En Madrid… Emilio de Justo o la esperanza extremeña

17 febrero 2018 Alberto Bautista

Madrid. Sábado 17 de febrero de 2018. Plaza de toros de Vistalegre. Feria de Invierno. Homenaje a Victorino Martín Andrés. Corrida de toros de Victorino Martín (justo de presencia y de escaso juego en líneas generales a excepción del tercero) – desclasado el primero, noble el segundo, encastado el tercero, manejable el cuarto, deslucido el quinto e imposible el sexto -. Más de dos tercios de plaza.

Curro Díaz: Saludos tras petición y oreja.

Daniel Luque: Ovación con saludos y silencio.

Emilio de Justo: Oreja tras aviso y ovación con saludos.

Detalles:

Al finalizar el paseíllo, se entregó una placa al ganadero en homenaje a Victorino Martín Andrés.

Juan Contreras saludó tras parear al segundo.

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El cacereño que paseó un trofeo del sexto escribió los capítulos más importante de una tarde, en la que fallaron los toros en el homenaje a Victorino Martín Andrés. Curro Díaz cortó otra del cuarto.

Felices se la prometían los miles de aficionados que dieron rienda a la pasión por la Tauromaquia – esa que reclama la Fusión Internacional por la Tauromaquia -, y que esperaban ver algo más que dos orejas en el homenaje al gran ganadero de Albaserrada: Victorino Martín Andrés.

En los prolegómenos, la cantante que iba a amenizar la velada – Inma Vilchez – no compareció. Tampoco se la echó en falta. La expectación por las nubes, aunque la tarde auguraba un envite que no fue tal, y todo por culpa del ganado. Lo de siempre. Ya se sabe, eso de tarde de expectación, tarde de decepción.

Y es que justa de presentación -sin ir más lejos el primero, y las lesiones de quinto y la brusquedad de fuerzas de la gran mayoría imposibilitó una tarde que acabó cuadro.

Emilio de Justo, fue lo único rescatable de la primera de la feria de invierno en el que su nombre comenzó a cotizar, y donde los aficionados conocieron a un torero que su nombre ha sonado con fuerza en Francia y que con tardes como la de Vistalegre, y guiado por el influjo en los despachos de Alberto García – empresario de Tauroemocion – se le augura un futuro prometedor. Y es que Emilio encandiló.

Muchos aficionados de Cáceres con la ilusión por bandera y con ganas de ver a su compatriota. Duende y misterio se imprimió en su regreso a España con la divisa de Victorino, de una ganadería que tantos éxitos le ha proporcionado al extremeño en la Galia francesa, y que tan cotizado ha estado su nombre.

A Melonchero le instrumentó una faena de muchos quilates. Los muletazos de largura y mano baja emergieron y la música acompañaba a un trasteo en el que el esfuerzo y la disposición fueron los poderosos argumentos del Cacereño. Madrid le quiere y, en Vistalegre demostró que quiere ser de los que manden. Merece una tarde en San Isidro.

Y aunque pecó de encimista en muchos compases, tragó quina para despachar al bravo tercero que no vendió fácil su vida. Por la vía de la verdad, paseó una oreja de muchos quilates. El triunfo por sistema intentó frente al sexto, otro ejemplar complicado de Victorino que no le otorgó opción alguna.

El público agradeció su disposición y le tributó una calurosa ovación.

Otra bala tenía en la recámara con el sexto, pero Jaqueto, no fue oponente de garantías para De Justo. Se giraba, le comprometía el Victorino pero De Justo siempre dispuesto le planteó una faena en la corta distancia que el Victorino rehusó. Un cabrón en toda regla. Encandiló a Madrid, y merece más oportunidades.

Hay torero.

Ese áurea de misterio que envuelve a Curro Díaz hizo presencia en Vistalegre, y es que enfundado en el mismo terno que la tarde del 27 de agosto de 2017 desorejó a un toro de Victorino en la plaza de Almería y, con la sensación del deber cumplido, con la honradez por sistema y con el influjo de la experiencia despachó a los dos Victorinos con la misma personalidad que le caracteriza.

Una oreja paseó del cuarto, un toro que dejó claro a las primeras de cambio que era para lidiarlo de salida. Realizó una pelea en varas y hasta el centro del ruedo desplazó al caballo montado por Luis Manuel Viloria.

Aunque pronto se desentendió de la lidia.

Curro acabó brindando a Victorino, y compuso muletazos caros desempolvando esa esencia que acompaña siempre al de Linares. Tan solo fueron dos muletazos por abajo, suficientes para hacer partícipe al numeroso público del coso de Carabanchel tras reverdecer esa ilusión que le hace ganar enteros temporada tras temporada.

En primer lugar, sorteó a Bolsico un toro justo de presencia… y de fuerzas, que blandeó en los primeros tercios. Aun así, los detalles marca de la casa del de Linares abundaron en un trasteo de altibajos, con más sombras que luces.

Falto de clase el Victorino, el estoconazo hizo resonar los tendidos. Se le pidió un trofeo, aunque finalmente se tuvo que conformar con saludar una ovación.

Daniel Luque que venía con un currículum inmaculado en cuanto a Victorinos se refiere (Puerta grande en Ciudad Real la tarde del 19 de agosto sin ir más lejos) y en busca de nuevas oportunidades, pechó con un lote a contra estilo. Y eso que se gustó toreando de capa al segundo en un trasteo de poder sobre ambas manos y, se estrelló con el quinto, el garbanzo negro del encierro de Victorino Martín. Cara y cruz.

Mercenario que hizo segundo, fue bravo en sus encuentros con los del castoreño. Hubo detalles caros en el capote del de Gerena, y la suavidad de las verónicas posibilitaron una actuación más serena. Hubo sensación de abandono en algunos momentos, pero no pasó de un trasteo lineal.

Las oportunidades le esperan al sevillano a lo largo de la temporada, tras una comparecencia en que la dificultad no estuvo de su parte, en cuanto a valorar una actuación acorde al lote con el que se enfrentó.

La del homenaje a Victorino, no fue una tarde de las que invitan a soñar, y es que cuando los cárdenos de Victorino asoman por la puerta de toriles todo puede pasar, y aunque no fue el mejor homenaje, la raza y la emoción, se les espera en la próxima comparecencia de Castellón.

El sueño puede esperar.

Y es que, los tímidos aplausos con los que despidieron a Daniel Luque contrarrestaron con la cálida ovación tributada a la dupla formada por Curro Díaz y Emilio de Justo, en una tarde de recuerdo a un ganadero de leyenda. D. Victorino Martín Andrés.

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