Crónicas

En Juriquilla… Ventura debuta con un triunfo protestado

Plaza de Toros Provincia Juriquilla. Lleno. Toros de Fernando de la Mora, bien presentados a excepción del tercero que fue devuelto por qué se lastimó y el séptimo anovillado; algunos probones, sin clase y descastados.

Diego Ventura: Silencio y dos orejas protestadas.

Arturo Saldivar: Silencio y oreja.

Andrés Roca Rey: Oreja y saludo al tercio.

Santiago Zendejas: Oreja y silencio.

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Ante una Plaza llena y con media hora de retraso en el inicio del festejo, Diego Ventura, lidió a Kiko Querido, con 590 kilos, un negro entrepelado complicado, que desde el inicio de la faena se mostró suelto, distraído y sin clase. Buscando encelar al astado, Ventura se dejó llegar mucho por el toro, tocando éste en varias ocasiones a las cabalgaduras. No habiendo conseguido el cometido, abrevió en las banderillas, destacando la ejecución del cuarto par al quiebro que dejó en perfecto sitio. Se puso pesado con el rejón de muerte, dejándolo delantero sin efectos certeros. Mata de descabello al tercer intento para despedirse en silencio.

En su segundo, Canelo, un toro parado y con poca movilidad, Ventura trató de convencer para que embistiera, poniendo el caballista lo que al toro le faltó. Destacar su toreo a la grupa recorriendo medio ruedo, las más de siete pasadas por dentro y la impecable doma a la Alta Escuela de su cuadra de caballos en banderillas. Diego Ventura sin duda es un gran rejoneador al que le funcionan las cosas si la materia prima embiste. Si no, debe abusar del recurso de la doma para alegrar al público y quitarle el tedio de un toro amarrado al piso. Mató de un rejón de muerte en buen sitio de efectos retardados y un primer cachetazo de descabello. Canelo se quedó corto demasiado pronto y quién escribe pregunta:

¿Los trofeos se otorgaron por bien torear a un toro parado? O… ¿Por premiar la entrega de un caballista voluntarioso sin la materia básica para hacer faena? Paseó dos orejas, que fueron protestadas.

Arturo Saldívar abrió su lote con Pollo Valiente, un toro sin transmisión y que no terminó de entregarse. De verde y oro, ejecutó un quite de chicuelinas y tafalleras con los pies juntos y una firmeza clara de ideas. Inició la lidia de muleta con ésta plegada en la zurda y pases cambiados por detrás. Sin embargo, el toro terminó frecuentemente con la cara por alto, asomándose en el último tiempo del muletazo por encima del engañó, ante un Arturo que se mostró firme, voluntarioso y construyendo una faena inteligente ante un descastado y protestón ejemplar. Terminó por tres manoletinas con sabor, pero cuando el toro no impacta al tendido, puede haber mucha voluntad pero no se genera lo fundamental: emoción. Culminó con un pinchazo profundo de efectos lentos y un aviso para despedirse en silencio.

Con su segundo de nombre Altivo, Saldívar se regodeó en el toreo de muleta, hecho con pausa, ritmo y sapiencia ante un toro que buscó rajarse en más de una ocasión. Por derecha, bajó la mano y se enroscó al toro, sin darle opciones para fugarse de la suerte y por izquierda, aunque con menos opciones, logró someter a su ejemplar. Se mostró con sitio y competitivo ante el paliabierto de Fernando de la Mora, particularmente al responder a Roca Rey, pasándose al toro también por la espalda y despertando la emoción del público y siendo cuidadoso de no permitir que el toro acudiera a su querencia, tendencia que mantuvo toda la faena. Un primer viaje por uvas que se queda en pinchazo hondo y una estocada a tres cuartos que hace que doble el burel y se lleva en la espuerta un apéndice.

El peruano Andrés Roca Rey recibe al tercero del festejo, un toro con 615 kilos de carnes pero escaso de cara que termina lastimándose la mano izquierda. Salió entonces Marinero, un toro con mejor trapío y presencia que de principio a fin embistió alegre aunque acusando distracción por el lado derecho de capote a muleta. Quitó Roca Rey Valdez en un juego del capote de pies firmes y manos mandonas. Hizo su faena de muleta brindando a la plaza llena y ejecutando mayoritariamente en el centro del pandero. Faena firme, con una buena colocación técnica y buscando a un toro que humilló y embistió con el hocico apretado y el rabo alegre en vuelo, pero mirando al callejón cortando el hilo de las tandas de vez en vez. El torero jugó, tal como acostumbra, con los pases temerarios por la espalda. Quizás demasiado, aún cuando al público lo ovaciona grandemente. Valor hay; repetición de suertes, también. Tras un pinchazo y una estocada hasta las cintas, paseó una oreja.

Creador de Sueños fue el segundo del lote del esteta sudamericano. Un toro amarrado al piso, corto y probón. Roca Rey estuvo voluntarioso con ganas de agradar y muy dispuesto, siempre en los medios y mostrando el importante sitio y valor que tiene. Pero nuevamente sin la piedra angular para construir el arco de una faena importante. El toro, pasado en crudo por la puya, no dio el juego que todo el público esperó. El público, con él, lo invitó a saludar al tercio.

El meridiano de la corrida estuvo en las riendas de Santiago Zendejas con un berreando salpicado de nombre Luz de Luna que mostró poca movilidad, defecto que trató de corregir el caballista. Fue voluntarioso con sus cabalgaduras, logrando emocionar al tendido con pares de banderillas bien colocadas y un esfuerzo constante por torear al estribo sin demasiado éxito. El colofón de su faena fue intenso clavando al violín para rematar con el rejón de muerte de efectos prontos que pasaportó al burel, para pasear el caballero una oreja ganada a ley.

El cierraplaza, de nombre Sabor a mí, fue un toro justo de cara al que aplicó dos rejones de castigo y banderillas cortas y largas sin muchas posibilidades de toreo a la grupa o al estribo, debiéndose valer de suertes llamativas como clavar al violín y reunirse cara a cara con su toro para hacerle el teléfono. Zendejas es un rejoneador sobrio, con buenas maneras y ética torera y un camino por delante que deberá recorrer con tino y fuerza. Se le nota poco toreado, lo cual se exhibe en dos aspectos: su sed por agradar, no dejándose ganar las palmas, y su rodamiento que aún refleja su juventud. Así, la gente está con él. Pasaportó al último, técnicamente a toro parado para concluir con un festejo de cuatro horas de duración.

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@Jose_Patino 
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