Lo dice Pepe Mata… A El Juli se le fue la puerta grande por el julipié
Hoy se ha dado la llamada corrida de la cultura, bueno… hasta donde se entiende todo festejo taurino que se celebre, es una evocación de la cultura; pero cada quien sus ideas.
Para esta fecha se organizó un mano a mano desigual, en donde pusieron a un Juli conocedor de todo y mucho más, con un joven, Ginés Marín, que apenas es un bisoño en estos menesteres, y desconoce casi todo de las entrañas, algunas, o muchas… nada edificantes para el bien de la Fiesta; sí nada edificantes a las que tuvo que enfrentar.
No obstante, El Juli, ha hecho con un toro de Alcurrucén de nombre Licenciado, lo que supongo, será su mejor faena, por supuesto, dentro del concepto que tiene del toreo.
Se alejó de las situaciones vulgares, se acercó el toro más a su geografía corpórea, en ocasiones cargó la suerte, los trazos resultaron limpios y templados, consumando una faena pulcra, que trascendió a los tendidos julistas.
Es en verdad, la faena más importante que se le haya visto, y eso está bien, podría ser el anunció de comenzar abandonar todo aquello que va en contra de la verdad de la tauromaquia, y sería mucho mejor para él y para la propia Fiesta.
Sin embargo, cuando tenía todo el escenario apropiado para abrir la puerta grande, hizo uso de uno de sus recursos que no da grandeza, la denigra…
…. ¡sí!, el famoso julipié.
Que no es otra ventaja que dejar pasar al toro y a paso de banderilla con un brinco espectacular, asestar ventajosamente la espada; pero con esto, el acero puede ser fulminante por su colocación trasera, o quedar muy muy trasera y no hacer ningún efecto, e incluso, hasta pinchar.
Esto del julipié, fue bautizado por nuestro querido amigo del Tendido Siete, el siempre bien recordado, Joaquín Monfil.
En este comentario, les diré que ha depositado la espada muy trasera, no claudicó el toro, por lo que tuvo que hacer uso del descabello.
Así todo quedó resumido en una oreja.
El esfuerzo que hizo por hacer las cosas mejor que siempre, con un magnífico toro de Alcurrucén, quedaron inconclusas porque apareció un julipié que le quitó la puerta grande.
Así es la vida, desde hace más de 20 años encontró una forma de ser torero, para muchos vulgar y destoreando, pero hay algunos que les gusta, y en esto…
… en de gustos, se rompen géneros, aunque al final, aparezcan las comparaciones, que a pesar de ser odiosas, existen y dan otra perspectiva sobre lo que en verdad debe ser el arte de torear.
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