Lo dice Pepe Mata… ¿Y en dónde quedó el toro bravo?
Se anunció a la ganadería comercial de Núñez del Cuvillo, y no se esperaba mucho de sus toros; todos conocemos de su mansedumbre asfixiante, su docilidad abrumadora, o el genio que lleva a la violencia implícita.
Y así fueron, no podían cambiar, porque su criador, Álvaro Núñez del Cuvillo, debe de ser muy feliz criando toros mansos y descastados…
… cada cabeza es un mundo.
Quien ha estado muy bien ha sido el francés, Juan Bautista, entendió de la mansedumbre molesta, descastadona, en momentos violenta, porque el astado desde que salió fue con la cara alta, rebrincando, y lo comenzó a sujetar en el capote al recoger sus embestidas.
No obstante, lo interesante vino cuando en la faena de muleta, con mando y aguante, atemperó el recorrido violento del astado, supo encelarlo cuando se resistía a acudir, y consumó series templadas, que no transmitieron lo que se esperaba, porque el gran público esta inmerso en el hartazgo de tanta mansedumbre y descastamiento, y le asiste la razón.
Así, que esta sonata de bien torear, no se apreció en su justa dimensión.
Supo dar mayor escena a lo que hizo el señor Talavante, con su primero se dejó por el lado derecho, y ahí trazó una primera serie plausible, no obstante, este hecho ya no se repetiría con esa intensidad por la mansedumbre del bovino, además de que apenas intentó con la zurda; cosa distinta con su segundo, en donde se prodigó por naturales, dos series francamente buenas, y cuando quiso hacer algo con la derecha el toro hizo por él, dejándole para su buena fortuna, sólo una ‘cornada subcutánea’, que no hizo mucho daño, porque pudo haber sido peor.
Alejandro no se fue a la enfermería, dejó otras dos series emotivas y sepultó una estocada al encuentro baja. El respetable pidió una oreja, la que tras recibirla se llevaría a la enfermería.
El señor Andrés Roca Rey, tuvo también un lote de mansos ejemplares, pudo extraerle interesantes series a su primero que no conmovió porque el toro no trasmitía; y el que cerró plaza se inutilizó, y ahí quedó todo.
Y, fue cuando surgió la pregunta entre el público…
… ¿en dónde quedó el toro bravo?
El toro bravo y encastado, lamentablemente ha vuelto a brillar por su ausencia, y eso se lo hicieron notar al empresario las buenas conciencias, como las del conocedor y exigente, Tendido Siete, en varias pancartas, en las que su protesta trascendió.
La Fiesta se llama brava y se apellida encastada, si van a sacar sólo toros bobalicones, con genio o reticentes, que le avisen al público…
… sí, que le informen, para que se entere que ya no será más la Fiesta Brava, sino ahora se denominará la Fiesta de la movilidad.
La Fiesta de la movilidad, que tan sólo es un inadmisible simulacro que conduce a las miserias taurinas.
¡Sí!
Que le avisen al público.
Y entonces el público sabrá si continúa con una Fiesta paralela que carece de verdad; o se ausenta hasta que decidan los ganaderos comerciales hacer uso de la ética, de la honestidad, de la dignidad personal, bienes que deberían tener presentes, pero pareciera que ya son muy escasos en ellos.
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