En Bilbao… Orejas de dinamita para Octavio Chacón y Juan Leal
Bilbao, España. Se celebró el noveno y último festejo de la Aste Nagusia 2018 de Bilbao. Con un poco más de un tercio de entrada y tiempo soleado se lidiaron cinco toros de Miura y un sobrero de Salvador Domecq.
Octavio Chacón: Saludo desde el tercio, oreja y palmas en el que toreó por Juan Leal
Pepe Moral: Saludo desde el tercio y vuelta al ruedo
Juan Leal: Oreja y pasó herido a la enfermería.
Parte Médico de Juan Leal:
‘Herida por asta de toro en el tercio medio del muslo derecho, con dos trayectorias, una de 5 centímetros que afecta al músculo que rodea la rodilla, disecando el fémur pero sin llegar a contundirlo y la otra, a nivel subcutáneo, que le mantendrá de baja de unos 10 o 15 días, si no aparecen complicaciones’. Pronóstico ‘menos grave’.
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Una tarde para quitarse el sombrero ante todos los profesionales que han estado en el ruedo de Bilbao, tanto subalternos como matadores han superado las tremendas dificultades que tuvo el ganado lidiado hoy.
No era el Gin Tonic insípido de las corridas comerciales sino aceite de ricino con gotitas de dinamita.
¡Chapeau!
Los toros de Miura salieron broncos y con muchas dificultades aunque escasos de fuerza lo que preocupa un poco en una ganadería considerada como dura, por esto se devolvieron dos toros y en quinto turno terminó saliendo un buen toro de Salvador Domecq.
Octavio Chacón se mostró en torero en todo momento, muy profesional, serio y firme. Aunque no pudo estirarse en ningún muletazo, ni estar cómodo un segundo, no perdió la compostura así los pitones le rozaran el cuello y le quisieran cortar la cabeza. En el cuarto su pundonor y valor hizo que el público lo tuviera en buena consideración y pidiera una oreja que pudiera pensarse larguita.
En el sexto que mató por Leal, ya con una oreja en sus alforjas, no pareció haber el mismo esfuerzo de los otros toros pero es que había tragado mecha de lo lindo ante tanta dureza con la que le tocó bailar. Y eso que ha tenido toda una maratón antes de desembarcar a Bilbao, pasando en menos de diez días de torear en Perú, ayer en Sanlucar y hoy en la arena gris de Vista Alegre.
Juan Leal ha venido a Bilbao con hambre de torero y eso se agradece, así pareciera un temerario sin límite, porque pareció caminado por la cornisa de un rascacielos sin tener arneses, el uyyy y el ayy estuvo en las bocas de la poca gente que estuvo en la plaza. Pero eso también es la fiesta.
Juan quiere ser torero importante y por eso salió como salió, venía a por todas aunque su inicio de faena fue equivocado por lo rebrincado que se veía era el de Miura y ponerse de rodillas en el medio del ruedo para querer ligarle muletazos no cabía en la cabeza de nadie. Pero así lo hizo el francés poniendo toda la carne en el asador con cierta inconsciencia sí pero con una entrega a prueba de fuego.
Valor sin control de nuevo en la serie de naturales y de nuevo el francés al borde del precipicio, aunque la faena calaba en el público por su sinceridad y verdad. Un respiro vino cuando se cuadró para matar porque al menos el toro estaba quieto y Juan con los pies en la tierra. Pues bien, el respiro duró poco y pasamos a contener el aliento porque se tiró con el alma a matar al toro, como debe ser (para que lo veas Juli) y pasaportó al toro pero se llevó una cornada torera en su pierna derecha.
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Torniquete, más ayys y estuvo en pie hasta que el toro cayó definitivamente. Muy bien torero, así se viene a una feria de primera categoría.
Que bien torea Pepe Moral con el capote, en su primero ha dado las mejores verónicas de toda la feria de Bilbao, con son, con gusto y rematadas con una media de primor.
Ahora bien, si cuando las figuras utilizan las ventajas para torear a sus toros se los marcamos también hay que decirlo a toreros de los que confiamos son la renovación y matan corridas duras, porque Pepe ha dado cinco naturales larguísimos y exquisitos con ese de Salvador Domecq que fue el único que permitió estirarse a uno de los de luces, pero a la par de eso ha estado toreando todo el rato al hilo del pitón y eso deslució todo su quehacer.
Era un toro con motor para sino reventar la plaza si para voltear la tortilla y no ha sido así, se demoró un poco en ver al toro, luego no se puso en el sitio y mediada la faena lo descubrió al natural pero unos pases, así sean de alto calibre, no componen una faena completa y ha sido una pena porque sabemos que Moral necesita un triunfo de clamor para ratificar todas las buenas condiciones que se le vienen avisorando hace un tiempo.
Se apresuró al entrar a matar y tampoco supo amarrar la oreja que se adivinaba llegaría si se entregaba matando.
En el primero de su lote estuvo muy bien en el capote como se anotó y en la muleta hizo lo que pudo con voluntad ante los gañafones y tornillazos del toro.
Moral es un torero matriculado en corridas de Miura pero que por su calidad deberían darle espacio en corridas de más garantías porque puede que pase algo similar a lo de Urdiales y es que nos perdamos de un muy buen torero, si decide volver a ponerse en el sitio que corresponde ante los toros, y se pierda acumulando temporadas y temporadas con pocas corridas.
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En breve la galería fotográfica del Gran Philippillo
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