En Ubrique… Morante sumó 100 corridas en la triunfal tarde de Andrés Romero

29 octubre 2022 Redacción

Ubrique (Cádiz). Lleno. Toros de Carlos Núñez , muy justos de presencia, anovillados, los de menor catadura segundo y quinto con mayor sospecha de manipulación; y de Fermín Bohórquez para rejones, -exageraron en el conveniente recorte de las puntas en beneficio de las cabalgaduras- vuelta al ruedo al 4º.

Andrés Romero: Ovación y dos orejas con rabo.

Morante de la Puebla: Ovación y dos orejas.

Pablo Aguado: Oreja y oreja.

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Morante sumó 100 festejos en este 2022 y de inmediato surge la pregunta: ¿cuál ha sido la aportación en el orden taurino, estético y artístico? La verdad presurosa no haya como justificar lo injustificable, como defender lo indefendible.

En 100 festejos hubo un desfile reprobable de toros de ganaderías comerciales de los denominados bobitoros, con estentórea sospecha de manipulación en sus astas. Y cuando no aparecían estos bobitoros, los que desarrollaban genio y se ponían violentos, a la falta de aguante de Morante, de inmediato abreviaba y no pasaba nada.

Que de pronto existieron algunos festejos con encierros que procedieron de las llamadas ganaderías “duras”, se observó que los astados habían sido escogiditos y en nada representaron con grandeza a la dehesa.

¿Cómo puede ser reivindicante el toro menoscabado en una Fiesta que exige a gritos devuelvan la verdad del toro bravo, encastado, con trapío e íntegro?

Hubo días que los festejos de Morante coincidieron con las novilladas, por ejemplo, de Villaseca de la Sagra, y aunque las comparaciones son odiosas, existen. Los utreros de Villaseca resultaron más grandes, de mayor trapío que los animalillos que estaba toreando Morante.

Sí terminó su campaña en una plaza pequeña, con el toro pequeño, en una Fiesta que él mismo ha empequeñecido y que sólo muestra la decadencia en la que transita.

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– **Ahí está Morante, y… ¿en donde está el toro?**

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Que se disfrace de Paquiro y que intente torear a toros mermados por alto como se hacía hace más de un siglo, no le lleva a ninguna estampa de añeja tauromaquia, sino a la vergonzosa parodia de un espectáculo devaluado.

En este festejo con su primero que curiosamente mostró mansedumbre y deslucimiento, después de que inició por alto, intentó sumar una faena que no halló, por la fata de bravura y casta del pequeño que tuvo frente a él.

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– **¿Se puede torear más lejos? Por favor, no vean la cornamenta para evitar suspicacias**

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Con su segundo, hizo cumplidoras tafalleras que celebraron más de lo que en la realidad fueron. Banderilleó y estuvo cumplidor. La faena con un animalillo con movilidad, estuvo llena de sus poses y pases con los que enloquece a sus seguidores. Después de dos pinchazos y un aviso dejó una estocada habilidosa y le regalaron dos orejas.

¿Cuánto valen estas dos orejas que no fueron conquistadas con base en la verdad?

Pablo Aguado ha estado pero le faltó mucho más. Verónicas que fueron el saludo a su primero. La faena fue pulcra sacando provecho a la movilidad mansesca de su astado. Pinchazo y estocada para que le dieran una oreja.

Su segundo -sexto del festejo- fue un manso reticente que buscó el refugio de las tablas. Y Aguado hizo una faena con la que ha cumplido y por ello detrás.del pinchazo hondo apareció una oreja.

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Con los encastados toros de Fermín Bohórquez triunfó Andrés Romero, perdió las orejas del primero por la falta de tino con el rejón de muerte. Pues la faena tuvo ritmo y entendió bien de la embestida del toro, llevándole siempre toreado e imponiendo las banderillas con majestad.

Con su segundo, ha lucido y mucho, Andrés Romero, sobretodo, en banderillas en donde siempre llevó perfectamente toreado al encastado toro de Bohórquez al que en muchos momentos rebasó el nivel de la jurisdicción del bravo ejemplar para consumar una faena impecable e importante. Dos orejas y rabo para Andrés Romero y vuelta al ruedo al toro de Fermín Bohórquez.

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