En Ticapampa… Serranito declarado triunfador de la Feria

14 octubre 2017 Martín Campos

Ticapampa, Recuay (Perú) Sábado 14 de Octubre del 2017. Bajo lluvia intermitente y con plaza llena de tope a tope se dio la segunda tarde con la que culminaba la Feria en honor a la Santísima Virgen del Pilar. Se lidiaron cuatro astados de Santa Rosa, anovillados, escasos de raza, que mansurrearon y no sirvieron. El cuarto con un tris de genio se movió algo pero manseó como los hermanos.

Paúl Abadía Serranito : Palmas divididas y silencio.

Fernando Tendero : Silencio y oreja.

Detalles :

Pintoresca y reluciente luce la Plaza de Toros de Ticapampa cuya proyección de aforo bordeará las seis mil localidades. Cuenta con amplios corrales y adecuada infraestructura. Una joyita en ciernes.

Se nota férrea afición de parte de los pobladores y sus comisionados encabezados por el alcalde Rafael Azaña, el presidente de la Comisión de Fiestas Piero Morales, el coordinador Miguel Milla y los aficionados gestores Raúl Huerta y Freddy Villón.

Actuó como Juez de Plaza el señor Pepe Arrascue.

Se repartieron trípticos informativos a todo el público lo cual es meritorio pues se alecciona sobre cada aspecto de la lidia.

Fueron muy saludados y regalados los miembros de la familia de Capitanes de Plaza, Los Chinitos, quienes previos al paseíllo circundaron el callejón ofreciendo dulces y bebidas al público que correspondía con artículos de los más singulares, desde cobertores de lana, cuadros, bebidas, panes hasta animales como ovejas, cuyes (cobaya) y conejos. Muestra de la fraternidad andina, que para nosotros resulta epatante.

En el tendido destacaba una bandera de España puesta allí por el aficionado Leoncio Filoso que llegó acompañando al matador Fernando Tendero.

Declarado triunfador de la feria el matador Paúl Abadía por su actuación en la víspera donde cortó dos orejas.

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Un toro de los más rimbombantes hierros nacionales se oferta por lo general en una cifra, nada acorde con el medio local, que bordea los cinco mil dólares, sino es más, como en algún caso conocido. Siendo estas astronómicas sumas aceptadas y pagadas por las comisiones taurinas sin chistar, o digámoslo mejor, sin opciones de regatear.

Bueno, es la ley universal de oferta y demanda, el principio básico que sustenta una economía de libre mercado, pero que en muchos casos suele ser ajena al principio ético. En la segunda tarde del ciclo ticapampino se han lidiado toros inservibles por su absoluta falta de raza.

Aparentemente propios de una falta de selección de madres que seguramente debieron ir a parar al gancho. Bueno, tampoco es inusual que una corrida salga mala, pues como sentencia el viejo adagio taurino: de toros, ni las vacas saben.

Ante un lote imposible, los espadas estuvieron por encima de sus oponentes en todo momento. La Empresa Tauro Imperio ha apostado por toreros de fuste y estamos seguros que serán del gusto de la afición nacional.

Paúl Abadía Serranito, que viste un traje precioso de Fermín en azul turqueza y oro muy recargado, recibe a Atrevido con 440 kilos, a por verónicas dejando en cada lance la impronta de sus finas maneras. Llevándolo a los medios el toro tarda, se frena y acusa rajarse de inicio. Carece de celo, desrazado, más es lo que complica que colabora pese al esfuerzo de su matador por colocarlo en muleta. El bicho lo poco que tuvo lo dejó ver en el capote de ahí más nada. Tras dos pinchazos acierta con la cruceta al primer golpe. El silencio de inicio rompe en palmas divididas.

Su segundo que salió tercero, Jabonero con 470 kilos, otro desentendido que solo arrolla, echa las manos por delante punteando el percal y saliendo suelto de la suerte. Brinda al gran aficionado Freddy Villón. En la muleta la cosa no cambia, hace el torito cosas de manso en todo momento, mete el cuello y se defiende. Aún así es ostensible el oficio y predisposición del espada zaragocés, que dio la talla estando seguro y mostrando su desazón al final. No hay nada con la espada por lo que todo se esfuma en silencio.

Fernando Tendero, igualmente bien trajeado, de azul marino y oro, se ha justificado plenamente. Tras un inicio algo inseguro supo sobreponerse ante el escaso interés de Avispado, de 450 kilos, en la báscula. Falto de raza como sus hermanos, se raja pronto, no tiene empuje, es desentendido y deslucido comportamiento. Silencio tras espada desprendida.

Con el que cerró tarde, la cosa algo marchó mejor llevando todo el mérito el diestro que estuvo sobrado de facultades ante su oponente. Fue Descarado con 480 kgs., un manso con genio que se defiende al sentirse tocado, lo recibe rodillas en tierra con el farol que entusiasma. Adolfo Andrade El Toto se agarra bien con el pupilo de Galdós. En los palos todo es mero trámite, el tercio es cambiado con un par apenas. Brinda al público en el centro del redondel que luce magnífico.

En los medios, hay buenas series imponiendo su dominio el matador, tapándole con la muleta para propiciar alargar el pase al moro que sale suelto. Con lo poco de movilidad que tenía el torito le supo tapar defectos, surgiendo muletazos de buen corte, a pies juntos hay rematados pases por alto. Labor meritoria del madrileño que no ha pasado inadvertido en esta su primera comparecencia en nuestro país. Da gusto ver esta clase de toreros entregados, valientes y con técnica sobrada. Acierto empresarial al tenerlos en nómina. Ejecutando bien la suerte es efectivo el espadazo. El público sentencia y el juez con buen criterio concede el apéndice sin hacerse esperar.

Felicitaciones a la Comisión de Fiestas, a las autoridades y a la empresa Tauro Imperio que dirige el buen aficionado Edgar Córdoba El Fino. Ticapampa es un destino taurino muy atractivo y promete mejorar cada año. Vale la pena haber estado.

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