En Lenguazaque… generoso indulto con una afición de puerta grande
Plaza de toros portátil La Nacional de Lenguazaque, primer festejo de la Temporada taurina de este municipio Cundinamarqués ubicado a escasos 116 kilómetros de la capital colombiana; tarde soleada con un aforo de lleno total; se lidiaron toros de La ganadería de Salento, encaste Santa Coloma, destacando el primero premiado con vuelta al ruedo y el cuarto indultado.
Uceda Leal: Silencio, dos orejas simbólicas tras indulto.
Juan de Castilla: Oreja, silencio.
Jesús Enrique Colombo: Dos orejas y palmas.
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De nuevo la provincia colombiana sorprende a la afición con tardes de lleno total, fervor en los tendidos y triunfo para los vestidos de luces; en este caso el municipio de Lenguazaque (nombre que traduce en lengua nativa Fin de los dominios del Zaque) dio lugar a una de las tardes más entretenidas de la presente temporada nacional, no solo por la condición del ganado, prendado por la compleja sangre del Conde de Santa Coloma, sino por la disposición de los tres alternantes un español, un paisa y un venezolano, que exaltaron a la concurrencia procedente de diferentes partes de la geografía colombiana.
Ahora bien, cuando se habla de provincia es necesario aclarar que los criterios taurinos, se trastocan de manera radical, en parte por la incidencia de las bebidas espirituosas que aumentan el fervor del aficionado; en otra por las mismas condiciones de los escenarios taurinos, en su mayoría portátiles o con limitados recursos; pues bien, tales condiciones permitieron el indulto de Clarín (475 Kg.) un anovillado burel de generosa embestida y que en manos del más antiguo del cartel destaco, regresando con vida a su casa ganadera.
Uceda Leal: Que venía de cosechar triunfos en otras plazas de provincia (Villa Pinzón y Madrid Cundinamarca) se mostró solvente con el primero, dejando señeras verónicas; con la pañosa trato de hacer a un burel mirón y con genio, que se negó a humillar; con los aceros se complica; silencio.
Su segundo, marcado con el número 109 y de nombre Clarín, paso intrascendente ante las cabalgaduras, pero en el último tercio acudió alegre y repetidor, ante la experta muñeca del torero madrileño que sumo cualidades al burel, consolidando una propuesta más de efecto que de profundidad, pero que calo enormemente en los tendidos, logrando un generoso indulto.
Juan de Castilla: El torero paisa que prepara su comparecencia en el coso de la Santamaría a mediados del presente mes, supo hacerse a la compleja embestida del primero de su lote; un toro serio que exigía credenciales pero que fue conducido con inteligencia y tacto por el joven antioqueño; con la tizona deja una en lo alto que le permite recoger un merecido apéndice.
El cárdeno que salió en quinto, si bien prometía de hechuras termino diluyéndose en un océano de mansedumbre, condición que afeo la actuación del paisa, que se mostró ordenado y paciente, buscando beber de pozo seco; con la espada deja una funcional; silencio.
Jesús Enrique Colombo: El joven venezolano, como acostumbra cubrió con poderío físico el segundo tercio, momento de mayor esplendor de la lidia, pues con el paño no logró calar debido a la condición del astado que pasaba suelto de cara; con los aceros deja una certera estocada, poco ortodoxa pero espectacular en ejecución; dos orejas.
Con el cierra plaza puso toda su voluntad, porfió y arriesgo dejando momentos interesantes con el percal, ante un toro que se iba suelto; empero en la faena muleteril el bicho se vino a menos, siendo reservón y con genio; con los aceros despacha correcto, palmas.
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