En Manizales… Antonio Hernández, destaca cortando dos orejas
Monumental plaza de toros de Manizales, segunda novillada sin picadores del ciclo Toros y Ciudad, se lidiaron erales de la dehesa de Las Ventas del Espíritu Santo, encaste comercial Domecq, de dispar presentación y comportamiento; destacando el segundo premiado con generosísima vuelta al ruedo, y primero, quinto y sexto por mansos y descastados. Lleno parcial en los tendidos.
Camilo Hurtado: Saludo.
Antonio Hernández: Dos orejas.
Miguel Roman: Silencio tras aviso
Alejandro Restrepo: Palmas tras dos avisos.
Santiago Viloria: Silencio tras dos avisos.
Alejandro Buendía: Silencio tras dos avisos.
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Heráclito escribió “El hombre de ayer no es el mismo de hoy y el de hoy no será el de mañana”, haciendo énfasis en la naturaleza cambiante del ser y su tendencia a evolucionar, a ser mejor; justamente este cambiar a más fue el común denominador de la segunda novillada sin picadores del ciclo prefería Toros y Ciudad, una noche en la que, si bien no se lograron trofeos generalizados, se observaron mejoras en la expresión de los jóvenes debutantes.
De nuevo Manizales, valida porque es la ciudad más taurina de Colombia, presentando un lleno parcial en el segundo festejo de su ciclo prefería; da gusto ver cómo personas de distinta edad, posición social y grado de formación se reúnen en torno a la fiesta brava, razón tenía el maestro Victorino Martin Andrés, cuando afirmaba que los Toros son del pueblo.
Al ruedo seis jóvenes toreros que pisaron el albero con la ambición del novillero pero que chocaron con el océano de nobleza y descastamiento propio del encaste comercial Domecq, pues salvo el triunfador de la noche Antonio Hernández, todos pasaron las duras y las maduras para extraer el insumo de bravura y emoción que se necesita para el triunfo, buscando beber en pozo seco.
Abrió plaza Perfumado (326 Kg.) que correspondió en suerte a Camilo Hurtado, un eral manso que termino refugiado en tablas, aguantado más que luchando, ante la muleta del joven novillero, destacaron algunos muletazos con tersura y profundidad por la mano derecha; con el acero despacha recibiendo aprovechando una arrancada del astado. Saludo y pitos en el arrastre.
Antonio Hernández, hizo gala ante Cauto (280 Kg.) de su capacidad de conectar y transmitir, recibiendo con largas cambiadas de rodillas, cubriendo el segundo tercio con espectacularidad y mostrando ánimo y disposición; a razón de la escasa fuerza del burel, montó una faena inteligente a media altura, dándole tiempos y espacios al bicho, se observa en su expresión una evolución favorable. Con la espada deja media estocada que basto para despachar y reclama dos orejas ganadas a ley, por una actuación que fusiono el entusiasmo con el oficio.
El joven Miguel Roman recibió a porta gayola a Liston (300 Kg.) los momentos más destacados de su actuación se dieron con la pañosa en la mano derecha, pero la falta de entendimiento y la escasa duración del novillo, no propiciaron la conexión con los tendidos. Tras varios fallos con el acero y el uso del verduguillo despacha tras escuchar aviso. Silencio.
Alejandro Restrepo, quiso poner toda la carne en el asador y se fue a recibir a porta gayola a Clavelon (310 Kg.) el novillo con menos cara del festejo. Se le vio correcto con el percal mostrando claridad en su expresión y buenas maneras, validadas al cubrir de manera adecuada el segundo tercio, sin espectacularidad y con más ortodoxia. Sin embargo, su actuación se vino a menos con la muleta, pues el novillo delato su mansedumbre y termino refugiándose al abrigo de las tablas; en un acto espartano se lanza a matar sin muleta, (definitivamente el valor no conoce de raciocinio), desafortunadamente no logra su acometido y tras un extraño el novillo hace por él en el piso hiriéndolo en el rostro. Tras escuchar dos avisos logra despachar a su enemigo. Se le abona su valor y voluntad.
Arquero (320 Kg.) correspondió al espigado Santiago Viloria, hijo del varilarguero nacional Luis Viloria, quien se encuentra afincado en España; pese a su voluntad el novillo no le dio chance pues a su escasa fuerza y descastamiento se sumaba cierta dificultad en sus remos posteriores, con la espada se congestiona y tras dos avisos cierra su presentación. Silencio.
El cierra plaza Almivar (352 Kg.) fue el novillo de mayor peso del festejo, correspondiendo su lidia al joven Alejandro Buendía, quien estuvo correcto con el percal y cauteloso con la muleta, incluso recibiendo fuerte voltereta de la que salió bien librado a razón de la nobleza borreguna del astado, tras dos avisos despacha. Silencio.
El ciclo continuo el día de mañana, sábado 15 de octubre, con una novillada con picadores en la que lidiaran utreros de la dehesa de Armerias Juan Camilo Alzate, Francisco Puerta y Luis Miguel Ramírez.
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