En la Opinión de Pepe Mata… Sevilla puso el hilo conductor, ahora sigue Madrid
A la Fiesta le urge oxigeno, sí mucho… muchísimo oxígeno para revitalizarla, darle nuevamente el sólido argumento, que lamentablemente los figurines a través de imponer a las ganaderías comerciales, le han quitado.
Tanto abuso por empequeñecer los atributos fundamentales del toro bravo, para transfigurarlo en un bovino dúctil, domesticado, cómodo para que los figurines realicen esas faenas a las que llaman bonitas…
… bonitas, probablemente, pero vacías, le han quitado la grandeza que habitaba en el arte del toreo.
Los empresarios pareciera que entraron en una dinámica de sólo voltear a ver a los devaluados figurines, pero…
… pero la reciente Feria de Sevilla, puso los puntos sobre las íes y el público les envió el claro mensaje de que es lo que quiere ver en la realidad.
Llegó, Antonio Ferrera, y la gente sucumbió ante el poder no sólo del aguante que le otorga su valor natural, sino de ese implacable poder que concede el sentimiento; y Sevilla se volcó.
Apareció nuevamente ese genio indiscutiblemente del toreo, Andrés Roca Rey, y Sevilla… volvió a sucumbir ante su vitalidad, ante su poder avasallador que consiguió elevar a los espíritus de los diletantes taurinos, y trascender en la cima tan alta como el Everest.
Cerró la feria una faena magistral, consumada a un toro de Miura por, Pepe Moral; un torero injustamente postergado, cuyo sólido argumento es el arte con el que ilumina el horizonte taurino.
Sevilla enseñó al mundo que el cambio es necesario, inminente… los toreros dinosáuricos están ya en extinción y se requiere la necesaria renovación con toreros experimentados con solera y sentimiento, que no les han permitido ser a plenitud, como, Antonio Ferrera, de toreros artistas como, Pepe Moral, y de genios del toreo, como, Andrés Roca Rey.
Y, es fundamental que todos al unísono entiendan la necesidad insoslayable de apoyar a la juventud de todo el orbe taurino, formados con base en la verdad del toro bravo…
… del toro bravo y encastado, para conseguir, no sólo buenos toreros, sino auténticos artistas del toreo.
Llega Madrid, llega la Feria de San Isidro, en un inmejorable momento, deseamos por el bien del arte universal del toreo, se escriban en el redondel venteño, auténticas obras maestras, que oxigenen y den luz al porvenir de un arte que, sin lugar a dudas, puede volver a brillar en el universo.
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