En Huari… Torres Jerez y Fabio Castañeda comparten puerta grande

11 octubre 2019 Martín Campos

Huari, Ancash (Perú). Viernes 11 de octubre del 2019. Plaza de Toros Monumental Huari. Con tendidos completamente llenos se dio la primera tarde taurina en honor a la Virgen del Rosario Mama Huarina, se lidió un encierro de seis astados de Colorado, descastados, faltos de raza y desarrollando prontamente sentido. Cuatro terciados y dos más hechos en toro, los 1° y 6°.

Paco Ramos: Silencio y silencio.

Torres Jerez: Oreja y oreja.

Fabio Castañeda: Oreja y oreja.

Detalles:

Encabezó el pasacalle por las calles hasta el mismo redondel, el Capitán de Plaza el señor Robinson Sotelo, acompañando a las cuadrillas en medio de la algarabía popular tal como es costumbre en la localidad.

Impresionante luce el coso huarino albergando a las doce mil personas que lo colman.

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Llegar nuevamente a Huari es una experiencia reconfortante pese a las casi doce horas de carreteras penetrantes entre los macizos andinos de esta parte del Perú. Lo es en las alegorías representativas de sus barrios tradicionales: San Juan, El Milagro, El Carmen y San Bartolomé, cuyos parroquianos testimonian el profundo fervor hacia su patrona, la advocación Mariana de la Virgen del Rosario, la Mama Huarina ─suya y nuestra─ a la que, contagiados del misticismo local, hemos reverenciado y agradecido habernos traído con bien.

Es en la lozanía y frescor de los juveniles rostros de las cuadrillas de los huaridanzas, las pallas y el sarao, que con la policromía de sus atuendos pasman nuestras miradas del goce desmayado, como un pase rendido, otorgando impulsión silente a todo posible estímulo.

También evidentemente, nos conmueve la fervorosa pasión con la que la fiesta taurina se vive y desarrolla aquí. Prácticamente todo el pueblo se vuelca en el espontáneo arropar a los toreros, acompañándolos calles abajo hacia la misma plaza de toros, la impresionante Monumental, que afora nada menos que las doce mil almas.

En los últimos años varios aficionados locales engrandecieron este espíritu taurino local, pero indudablemente fue la diligente y tenaz labor de los integrantes del Círculo Taurino de Huari lo que ostensiblemente contribuyeron para ello logrando consolidar, de momento como afirman, estas dos tardes de toros, contando con el innegable esfuerzo de todos los grupos taurinos por sumar voluntades. Como en esta ocasión en que se entregará a los triunfadores un solo trofeo en conjunto. Bien, muy bien.

Paco Ramos, de azul lila y azabache, ha salido por delante abriendo plaza con el colorado, de 510 kgs., echado primero, enmorrillado, adelantado, que mete la cara en los de recibo. En varas rectifica Cahuantico. Cambiado apenas con un par.

En muleta repucha, tardea y se vence por el derecho yendo mal por ese pitón. Pases sueltos del matador castellonense que no está a gusto. Media estocada tendida y caída. Pinchazo hondo y descabello.

Con su segundo las cosas no toman rumbo distinto. Mal lote como malo el encierro en general. Colorado, listón y bociblanco, toma el percal pero se queda corto con la carita arriba.

Algo le ve que lo anima a brindarlo en los medios, dura poco la presunción, recorta la embestida y es más lo que empieza a defenderse pendiente de lo que va dejando atrás.

Castiga por bajo el diestro para justificarse ante la imposibilidad de lo que presenta el morito. Estocada que hace guardia y descabello. Silencio.

Torres Jerez, de morado y oro, recibe al lucero salido segundo, algo más terciado, descastado y manso, por verónicas y la media. Comienza con la franela pegado en tablas citando a media distancia.

Acude bien el de Taboada para tomar apenas dos muletazos sin ilación. Lo saca fuera de rayas donde es mirón. Lo cambia de terrenos perdiéndole pasos pero el manso va quedando corto.

No dice más nada y termina parado el desrazado. Estocada traserilla de la que tarda algo en doblar. Oreja condescendiente que otorga el juez en atención al pedido de algunos sectores del público.

El quinto sale con alegría y fijeza desde el inicio, toma la capa con celo y repitiendo colocando la cara. Denis Castillo parea prolijamente y Camucho se deja ver en los medios.

Se emplea mejor tomando la muleta con algo más de recorrido pero prontamente se viene abajo, empieza a recortar como sus hermanos y cobra sentido. Poco fondo y motor para el final, en una se le vence por derecho y el matador toma el acero. Otra oreja que divide opiniones.

Fabio Castañeda, el venezolano que debuta enfundado en terno rioja y oro, recibe al castaño Castor , bociblanco y abierto de cara que sale alegre y correlón, blandeándole con torería el capote rematando el saludo con vistosa revolera.

Por chicuelinas lo pone al caballo de Joseph Rojas al que toma buscando pechos. Rajadito busca el abrigo temprano de las tablas obligando a muchos capotazos de los de plata para dejarlo en suerte de banderillas, en las que se desentiende del cite del matador que ha tomado los palos.

Los dos pares lo alegran y ya en muleta parece llevar mayor recorrido el torito y nobleza. En los medios previsiblemente dura poco. Termina de rajarse.

El diestro llanero recurre a los alardes para el tendido, desplantes de rodillas al son de la música local. Pinchazo y estocada ligeramente caída. Oreja.

El sexto acusó su mansedumbre y mala condición, resabido de salida, desarrolla sentido. Voluntarioso el matador que tiene al público de su lado. Más son sus ganas ante las dificultades que presentan el manso y la escasa luz. Orejita.

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