En Caxuxi… ¡Ganadero¡ ¿por qué sus ‘toros’ fueron anovillados?
En la plaza de toros El Carmen de Caxuxi, Hidalgo, se ha lidiado un encierro de Medina Ibarra que ha lucido alarmante y reprobable apariencia de novillos, han sido cumplidores, aunque el primero y tercero acusaron mansedumbre.
El rejoneador Jorge Hernández Gárate: Abucheado y pitos.
Octavio García El Payo: Salida al tercio y oreja.
Sergio Flores: Palmas en su lote.
Detalles:
Los Forcados de San Luis han realizado la primera pega de la tarde al primer intento; los Forcados Amadores han hecho lo propio al tercer intento en el cuarto toro de la tarde.
El rejoneador Jorge Hernández Garate, al final del festejo entre el fuerte abucheo y sonoros silbidos del publico, se ha encarado con un aficionado del tendido que le reclamaba lo que para él fue una pésima actuación, el rejoneador potosino olvidándose de las buenas costumbres y la educación lo retó a que se bajara, lo que es reprobable sin lugar a dudas.
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Cuando se anuncia un cartel de categoría de inmediato las entradas vuelan como “pan caliente”, pero precisamente vuelan porque suponen los aficionados que habrá verdad en la Fiesta, y con ello, aparecerá una verdadera corrida de toros, entendiendo que con ello habrá bravura, casta, pero, sucedió que en Caxuxi el ganadero envió un encierro con reprobable apariencia de novillos, ofendiendo con ello a la buena fe del público que paga una entrada para ver toros, no astados anovillados, sin presencia ni trapío.
“¡Esto es una corrida de toros no una novillada!”, gritaron desde los tendidos aficionados indignados a los que les asistía la razón.
Ante esto el Comité Taurino de Caxuxi y todo hace ver que a la presión de los toreros de no enfrentar el auténtico toro, esto queda en el mero anécdota, y nunca podrá haber reconocimiento a los toreros ni mucho menos al ganadero por la falta de ética, honestidad en su proceder taurino.
Esta tarde ha partido plaza el rejoneador potosino, Jorge Hernández Gárate, cual príncipe de aquellos cuentos de los talentoso Hermanos Grimm, ataviado elegantemente, pero todo se ha quedado en eso, en un príncipe elegantísimo que no entendió el gran compromiso que tenía esta tarde con la población hidalguense.
Ha estado, pero si no hubiera sido así, habría sido lo mismo, por lo vacío de su toreo, tan frío y desentendido, mostrando poco interés, desperdiciando la bondadosa embestida de los pequeñines astados de Medina Ibarra, que en todo momento lo han dejado estar a gusto; sí como en esos cuentos que les recordamos de los Hermanos Grimm, en donde los dulces y serviciales enanitos insisten y hacen todo para que el príncipe se vea bien, luzca mejor, y el príncipe ilógicamente, se niega a estar a la altura de las circunstancias con su pueblo, con un desprecio manifiesto.
Así, el caballero en plaza, estuvo extraviado en sus dos toros, incluso a manera de protesta el público le gritaba, “… ¡que bonitos caballos!“; al final con el primero de sus toros dejó la hoja de peral muy trasera que le causó derrame de sangre por el hocico al toro y, quiso vender la suerte, cosa que el público enfurecido le abucheo con sonoridad.
¿Queda más que decir de este príncipe como salido del cuento de los Hermanos Grimm?
Lamentablemente, no. Simplemente nada, pues esta actuación quedara en el peor de todos los recuerdos del público, sobre todo por el punto final que puso Jorge, al ofender y humillar al aficionado cuando en su partida de esta plaza le reclamó la pésima actuación que tuvo el príncipe Jorge.
El Payo, quien venido desde tierras queretanas ha hecho su debut en esta plaza. Desde el inicio en su participación dejó ver que simplemente vino a pasar un fin de semana agradable, sin ajustarse. Es verdad que ha corrido la mano ligando pases por la derecha en sus dos astados, pero desde el tendido se escucharon esos gritos aleccionadores del público, que pareciera para estos toreros no tener importancia, pero de un público desconcertado que gritaba: “¡Pico, Pico!”.
Y efectivamente, El Payo, estaba toreando con el pico.
Terminaría cortando una oreja en su segundo astado, que ha sido la única, que vio conceder el aterido público en el festejo.
Y de quien verdaderamente estamos sorprendidos ha sido de, Sergio Flores, pero esta vez no ha sido para bien sino por el contrario, para mucho mal. Le hemos visto que siempre en cada plaza sale por todo y mucho más, no ha sido la ocasión.
Sergio realizó dos faenas cumplidoras, que ha malogrado con la espada; esperemos que Sergio Flores corrija esa actitud y salga como le conocemos, como ese torero con grandes retos y con ello, con total respeto para todos los públicos.
No queda más que felicitar al Comité Taurino de Caxuxi, pues a pesar de todas las adversidades ha cumplido su cometido, traer a toreros de buen nivel, aunque eso cause bajar el nivel del toro, por las imposiciones de un encierro vergonzosamente anovillado.
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