Crónicas

En la Monumental México… Las ilusiones pasadas por agua

Monumental Plaza de Toros México. Viernes 25 de Octubre 2019. Décimo primera novillada de la Temporada Soñadores de Gloria. Unas tres mil personas en medio de la casi inacabable lluvia. Se lidiaron seis novillos de Caparica, correctamente presentados, mansos, descastados, no pelearon en el caballo, se defendieron buscando deshacer el encuentro, así como salir huyendo buscando la salida a su ganadería. Los debiluchos jamelgos de la cuadra de picar, cada vez son más vulnerables y con solo el soplido de los utreros caían en la arena como lirios desmayados.

José Sainz: Aplausos y silencio.

Sebastián Ibelles: Saludó en el tercio y silencio tras aviso.

Jusef Hernández Medina: Silencio tras dos avisos y palmas.

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Una ilusión eterna, o por lo menos que renace a menudo en el alma humana, está muy cerca de ser una realidad”: André Maurois

Justo esta frase apareció insistente por el archivo de sastre de mi memoria, cuando veía a las presurosas ilusiones, que acompañaron a los tres novilleros, quienes buscaban afanosos que la realidad les concediera el triunfo.

Los novillos de Caparica, no dieron opciones al ahínco de la terna, pero más allá de eso, quien volvió a mostrar una cualidad que poco concede Dios, sí esa del carisma que cautiva al público, que le asume como propio al ídolo, o en este caso, al prospecto bisoño venido de Yucatán, de esa mágica blanca Mérida, fue, Jusef Hernández Medina, quien desde su primera comparecencia este año en el mayor coso del mundo, cayó de pie en el noble espíritu de los asiduos diletantes taurinos.

A pesar de que la pertinaz lluvia comenzó a inundarnos desde el primer novillo, nadie se movió hasta ver en el cierraplaza a Jusef.

La gente le ve con cariño, observa con respeto su inquebrantable voluntad e indiscutible entrega, y por ello, le impulsa en cada momento.

Y es evidente que existe una comunión entre ambos -público y novillero- quien en poco tiempo puede llegar a buen puerto, si la empresa de la Monumental México le ayuda a consolidarse como un estupendo novillero.

Porque al fin y al cabo, Jusef, es un importante hallazgo de la empresa, de Mario Zulaica, y ya estará en él conducir a este joven rumbo a la evolución definitiva.

Con su primero -tercero del festejo- de nombre Cochi, Jusef, decidió ir a porta gayola a recibirlo, no sin antes aventar a las alturas una moneda que simboliza el todo por el todo.

Así salió en novillo y Jusef consumo dos largas aguantando y porfiando, para ya de pie, dejar chicuelinas con el firme propósito de recortar el caminar del huidizo ejemplar, las que fueron recortadas con una entusiasta revolera.

El novillo como manso que resultó, intentó huir y ahí se encontró al picador que aguardaba en la querencia natural, por el impacto y la manifiesta debilidad del jamelgo, cayó en la arena; en medio del desorden, el de Caparica logró llegar hasta con el picador de la contraquerencia y ahí recibió hasta dos puyazos tapándole la salida.

Jusef, tomó las banderillas, y lució con su primer cuarteo, el segundo falló el tino dejando sólo una banderilla, mientras que en el tercero apareció un par al violín que fue celebrado con fuerza por parte de la asistencia.

Tras el brindis al público que heroicamente aguantaba la lluvia y apoyó sin tasa ni medida al valentísimo novillero yucateco, comenzó su exposición con pases con la derecha tras un cambiado por la espalda.

Asistió a comparecer la mano diestra y cuando todo iba hacia mejor, de pronto se le cayó la faena ante la asfixiante mansedumbre del novillo. Hubo mayor esfuerzo con la mano derecha, ya que la izquierda presentaba el dedo anular fracturado, pero el muro infranqueable del descastamiento no pudo ser derribado. Con el acero, ha estado desacertado, escuchando hasta dos avisos.

Con el que cerró plaza, de nombre Chamaco, lo recibió con el lance del Ojalá creación del inolvidable Pana, para después de un mal tercio de varas, volver a cubrir el tercio de banderillas, y ahí Jusef ha estado bien, muy bien, luciendo y saliendo airoso, por lo que el público le tributó una batería de júbilo de pie.

La faena fue una lucha constante para sacar agua a la piedra de mansedumbre que tuvo frente a él, de tanta insistencia por parte del novillero, resultó feamente cogido, por fortuna, sin nada que lamentar, algunos guantazos por toda su geografía corpórea, pero sólo eso.

Tras un picotazo con el acero, apareció una entera baja, que ha sido suficiente, el público le aplaudió reconociendo su pasión y entrega inquebrantables.

Queda claro que, Jusef, quiere ser torero, todo está en él para conquistar sus más caras ilusiones.

También han participado, José Sáinz, quien vino desde San Luis Potosí. Su faena plena de voluntad trazó series con la derecha que han estado un tanto alejadas de su cuerpo, aunque con la izquierda, el toreo al natural, ha tornado correcto. Tras una estocada defectuosa y una buena rueda de peones, escucharía aplausos.

Y que sale el cuarto, y de inmediato buscó la salida hacia su ganadería, por lo que saltó al callejón. Puso en orden el joven Sáinz, con chicuelinas y dos medias estupendas. Colocó en el caballo a su novillo, cayendo el debilucho jamelgo con la mirada incrédula del utrero.

La faena sumó pases con ambas manos de notable esfuerzo y limpieza, haciéndose evidente la inquebrantable voluntad de superar el reto de la mansedumbre que tuvo frente a su muleta. Dejó media estocada y claudicó el novillo.

Sebastián Ibelles, es un joven novillero que tiene muchas cualidades, pero intenta torear como en los años cuarenta, retrasando el engaño y emulando al inolvidable, Silverio Pérez. Sólo que el toreo ha evolucionado y más que retrasar el engaño, hay que darle mucha dimensión al muletazo.

Con su primero que, por cierto, con el sólo mirar tumbó al inválido y anciano jamelgo, Sebastián, estructuró una faena correcta, tres doblones bien rematados, ha sido el contundente prólogo, para dejar dos series una con la derecha y la respuesta con el toreo al natural, que fueron importantes, sólo que todo se diluyó, porque obligó y mucho al utrero que acabó claudicando. Tras hacer uso del acero, y ver caer a su ejemplar, saludó en el tercio.

Con el que hizo quinto, de nombre, Bestia, el joven Ibelles, ha estado correcto, insistiendo y extrayendo lo poco que tuvo el mansesco ejemplar. A Sebastián le urge ir a España, para afinar su técnica y en consecuencia evolucionar en su toreo. No estuvo acertado con el acero, y hasta escuchó un aviso.

Al final, antes de retirarnos, mi hermana Tere y yo, nos asomamos a ver la soledad de la Monumental México, en medio de la inacabable lluvia…

… esta escena nos hizo recordar a tantos que han pasado por su ruedo con las ilusiones que no les cabían en el corazón.

Unos conquistaron su reto, otros se quedaron en el camino, no obstante, todo está en nunca, nunca dejarse vencer por la adversidad; y si se cae, aprender a levantarse para conquistar el triunfo.

¡Dígase la verdad… aunque sea motivo de escándalo!

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@PERIODISTAURINO 

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