En Monterrey… la afición arremete contra el Juez de Plaza
En la Monumental Plaza de Monterrey Lorenzo Garza, ante media plaza en sombra y un cuarto en sol, después de 7 minutos de las 8:30pm se lidiaron cuatro novillos de Maravillas los cuales estuvieron bien presentados en cara, sin embargo les faltó estar más rematados; los otros dos fueron regresados por supuesta falta de fuerza; sin embargo, ponemos en tela de juicio esto, porque fueron lidados después de haber sido regresados y embistieron bien. Suponemos que esa reacción que tuvieron fue por el viaje tan repentino desde su rancho ubicado en el Estado de Hidalgo, ya que cayeron a la arena a diferencia del resto de sus hermanos, el que ha destacado más fue el que salió en sexto lugar. Todos pelearon en caballos enseñando casta. También se lidiaron los reservas de Marrón, bien presentado en kilos y en cara y D´Guadiana, con falta de kilos y uno de regalo de Matancillas el cual fue manso en toda la extension de la palabra.
Angel Espinosa Platerito: Silencio y no mato el de regalo.
José María Hermosillo: Palmas.
Juan Padilla: Oreja tras aviso.
Iván Hernández: Oreja.
Mariano Sescosse: Palmas tras aviso.
José Miguel Arellano: Silencio tras 3 avisos.
Detalles:
El picador Ricardo Zurdo Gaytán es ovacionado por el publico en el tercer toro de la noche por el cite que realizo y el buen sitio de la pulla.
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Platerito, este muchacho de Zacatecas recibe al primero de la noche por verónicas jugando los brazos e hizo un bonito recorte con una media muy ceñida. Al momento de que inicia la faena con la muleta lo hace a pies juntos donde el novillo acudía con jubilo y alegría, pero a mitad de faena este comenzaba a buscarle los pies al novillero, quien a su vez lo notó y supo resolver la situación, culmina su labor con un pinchazo en lo alto que fue más que suficiente para que el novillo doblara.
En el de regalo, un novillo de Matancillas, desde que salió de la querencia mostró su mansedumbre y al que no se le pudo ni picar bien ni banderillar. Al momento de sentir la muleta del joven Platerito, por un momento pareció que iba a embestir a su muleta, pero de inmediato volvió la mansedumbre. Quien culminó con el manso de Matancillas fue José María Hermosillo, ya que Platerito sufrió un arropón fuerte por parte del novillo quien lo envío a enfermería para no salir de ahí.
José María Hermosillo, le correspondió un astado que salió con mucha alegría de los corrales, pero al momento de embestir, comenzó a caer a la arena y el público comenzó a protestar. El juez de plaza a pesar de las protestas no lo regresa sino hasta que el novillo fue picado y banderilleado. Se escucharon gritos fuertes:
¡Fuera el señor Juez! ¡Nunca aprendiste Quiroga!
Sin embargo, a pesar de esos gritos al juez por su evidente falta de conocimientos, se precipitó, ya que debió haber esperado un poco más. Los novillos devueltos apenas tenían dos días de estar en los corrales y obviamente les hace daño el cambio tan repentino de niveles de mar y clima, no son máquinas. La ganadería se encuentra en el Estado de Hidalgo, cerca de Tula. Los que hemos vivido muy de cerca en el ámbito taurino, sabemos que los toros deben estar, cuando vienen de trayectos tan largos, por lo menos una semana antes en corrales para que se repongan, no son máquinas. El novillo pudo haber respondido, como nos cuenta la información que nos llegó, en el momento que hacíamos la crónica; fue toreado a puerta cerrada y acometió bien a la muleta del novillero.
Salió el primer reserva al que le realiza un quite por tafalleras y recorta por revolera. El novillo lo dejó disfrutarse a José María, toreando por derechazos, para concluir su faena lo hace con manoletinas. Con la espadada es hasta el tercer intento cuando la deja tendida y ligeramente caída. El público le reconoce y le otorga las palmas.
Padilla, un muchacho con un gran valor y entusiasmo al torear, le costó un poco entenderlo con el capote pero pudo realizarle lances con mucho valor y entrega. El turno con la muleta llega y el novillo le permitió concretar tandas por naturales y derechazos muy toreros, notándose que lo ha disfrutado por que era evidente que se sentía a gusto delante del astado. Dejó una estocada entera ligeramente tendida, el novillo tarda en caer y al mismo tiempo que este dobla el inepto juez decide tocarle un aviso. Sin embargo, el público le reconoce su labor y solicita la oreja para el joven novillero, que tuvo que autorizar el pésimo juez de plaza.
Hernández, su astado es regresado justo antes de ser picado porque cayó los pies del caballo, no se esperó el juez a ver cómo reaccionaría después del puyazo; otro novillo que después del festejo fue toreado, y acudió al capote y a la muleta del novillero con brío y casta.
El segundo reserva de la noche provino de la ganadería de, D´Guadiana. Hernández tarda en acomodarse al final deja un bonito lance y una contundente media antes de que sea el turno de los caballerangos, lo que le es celebrado. El turno de la muleta se hace presente y Hernández intenta hacer un cambiado por la espalda, pero el novillo se lo lleva ya que el joven le realizó el cambio por la espalda tardíamente. Desafortunadamente, le correspondió un novillo que no le dejaría lucirse, era manso, deslucido y acudía con la cara alta, rebrincando mucho. Culmina su corta faena dejando la espada delantera, caída y tendida.
Sescosse, recibe a su novillo con una verónicas jugando los brazos y de bonita manera, pero al momento que se encontraba con la muleta después de varios avisos previos por parte del astado, el joven novillero se descuida y el novillo le provoca una voltereta, que le hizo caer de manera fea, por tal razón decide cambiar el ayudado por la espada para perfilarse y dejar un pinchazo y después de tres descabellos y un aviso termina su comparecencia.
Arellano, a pesar de ser de los más novatos de los seis, fue a quien se le vio que entendió desde el principio al novillo. Lo recibió por verónicas largas para llevárselo hasta los medios y cambiar a chicuelas, dejando un bonito recorte con una revolera. Con la muleta lo recibe con doblones citándolo de largo y llevándolo a su ritmo, a pesar de su gran labor con la muleta y con lo realizado en el ruedo, no le fue fácil poner punto final con su colaborador, ya que este toro bravo no quería caer a la arena se aferraba a seguir de pie. Lamentablemente, le tocaron los tres avisos.
Sobre los novillos devueltos
De muy buena fuente nos enteramos, mientras hacíamos la crónica, que los dos novillos regresados se lidiaron a puerta cerrada, y ninguno de los dos se cayó a la arena y cada uno traía mas de 100 pases, sí ha leído bien cien pases; a pesar de que el primero que regresaron ya estaba picado y con las banderillas este mostró su gran bravura, al igual que su hermano.
Con esto queda demostrado que quien está en el palco de la autoridad desconoce y mucho de toros, debió haber esperado un poco a que se descongestionaran, y esos más de cien pases que tuvieron cada uno, los hubiéramos disfrutado en el festejo.
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