.
– Maestro Alameda, algún mensaje que tenga a bien para la familia telefonista:
“Pues que quiere usted que les diga, y no se los digo por teléfono, aunque haremos de cuenta que se los estoy diciendo en forma directa y muy cariñosa, desde luego al director general, me parece admirable que quien tiene a su cargo la misión de conducir un medio de comunicación tan importante sea verdaderamente aficionado a los toros, le debemos mucho.
“Yo no a este director general, pero si a otros anteriores como a Hugo Beckman, le he debido mucho apoyo cuando necesitaba líneas para transmitir y a él lo considero igual, como si es aficionado a los toros, como que está en un puesto donde puede hacer mucho por la Fiesta.
“Al profesor Mariano Franco un cordial saludo, y tanto para los demás compañeros les mando un abrazo muy grande y que vayan a los toros todos los días, que aplaudan lo que les guste, que chiflen lo que no les guste, pero que vivan la fiesta.
“Porque la fiesta es una cosa evidentemente vital, sensible, lo que hay que hacer es entender de ella, pero no cuidarse demasiado de la doctrina ni de la erudición, sino poner el corazón sobre la arena lo mismo los espectadores que los toreros”.
¡Dígase la verdad… aunque sea motivo de escándalo!
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