En La Algaba… Uceda Vargas, Juan Alfonso y Javier Illanguas, orejas en el cierre
Plaza de toros de La Algaba. Más de tres cuartos de entrada. Erales de Agustín Lunar, duros, correosos y muy complicados.
Uceda Vargas: Oreja.
Juan Alfonso: Oreja.
Javier Illanguas: Oreja con petición de la segunda.
Mariano Fernández: Palmas.
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Dura y muy complicada la novillada de Agustín Lunar del que sólo se salvó el tercero en una tarde en la que se dio poco contenido artístico en la plaza de Los Carros.Fueron un durísimo examen para superar los animales que Lunar lidió en la última y no menos ezperada novillada en La Algaba.
Un ambiente extraordinario con tres cuartos largos de plaza cubiertos, acogió labores de Uceda Vargas, Juan Alfonso, Javier Illanguas y Mariano Fernández.
El primer sorteado de la tarde, fue un eral de buenas hechuras pero con una desagradable cara. Nunca humilló en los chismes de Uceda, por lo que tampoco lo pudo llevar toreado en ningún momento dadas a las condiciones del animal.
El peligro también estaba presente en la embestida del eral y desde el tendido se percibía con algo grado de intranquilidad. Firmeza tuvo Miguel, que supo extraerle algún buen muletazo por el pitón izquierdo. Paseó una oreja tras darle muerte.
Juan Alfonso tuvo que solventar dificultades y además, tragarle a un eral muy complicado también. Nunca se entregó el animal en los trastos del joven y sufrió una fuerte voltereta pegado a tablas.
Ahí en ese momento despertó y se metió aún más en la faena. Destacaron los pases de pecho y la disposición ofrecida tras la paliza. Oreja.
Tras pasar el ecuador de la tarde, salió un eral más agradable de cara pero algo montado arriba en hechuras. A la postre, fue el que más se dejó de toda la novillada. Javier Illanguas no tuvo posibilidad de lucimiento con el capote.
En la muleta, el animal tardó en definirse y lo hizo cuando nos mostró a todos que necesitaba de un toque preciso y fuerte para llevarlo toreado. No en todo momento fue así, pero Illanguas dejó gusto en los remates y pases de pecho. Oreja tras estocada.
Cerró la tarde un animal feo, desagradable y malo en comportamiento. Falto de entrega, a media altura, derrotando, revolviéndose, colándose y transmitiendo miedo a los tendidos: toda una papeleta. Mariano Fernández destacó por voluntad y transmisión en los tendidos pero estuvo falto de asentamiento y tranquilidad. Hubo petición de oreja no atendida por el palco.
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