Fuentelencina homenajeará a Manolete

08 noviembre 2022 Miguel Ángel Yáñez

Este próximo sábado 12 de Noviembre la localidad alcarreña de Fuentelencina tributará un homenaje a Manuel Rodríguez Manolete en el año del 75 aniversario de su muerte en la plaza de toros de Linares.

Este acto está promovido y organizado por la Fundación Siglo Futuro en colaboración con el Ayuntamiento de Fuentelencina (Guadalajara), bajo el epígrafe o título de Manolete en La Alcarria y dentro del ciclo La huella de la historia.

Se llevará a cabo en la Casa de la Cultura de la localidad a partir de las 18 horas y con entrada libre hasta completar su aforo, en cuya mesa redonda participarán el matador de toros Carlos Escolar Frascuelo, el escritor y poeta Luis Gutiérrez Valentín, Alfredo Rodríguez ex-asesor de la plaza de toros de Guadalajara y el escritor taurino Cayetano Melguizo como moderador y en cuyos textos nos hemos documentado.

Previamente a la mesa redonda habrá una proyección de diapositivas y película, recordando su historia, antepasados, nacimiento, infancia y sus inicios en el toreo. Se hablará de la corrida de Linares en la que recibió la cornada que produjo la muerte y de su entierro y homenaje póstumo multitudinario.

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Se abordará también su figura dentro y fuera de los ruedos, su tauromaquia, sus alternativas en España y México, su familia, sus amigos y se pondrán de manifiesto las mentiras y verdades sobre su salud, sus costumbres, sus creencias y sus relaciones; así como sus plácidas estancias en Fuentelencina.

Pues en Fuentelencina vivía la que fue su gran amor Antoñita Bronchalo Lopesino cuyo nombre artístico y por el que todos la conocían era el de Lupe Sino; por lo que al parecer y según han contado nunca fue tan feliz el torero, como en el largo período de aquel verano de 1946 que pasó junto a ella allí.

La felicidad que Manolete encontró en el pueblo fue tan grande, que a él volvió un par de semanas que tuvo libre de compromisos en la temporada taurina de 1947, para estar con Antoñita y disfrutar de la sana amistad de los fuentelencineros, justo un mes antes de la fatídica cornada de Linares.

En esa zona de la Alcarria, en el entorno de Fuentelencina, Manolete fue tremendamente feliz, pues además de disfrutar de la compañía de su amor, no tenía que huir de nadie, ni sentir la presión de quienes querían estar cerca de él y donde allí se sintió querido por todos sus habitantes con los que se entretenía jugando al fútbol con la chiquillería, al frontón con los jóvenes y al mus y al dominó con los mayores.

Y pese a que allí todos le querían y admiraban, nadie le agobiaba con adulaciones interesadas, esperando la dádiva de una entrada, una foto firmada o una miserable propina. Con los del pueblo se bañaba en las pozas del arroyo de Valdefuentes o jornadas de cacería en alguno de los muchos cotos cercanos al pueblo.

La vinculación de Manolete con Fuentelencina fue desconocida durante mucho tiempo porque el entorno familiar y más allegado al torero se encargó de mantenerlo oculto, pero la relación de Manuel Rodríguez Sánchez, el hombre, fue tan intensa con la gente del pueblo que al enterarse de su muerte le lloraron como si se tratara de su paisano más famoso y querido, y es que, sin serlo, lo consideraban hijo adoptivo de la localidad.

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