La tauromaquia corre el riesgo de desaparecer en Francia
La Asamblea Nacional de Francia debe debatir el próximo 24 de noviembre un proyecto de ley que, de aprobarse, prohibirá las corridas en los diez departamentos franceses donde aún se practican.
El autor de la propuesta, Aymeric Caron, de 50 años y natural de Boulogne-sur-Mer, periodista de radio y televisión, escritor y últimamente político francés es un conocido activista por los derechos de los animales y una de las principales figuras de los nuevos diputados de izquierda.
Caron pertenece al pequeño partido antiespecista Revolución Ecológica para los Vivos (REV), unido a La France Insoumise (LFI), el partido anticapitalista de Jean-Luc Mélenchon. La propuesta de prohibir las corridas apareció en el programa electoral de la izquierda de LFI (La France Insoumise) y de los ecologistas EELV (Europe Écologie-Les Verts), pero no en el de los socialistas o los comunistas, los otros componentes de la alianza de izquierda Nupes (Nouvelle Union Populaire Écologique et Sociale).
Si se votara esta propuesta de ley, este hecho, marcaría el final de una tradición que se remonta al siglo XIX. El sur de Francia alberga cada año ferias muy importantes, como las de Bayonne, Nîmes o Arles entre muchas otras.
Desde hace meses, el proyecto de ley de Aymeric Caron, que pretende prohibir por completo las corridas en toda Francia, ha creado conciencia. Por un lado, los antitaurinos que ven en esta oportunidad legislativa la de acabar con esta cultura. Por otro lado, apasionados aficionados e historiadores que temen el fin de un arte específico que ha existido durante siglos.
En Francia, la tauromaquia ha sido autorizado legalmente desde 1951 en las partes del territorio donde constituye una tradición ininterrumpida, principalmente en el sur de Francia. Pero prohibida en otros lugares. El texto del diputado antiespecista es, por lo tanto, potencialmente una oportunidad para aclarar el futuro de las corridas en toda Francia. De hecho, los diputados a la Asamblea Nacional serán invitados a examinar su propuesta el 24 de noviembre. Y si es votada, tendrá aún que ser analizada luego en el Senado.
Por todo ello el mundo taurino francés está mostrando su oposición a esta propuesta de ley a través de todas las redes sociales con el #OuiàlaCorrida y se manifestarán el 19 de noviembre para decir “Sí a las Corridas” pero no sólo… en Alès, Arles Auch, Bayonne, Béziers, Dax, Istres, Langon, Mont-de-Marsan, Nîmes, Pau y Perpignan, como ya se hizo el pasado 10 de septiembre en Arles, el 17 de septiembre en Nîmes o el 6 de noviembre en Rion-des-Landes durante el último festejo francés.
Algunas verdades sobre los toros en Francia.
La tauromaquia es un momento cargado de emociones que se comparte, creador de arte y belleza. “Es la fiesta del coraje, es la fiesta de las personas de corazón“, proclamó Georges Bizet en Carmen.
Más allá de sus orígenes milenarios, de su herencia común y de su diversidad, la tauromaquia va mucho más allá del arraigo regional y la identidad mediterránea que suele reivindicarse.
La asistencia a los actos taurinos es elevada: entre un millón y un millón y medio de visitantes en Bayonne, un millón en Nîmes, 400.000 en Arles, 900.000 en Dax, 630.000 en Mont de Marsan, entre 35.000 y 70.000 en Vic-Fezensac localidad que apenas tiene 3500 habitantes.
Antiguamente practicada en casi toda Francia (Roubaix, París, Cherbourg, Vichy…), la tauromaquia está ahora autorizada en tres regiones administrativas del sur –Nouvelle Aquitaine, Occitanie, PACA (Provence Alpe Côte d’Azur)- que constituyen “la región de tradición taurina ininterrumpida“, establecido por la jurisprudencia.
En su decisión, los jueces detallaron: “No se puede discutir que, en el sur de Francia, entre el país de Arlés y el País Vasco, entre la garriga y el Mediterráneo, entre los Pirineos y Garona, en Provence, Languedoc, Cataluña, Gascoña, Landas y País Vasco, existe una fuerte tradición taurina que se manifiesta en la organización regular de espectáculos taurinos completos”.
La tauromaquia es una de las culturas populares minoritarias reconocidas por la Unesco, protegida por la legislación europea, patrimonio cultural inmaterial de Francia desde 2011 que la República debe defender y promover. El 78% de los habitantes de las ciudades taurinas considera la tauromaquia como parte de su patrimonio cultural, el 72% considera que las corridas de toros tienen su lugar en las fiestas, el 71% se opone a cualquier prohibición.
Si bien la práctica de la tauromaquia es local y de esencia popular, su atractivo va mucho más allá de la región y los países de implantación; Existen clubes taurinos en Londres, Bruselas, Nueva York, Chicago, Milán…
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