En Burgos… Morenito de Aranda, profeta en su tierra, consigue una rotunda puerta grande

Redacción 30 junio 2018 España

Burgos: Sábado 30 de junio de 2018. Segunda de San Pedro y San Pablo. Toros de Antonio Bañuelos, el tercero como sobrero. Corrida bien presentada y desigual de comportamiento siendo nobles en líneas general, aunque les faltase un poco de fondo a alguno. El quinto fue un gran toro al que se le pidió la vuelta al ruedo. Lleno en los tendidos.

Sebastián Castella: Oreja y ovación.

Morenito de Aranda: Oreja y dos orejas.

Andrés Roca Rey: Ovación y silencio.

Detalles:

Al finalizar el paseíllo la ganadera Pilar Prado recogió del Colegio de Veterinarios de Burgos el trofeo al toro más bravo de la pasada feria, mientras el ganadero Antonio Bañuelos recibió un homenaje de parte del Ayuntamiento de Burgos y la Empresa Tauroemoción por sus XXV años como ganadero.

Morenito de Aranda banderilleo el astado segundo de la tarde.

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Morenito de Aranda, con tres orejas, ha sido el gran triunfador de la segunda corrida de la Feria Taurina de San Pedro y San Pablo. Rotunda la tarde de Jesús Martínez en su tierra, presentando sus credenciales desde que se abrió de capote para recibir con una larga cambiada al primero de su lote y protagonizar un vibrante tercio de banderillas, con el que sorprendió a concurrencia, después de un acertado quite por chicuelinas. Tenía calidad el toro de Bañuelos y mucha calidad tuvo la feana del de Aranda, que cortó una oreja. Dos se llevó del gran quinto, al que se le pidió la vuelta al ruedo. A portagayola se fue esta vez y posteriormente cuajó grandes lances a la verónica. Faena rotunda, con pasajes de enorme dimensión por ambos pitones, y comunión total con los tendidos, que pidieron con fuerza las dos orejas.

Una oreja cortó Sebastián Castella al buen primero, con el que estuvo variado y entregado. Idéntica disposición mostró ante el cuarto, con el que rozó el trofeo que le hubiese abierto la puerta grande. Tardó el de Bañuelos en doblar y se esfumó esa posibilidad, recibiendo una ovación.

De vacío se marchó Roca Rey, que, aunque contó con un lote noble (el primero de ellos como sobrero), tuvo quizá menos posibilidades de triunfo a pesar de intentarlo con ambos astados, siendo ovacionado tras concluir la lidia del sexto.

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