En Guadalajara… Pablo con el indulto pierde los máximos trofeos
En la última corrida de toros de la temporada 2017-2018 en la Plaza El Nuevo Progreso en tarde que invitaba a una buena corrida y ante más de un tercio de entrada, (casi lleno numerado de sombra y regular en sombra general y sol numerado y general). Se lidiaron astados de La Estancia 1º y 4º para rejones que resultaron descastados y sosos un 7º de regalo de Fernando de la Mora para rejones justo de presencia que siendo manso lo hizo ver bien y lo indultó el rejoneador navarro Pablo Hermoso. Para los de a pie 2º, 3º 5º, 6º de lidia normal y un 8º de regalo de Marrón que resultaron descastados, sosos, sin trasmisión y débiles y un 9º de regalo de Garfias descastado y débil.
Pablo Hermoso: Pitos en su lote e indulto en el de regalo.
Jerónimo: Silencio en su lote y en el de regalo.
Leo Valadez: Silencio en su lote y en el de regalo.
Detalles:
Fueron ovacionados Gustavo Campos y David Vázquez.
El indulto de Tapatío de Fernando de la Mora es el primer toro que lo consuma un rejoneador en esta plaza.
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Una verdadera lástima que en nueve toros que se lidiaron esta tarde, sólo el caso de uno, el de regalo de rejones de Fernando de la Mora, que sin ser un toro bravo gracias a la maestría de Pablo que lo hizo ver mejor de lo que era y que a la postre salvo la tarde.
Con este toro número 167 de nombre Tapatío que al salir de toriles huía del caballo y barbeaba las tablas queriendo brincar en dos ocasiones Pablo lo fue consintiendo y llevando con temple enseñándole y haciéndole confiar hasta provocar una de las grandes faenas entre los Olés y algarabía de los asistentes que le premiaban con aplausos todo lo realizaba al grado de que en un momento el público sacó los pañuelos pidiendo el indulto a lo que el Juez en varias ocasiones le indicó a Pablo que lo matara pero con la experiencia de los años Pablo siguió mostrando al toro hasta que la presión para Usía fue tal que autorizó el indulto, con esto el que se llevó el triunfo fue el ganadero Fernando de la Mora y no Pablo con esa magistral faena de rejoneo que seguramente de haber matado bien se hubiera llevado los máximos trofeos, las orejas y el rabo.
Con sus toros de lidia ordinaria de La Estancia vimos a un Pablo sobrado ante toros sosos sin transmisión que pronto se quedaron amarrados al piso y que dificultaron mucho su quehacer tanto así que a la hora de matar se puso pesado con los aceros por lo cual los asistentes se metieron fuerte con él, pitos en su lote.
Para los toreros de a pie tanto Jerónimo como Leo Valadez no hubo materia prima en su lote de lidia ordinaria ni en los de regalo, ellos pusieron todo su esfuerzo e insistieron toda la tarde pero se toparon con astados descastados, tardos en embestir y cuando lo hacían salían con la cabeza arriba o solo daban medias embestidas, sosos, algunos débiles, en fin cuando no hay toros bravos no puede haber fiesta y se truncan las ilusiones de toreros como ellos que requieren de la emoción que proporciona un auténtico toro bravo y los tendidos se vuelven una pachanga de gritos, aburrimiento y hasta peleas.
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