En la Monumental México… Una gran rebanada de nada
Con una entrada, que acabó siendo modesta como toda la temporada que este domingo finiquitó, en la Monumental Plaza de Toros México, en lo que fue el séptimo festejo de la temporada de novilladas, sexto con picadores. Se han lidiado cuatro novillos de La Muralla, uno de San Constantino que salió como 4o. bis y uno de Monte Caldera como 5o. bis, muy justos de presencia, mansos y descastados.
El rejoneador Joaquín Gallo: Vuelta por su cuenta.
Ángel Espinoza Platerito: Herido en el tobillo izquierdo por un arponcillo de la banderilla.
Carlos Casanueva: Silencio en el que toreó por Platerito, y silencio tras aviso.
Rafael Reynoso: Silencio tras dos avisos.
Javier Segovia: Silencio tras aviso.
Alejandro Fernández: Silencio
Los Forcados de Pachuca pudieron concretar la pega hasta el segundo intento.
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Se han presentado otros seis jóvenes en la Monumental México, y no han dejado nada, absolutamente nada para la posteridad; y eso les debería hacer reflexionar, para su futuro inmediato, a través de la seria autocrítica, y así evaluar hacia dónde va su vida.
Por ejemplo, se presentó un rejoneador de nombre Joaquín Gallo, quien se dedicó a picar al utrero, literalmente; le asestó un rejón de castigo que de inmediato le hizo mella a su novillo; y luego a llenarlo de banderillas, como se hacía en los años 40, 50 y 60, nunca le vimos torear antes y después de la suerte. Quiso torearlo con un sarape, pero todo quedó en el querer, pronto claudicó. Al final, al no poder con el rejón de muerte, tuvo que bajarse del caballo e intentar con la espada la que dejó entera. Como sus amiguetes y familiares celebraron el hecho, decidió darse una vuelta…
… una vuelta que no dice nada, porque como rejoneador, no dejó algo para el recuerdo.
Así, que comenzaron a salir los cinco jóvenes restantes, en medio de una polvareda provocada por la ventisca que no pudo ser controlada, porque no había agua para regar el redondel.
Angel Espinoza Platerito, Carlos Casanueva, Rafael Reynoso, Javier Segovia, enseñaron que su denominador común fue la falta de sentido del toreo, la falta de aguante, dos pases y a reponer, no hubo ninguna directriz a seguir para haber podido consolidar algo que hubiera avizorado en ellos un futuro en tan difícil profesión.
Simplemente, fue una tarde tristemente vacía, anodina e intrascendente, y supongo, deberían de estar alarmados.
Alejandro Fernández cerró plaza, dejó algunos momentos con la mano derecha, que al final no le condujeron a algo relevante, porque se vio impedido para ello.
En este contexto…
… ¿visitarán los seis jóvenes la autocrítica para no seguir engañándose?
Seguramente, tendrán el cúmulo de inútiles acompañantes que les justificarán sus errores a través del falso elogio, desorientándoles, pero eso…
… eso no les conducirá a brillar como novilleros.
Lo más difícil en la vida es aceptar el fracaso, pero si no lo aceptan no podrán hallar en otros derroteros el éxito.
No, no se olvida que han estado los Forcados de Pachuca, los que hasta el segundo intento pudieron concretar una pega.
Al final, observaba en medio del ensordecedor silencio, la incontenible soledad de la Monumental México, parecía desilusionada, triste y decepcionada, pasaron otros seis jóvenes y todo quedó…
… en una gran rebanada de nada.
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