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En Sevilla… Destaca Leo Valadez con faenas que impactan al público

Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Decimoquinta de abono. Más de un cuarto de entrada. Se lidiaron novillos de Guadaira, bien presentados y manejables. Destacaron segundo, quinto y sexto.

Jesús Enrique Colombo: Silencio y ovación.

Leo Valadez: Vuelta tras petición y aviso y vuelta tras petición.

Toñete: Ovación y silencio tras dos avisos.

Detalles:

Saludó en banderillas Pepín Monge.

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Jesús Enrique Colombo recibió de forma airosa con el capote al primero de la tarde, novillo que perdió fuelle después de su encuentro con el caballo. Solvente con las banderillas, ligó en las primeras series con la derecha hasta que el novillo comenzó a meterse y pararse por ese pitón. Por el izquierdo también se le coló, orientándose el de Guadaira, el más complicado de un encierro manejable. Con oficio le sacó algunos muletazos más antes de matar de buena estocada.

El cuarto se fue suelto del capote e impidió el lucimiento del venezolano. También manseó en el caballo y Colombo fue a más en el tercio de banderillas. En la muleta logró encelar a un novillo que se iba suelto y sacó alguna serie estimable con la derecha. Insistió y lo intentó todo con un animal que no transmitía. Volvió a matar con contundencia y fue ovacionado.

Leo Valadez estuvo animoso con el capote en su primero, tanto en el recibo como en un galleo para llevarlo al caballo. Firmó un bonito comienzo de faena con una rodilla flexionada, doblándose con buen gusto. Muy firme en las primeras series diestras, logró mucho acoplamiento y ligazón en la segunda, haciendo sonar la música. También dio series templadas al natural aprovechando la noble condición de su enemigo. Remató su completa actuación con una buena estocada. El novillo tardó en caer y el presidente no concedió la oreja que solicitó el público.

De nuevo dispuesto y bullidor con el capote, Valadez se hizo aplaudir en un quite por zapopinas. Brindó al público y templó bien en las primeras tandas que dio con la derecha al novillo de Guadaira. Al natural resultó volteado, pero se repuso y le dio algunos muletazos por ese potable pitón. Fue faena de oficio y mérito que remató de buena estocada. Se repitió la historia: hubo petición de oreja, el presidente no la concedió y el mexicano dio vuelta al ruedo.

Toñete tuvo un primer enemigo manso en los primeros tercios que embistió con brusquedad y descompuesto en la muleta. El novillero lo trató con suavidad y sacó  algunos muletazos sueltos a un animal cada vez más parado. Resultó volteado al entrar a matar, por fortuna sin consecuencias.

El sexto le dio más posibilidades y Toñete lo aprovechó en series con la derecha que fueron a más, haciendo sonar la música. Con la izquierda le costó más acoplarse y la faena perdió intensidad. Volvió a la derecha y mejoró, pero después falló con la espada y sonaron hasta dos avisos.

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@TorosenelMundo_

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