Lo dice Pepe Mata… Llegó el hartazgo de tanto toro manso y descastado
Hacía muchos años que una Feria de San Isidro no había tenido tanto fracaso ganadero, como está ocurriendo en este serial; toros mansos, descastados, unos con genio, otros reticentes, pero en su conjunto… ¡INDIGNOS de haber aparecido en el coso titular del mundo!
Que se ha cumplido las expectativas en cuanto a la presencia, eso no es ninguna justificación para que los ganaderos no sean cuidadosos en la selección de lo que envían para Las Ventas, en cuanto a sus empadres.
Si un ganadero no sabe lo que tiene en su ganadería, entonces debe dedicarse a otra cosa.
¿Que el toro no tiene palabra de honor?
Esa es la absurda sentencia con la que se han cobijado ganaderos sin ética, sin honestidad, sin dignidad personal, para faltarle respeto, por supuesto, primero a ellos mismos, y junto a esto a la Fiesta, a sus propios toros, pero fundamentalmente…
… ¡sí!, fundamentalmente, a la buena fe del gran público taurino, que ama al arte del toreo y al que cínicamente le ofrecen una corrida de toros, y no le cumplen.
Este martes en cuestión, se han lidiado astados de varias procedencias, Valdefresno, Hermanos Fraile Mazas, Adelaida Rodríguez y Carriquiri; y…
… ¡ninguno sirvió!
Juan Leal que estuvo extremadamente entregado, se estrelló con el muro infranqueable de la mansedumbre con genio, con la casta mala, con la violencia desatada.
Y, sí, la tarde desde el inicio se tornó en gris, muy gris, y el público, que por cierto está haciendo malas entradas, llegó al auténtico hartazgo.
Un hartazgo que se veía venir desde el inicio del serial isidril, por lo que parecieran saldos de ganaderías.
Ya hay muchas tesis sobre el asunto ganadero que se escuchan por todas partes, no falta quien asegure que al no contar con suficiente respaldo económico, se encuentran imposibilitados de adquirir el auténtico toro para Madrid, y por ello llegan encierros indignos de aparecer por la puerta de toriles del coso titular del mundo.
El descontento es generalizado, y ahora a esto se suman las ganaderías comerciales que vienen para los figurines; la Fiesta está perdiendo su esencia que le ha hecho llamarse brava y apellidarse encastada.
¿Que tienen movilidad aunque sean mansos?
¡Por favor!
Esa es una excusa absurda, incongruente y alarmante.
Eso de la ‘movilidad‘ es una manera inadmisible de justificar la deshonestidad, la falta de ética, el vacío que deja el no tener dignidad personal, en suma, la carencia de principios que debieran conducir a los actos de toda persona hacia la verdad.
Y, aquí, en el rubro ganadero, no se encuentra esa verdad por ninguna parte.
Mientras no se retome el asunto ganadero, que además es fundamental porque es la Fiesta de TOROS, de los toros bravos y encastados…
… se estará fallando en Las Ventas en todo, y esta Feria de San Isidro, no va a prosperar, yéndose irremediablemente al abismo de la mediocridad.
_____________________________
_____________________________