Lo comenta Miguel Ángel Yáñez… Justicia torera para un torero: Emilio de Justo
Emilio de Justo da el aldabonazo que todos estábamos esperando a su larga y esforzada carrera, como torero de arte, poderío, torería, valor, oficio e insistencia. Corta dos orejas, una a cada toro de su lote, que le abre la Puerta Grande de Las Ventas y que le consagra como uno de los mejores del escalafón.
Tras once años de alternativa Emilio de Justo cierra una de sus mejores o la mejor temporada de todas las que lleva como matador de toros, y lo hace abriendo de par en par y por derecho la Puerta Grande de la Monumental de Las Ventas.
Reaparecía hoy en Madrid tras las dos cornadas, la física y la sentimental, recibidas hace pocos días en el cuerpo en Mont de Marsan y en el alma, por el fallecimiento de su padre. Precisamente a su padre y al público que le había dado una gran ovación al terminar el paseíllo, les brindó la faena del cuarto toro de la tarde, segundo de su lote en el que se lo jugaba todo, tras cortar una oreja a su primero.
Dos faenas las instrumentadas por el cacereño a sus antagonistas los que no estaban exentos de dificultades, pero a los que supo sobar, mandar y dominar, no sin ciertos atragantones por la seriedad de ambos astados, a los que se enfrentó con mucha verdad, pureza, cruzándose, exponiendo, cargando la suerte; lo que trascendió y caló ampliamente en los aficionados que cubrieron el aforo en dos tercios. Dos buenas faenas quizá no tan macizas como se podría pensar, pero sí dos buenas y poderosas faenas que se redondearon y rubricaron con dos estocadas de las que hacen época, especialmente en estos momentos donde la llamada suerte suprema, cada vez se ejecuta de forma más deficiente.
Si la justicia torera de los taurinos es verdaderamente justa, Emilio de Justo tendría que ser torero imprescindible en todas y cada una de las ferias más importantes de la próxima temporada española. Seguir siendo el baluarte de la Francia taurina donde tanto ha toreado y tanto se le considera y dar el salto con el merecimiento conseguido a la también América taurina.
Emilio de Justo entra a formar parte de los elegidos que han traspasado en hombros de los “capitalistas” la Puerta Grande de Las Ventas.
¡¡¡Olé los toreros grandes y de raza!!!
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