En Málaga… En la despedida de Ponce sólo queda la esencia torera de Juan Ortega

16 agosto 2024 Redacción

Málaga. Tercera corrida de la Feria de Málaga 2024. Toros de Juan Pedro Domecq, justillos de presencia y mansones.

Enrique Ponce: Ovación y vuelta al ruedo.

Morante de la Puebla: Ovación con fuerte petición y silencio.

Juan Ortega: Ovación y oreja.

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Tarde de emociones en la cuarta de abono con la despedida de Málaga de Enrique Ponce. Una tarde donde Morante algo pudo hacer en su segundo; y donde Juan Ortega dio una cátedra de la esencia del toreo con el capote, con despaciosidad inaudita y entrega absoluta.

Ponce dejó varias verónicas ante su primero como si fueran tres kilos de boquerones, una toro que metió bien la cara en el capote, hasta que a la salida se pegó una voltereta el animal y salió mermado. Faena medida de Ponce, dándole el tiempo al animal. Dejó muletazos sueltos y los doblones del final, que llegaron a los tendidos.

Ante el cuarto, el toro de su despedida, con un toro que no terminaba de humillar, lo metió en la muleta. Faena de mérito, a base de oficio. Pinchazo y estocada. Gran ovación y vuelta al ruedo.

Morante al segundo dejó con el capote lances cumplidores reponiendo terrenillo. Con la muleta pases a dos manos y rematar con una buena tanda por el derecho. Dejó también varios muletazos por ahí. A pesar de que el toro se vino abajo. Estocada.

En el quinto, el sevillano se las vio con un toro de embestida incierta, manseando. Lo intentó Morante tapándole en todo momento los defectos al animal pero le resultó muy difícil concretar. Dejó muletazos de correctos, pero apenas pudo hacer más.

Juan Ortega dejó una lección con el capote en el tercero conduciendo a la sublime locura a todos los ahí convocados. Tan despacio lo meció que parecía imposible que alguien le pudiera emular. Al igual que las chicuelinas fueron soberbias. Llegó a la muleta el de Juan Pedro sin clase, reticente. Muletazos sueltos de Ortega, hasta que terminó rajándose cual vil manso.

Volvió a cuajar al sexto Ortega con el capote. Verónicas muy despacio y dos remates con media de cartel. Comenzó la faena de muleta con ayudados por alto. Torería en estado puro. Trincherazos y pases de la firma. Todo al estilo Juan Ortega. Supo taparle todos los defectos que tenía el animal con evidente sabiduría. Con la izquierda cuajó naturales de gran belleza, profundidad y transmisión. Estocada y oreja.

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