En Parentis… La ganadería de José Cruz: seis puyazos y siete orejas
Crónica de Thierry Reboul
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Arènes de Parentis, Segunda novillada de las Fêtes 2025. 8/10 de una arena. La ola de calor es soportable bajo la cúpula de Parentissoise. Novillos de José Cruz. Seis puyazos, cuadra Bonijol.
Aaron Palacio: Oreja y oreja.
Iker Fernández El Mene: Oreja y dos orejas.
Javier Zulueta: Oreja y oreja.
Detalles
El mayoral saludó.
El Mene recibió el Premio Marie Sara.
Presidente: Lionel Lohiague
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Resumen
En Parentis, se cortaron las orejas. El público, numeroso en las gradas, y salieron contento, probablemente porque las espadas actuaron con rapidez y consiguieron “los trofeos” de la presidencia. Las estadísticas de los toreros se incrementará. Pero ¿qué quedará en el recuerdo de esta novillada dentro de unos meses
Probablemente no gran cosa.
Obviamente, es un error ir contracorriente tras semejante triunfo, a riesgo de parecer aguafiestas. Pero estamos seguros de que no sentimos ninguna emoción, ni desde la perspectiva de un torista ni de un torerista, durante este festejo.
No es culpa de los tres novilleros, experimentados y de buen nivel, que hicieron lo necesario para triunfar sin caer en la vulgaridad. No es responsabilidad del palco, que, con la excepción del primero, gestionó peticiones ruidosas.
El trío presidencial incluso logró resistirse a la petición de vuelta para el quinto. No es culpa de los organizadores, que casi llenaron las gradas y ofrecieron toros con una presentación impecable.
La responsabilidad recae en el ganadero que produce toros comercializables sin raza ni personalidad. También recae en un público que se conforma con poco por ignorancia o falta de curiosidad y demanda.
Y probablemente también les tocará a los viejos aficionados que buscan la rara emoción del peligro o del arte yendo a las plazas en lugar de preferir el triunfalismo moderno.
Los novillos
El encierro enviado a Parentis por la ganadería de José Cruz ha sido un lote de novillos modernos. Bien presentados, se emplearon duro a caballo, pero no aguantaron un segundo encuentro. Con la muleta, pasaron sin malas maneras al inicio de la faena. Después, justos de fuerzas, bajaron el ritmo o incluso se desvanecieron, permitiendo algunas florituras para completar la conexión con el público. No transmitieron la emoción del peligro (a la manera de Dolores Aguirre) ni la de la clase (a la manera de La Quinta), porque no tenían peligro ni clase. Como murieron rápidamente, todo estaba preparado para asegurar que un público como el que llenaba las gradas de la plaza de parentissoises estuviera contento y pidiera las orejas.
Los novilleros
Aarón Palacio es un buen torero, pero sin materia prima, es difícil producir una faena. El primero fue débil y soso. El novillero se entregó, pero aburrió. La espada quedó aproximada, pero tumbó una oreja. El cuarto fue más soso que noble. Palacio, con su oficio, logró dar un poco de relevancia a una faena que fue a menos. Una nueva oreja.
El segundo fue justo de fuerzas y se apagó después de la segunda serie. La faena no transmitió nada, pero El Mene cortó una oreja. El quinto es de esa nobleza insulsa que hace cortar orejas que no se recuerdan unas horas después. El Mene no deja pasar la oportunidad y cortó dos orejas.
El primer novillo de Javier Zulueta salió lastimado después de una vuelta de campana. A pesar de su nobleza, le costó recuperarse. Después de una eficaz faena de enfermero, Zulueta también le cortó una oreja. El último fue un noble, pero no avanzó más. Zulueta se entregó, pero la faena no emitió ninguna emoción. La espada entera fue rápida.
Novillo a novillo
Novillo número 51 para Aarón Palacio
El primero estuvo bien presentado y salió abanto. Aarón Palacio le cuesta fijarlo. Bien puesto en suerte, se llevó un primer puyazo empujando. No hubo segundo encuentro. Brindis para el público, Palacio inició doblando al toro. Lo hace con las rodillas en la arena. Continuó con derechazos. El novillo era noble pero le faltó recorrido. El novillero se entregó, pero el de José Cruz fue cada vez más soso y no transmitió nada. A la izquierda, se desplazó apenas dos metros. El torero retiró la mano derecha porque el toro se paró. Palacio tomó la espada de la muerte. Dejó tres cuartas partes de ración de acero caído, sin embargo, el de José Cruz tardó en caer. Un descabello y las mulillas del arrastre pudieron entrar al ruedo. Una minoría del público pide y recibió una oreja.
Novillo número 07 para El Mene
El segundo fue más chico. No se empleó en el capote de El Mene. Bien picado, empujó durante el único encuentro. El Mene brindó al respetable y comenzó la faena con derechazos y pases pechos. El novillo era noble, pero le faltó de energía. Dos series y se apagó. Intentó por la izquierda, la luz no regresó. El torero insistió, pero no hubo ni emoción ni arte. Al final aparecieron manoletinas para despertar al público, la espada quedó casi en su lugar. El toro tardó en caer, sin embargo, la oreja, no tardó en caer.
Novillo número 60 para Javier Zulueta
El tercero salió abanto y se dio una violenta vuelta de campana de la cual se incorporó debilitado. Javier Zulueta le hizo picar poco. El tercio de banderillas fue limitado. Inició con pases por alto, el toro era noble, pero no se podía mantener en pie. Cayó al final de la primera serie con la derecha. Una pena, porque el toro tenía cualidades. Tuvo un buen pitón izquierdo. Toreado a media altura, le permitió a Zulueta ligar buenos naturales. De vuelta a la derecha, el novillo de José Cruz se ha recuperado un poco y lo que hizo que el torero estuvo bien hecho, pero careció de transmisión. La espada trasera fue de efectos rápidos. Oreja.
Novillo número 50 para Aarón Palacio
El cuarto bien presentado. Acudió bien al capote de Aarón Palacio. Recibió un puyazo fuerte, demasiado fuerte, empujando. La faena comenzó apoyándose con doblones, luego Palacio prosiguió por la derecha. El novillo era noble. Con la izquierda, le faltó chispa. De hecho, era hasta más soso que noble. Palacio ha tenido talento y logró darle relieve a la faena. El novillo terminó apagándose y la faena se fue “a menos”. En las tablas, la primera entrada a matar terminó con un pinchazo, la segunda con una entera que fue suficiente. Una oreja.
Novillo número 58 para El Mene
El quinto fue cómodo de cabeza, pero serio de trapío. Acudió sin convicción al capote de El Mene. Recibió un puyazo apoyando mientras empujaba. Nuevo brindis al público; el torero inició la faena con doblones. El toro anduvo suelto y de una nobleza insulsa. El novillero ligó en ambos pitones muletazos con entrega, pero sin mucha transmisión. Sí, estuvo bien hecho, no obstante, cuando no hay toros. Por la izquierda, el toro redujo su embestida y la faena se fue irremediablemente a menos. El final con luquesinas que no eran necesarias. Media espada caidita puso fin rápidamente a la discusión. Dos orejas.
Novillo número 16 para Javier Zulueta
El último fue el más pesado de todos, sin embargo, cómodo de cabeza. El novillo se empleó a regañadientes en el capote de Javier Zulueta. Recibió un buen y efectivo puyazo empujando. Brindó al público y el torero inició con ayudados por alto para después trazar trincheras. Justo de fuerzas, el novillo fue noblote cuando Zulueta lo citó para los primeros derechazos. Por la izquierda, la embestida resultó corta y reticente. Regresó con la derecha, el novillero se entregó a un toro que se apagaó lentamente. La espada quedó entera y caidita, ha sido efectiva. Oreja.
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