Andrés Roca Rey no les renovó contrato de apoderamiento
Llegó a esta redacción el boletín del fin de apoderamiento que había entre, Andrés Roca Rey y Ramón Valencia, el joven artista peruano quien ahora mismo detenta el primer sitio como la única figura del toreo mundial, decidió ya no renovarle el contrato a Valencia empresario de Sevilla ni tampoco a, José Antonio Campuzano.
“A grandes males grandes remedios” reza el refrán de la sabia conseja popular, y era más que necesario como lo fundamentamos varias ocasiones, la exigencia inaplazable de apartar de su porvenir, fundamentalmente, a José Antonio Campuzano, a quien rebasó desde que, Andrés, se convirtió en la figura novilleril, y ya como primera figura del toreo, sólo entorpecía su desarrollo y consecuente evolución.
Se lee en dicho comunicado que “… está muy agradecido a ambos por la labor que han realizado en lo personal como en lo profesional”, lo que se percibe siempre muy bien ser agradecido, pero los cambios cuando no funciona alguien deben ser implacables.
Hay un párrafo fundamental, que anuncia un futuro todavía de mayor relevancia en el porvenir inmediato de este luminoso artista del toreo, “… tras esta decisión y ante la situación actual de la tauromaquia, el torero se tomará un tiempo de reflexión para decidir qué camino escogerá para proseguir su trayectoria en la tauromaquia”, indispensable siempre será la autocrítica en la severa reflexión.
Como es habitual en estos casos siempre se comenta que fue de mutuo acuerdo y todos felices; la verdad indica que cuando se rompe los lazos de una relación contractual, es consecuencia de que una de las partes ha fallado.
No hay de otra.
Ahora esperemos que en la severa y serena reflexión que tendrá, Andrés Roca Rey, se de cuenta que dado que en sus manos está parte importante del futuro del arte del toreo, deberá entender y comprender, que el público lo quiere ver confrontar a todos los encastes de todas las ganaderías con los toreros marginados y…
… sobretodo, con los jóvenes que si posean cualidades, ya que, José Antonio Campuzano, lo estaba encasillando absurdamente en las ganaderías comerciales y en carteles con los ya jubilables figurines, lo que evidentemente no le estaba siendo beneficioso al joven Roca Rey.
¡Dígase la verdad… aunque sea motivo de escándalo!
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