Lo comenta Miguel Ángel Yáñez… La ruleta de la fortuna instalada en el palco de Las Ventas. Necesitamos alegrías, no alharacas
Se acaba la que “dicen” que es la mejor Feria taurina del mundo, “El mundial del toreo”, tal y como la anunció en su momento Plaza 1 empresa que rige los destinos de la Monumental de Las Ventas. En un Mundial como el de fútbol, el que se va a iniciar en unos días en Rusia, lo lógico y normal es que los protagonistas sean siempre los futbolistas y no los árbitros, quienes lo mejor que se puede decir de ellos o catalogar su labor es aquello de “pasó desaparecido” (y lo digo con conocimiento de causa. Fui árbitro y soy periodista).
Pues eso, en los toros y en la tauromaquia los potenciales protagonistas siempre deben ser los toreros, que se juegan la vida con su arte y torería; y los toros con su casta, bravura, nobleza y trapío. De ellos es de los que hay que hablar, para bien o para mal; pero nunca deberíamos hacerlo de los inquilinos transitorios del palco presidencial. Sin embargo, en esta Feria de San Isidro 2018 se ha hablado de forma excesiva de los presidentes, más por sus errores que por sus aciertos. Se han negado orejas merecidas, se han regalado o han sido espléndidos en otras ocasiones, se ha ordenado o concedido vuelta al ruedo a un toro, cuya decisión sorprendió a todos, incluso a los mulilleros; y el cenit presidencial ha estado en la concesión de un rabo, desde mi punto de vista excesivo, al gran maestro del toreo a caballo en este momento, como es Diego Ventura. Enhorabuena por el torero, pero una muesca o apunte en él debe, uno más en ciertos “usías” venteños, del balance de esta Feria de San Isidro 2018. 46 años han pasado desde que Palomo Linares cortó el hasta hoy último rabo a un toro en Las Ventas, aquello quedó ESCRITO, con mayúsculas, en la historia de la tauromaquia; el de hoy más que historia, parece que puede quedar tristemente señor presidente, en historieta o simple anécdota negra; no del torero y sí del que hasta ahora ha sido el respetado y respetable Palco de Las Ventas, la mejor plaza del mundo, al que la están degradando ciertos equipos presidenciales.
Termino diciendo que más que unificación de criterios, que también; habría que practicar posiblemente algo a lo que no estamos muy acostumbrados en este país, como es… la dimisión. Y no perdamos de vista y recordemos que hace tan solo unos días y por primera vez en la democracia española, una moción de censura ha desalojado de la presidencia a quien la ostentaba.
P.D.: Insisto, pese a ser repetitivo, el enemigo lo tenemos en casa y no en los llamados antitaurinos. La tauromaquia necesita alegrías, no alharacas. Lágrimas como puños.
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