En Béziers… ¡Víctor, abrió la Puerta Grande!
Béziers. Cuarto festejo de la Féria de Béziers 2025. -Matinal-. Un cuarto de entrada. Novillos de Malaga -1º, 2º y 3º- y Fernay -4º, 5º y 6º-.
Aarón Palacio: Ovación tras aviso y oreja.
Martín Morilla: Oreja tras aviso y ovación.
Víctor Clauzel Víctor: Oreja y oreja.
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El novillero Víctor continúa su maravillosa aventura con las Arènes Plateau de Valras. Un año después de haber abierto la Puerta Grande como novillero sin picadores, el saintois volvió a cruzar triunfalmente la Puerta Grande por cortar una oreja a cada uno de sus novillos.
Seis novillos de Malaga y Fernay, tres y tres, muy bien presentados. Los tres primeros de Malaga, redondos, cuajados y con cabeza, buenos, dando juego con casta y una nobleza nada dócil. Los dos primeros, más complejos; y con un toque de genio el tercero. Más justos en tamaño y armadura, los tres de Fernay, justos de fondo; noble el cuarto; más violentos el quinto y sexto. Todos acudieron con una comparecencia limitada en el caballo.
¡Víctor estaba al nivel de un león! El nativo de Nîmes primero ofreció un saludo a su novillo a porta gayola que marcó el tono de sus intenciones. A esta le siguieron, muleta en mano, una faena muy a su estilo, vertical y sin impurezas, cuyas mejores series se trazaron en el lado derecho.
El saintois disfrutó el buen lado del de Málaga para encontrar eco favorable en la grada y luego conquistó una oreja tras un efectivo espadazo.
El benjamín del cartel duplicó la ventaja con el cierraplaza, un Fernay de poco fondo que rápidamente se orientó, el saintois, a base de técnica y voluntad, se metió en la canasta. Al final redujo la distancia antes de una espada fulminante. Oreja.
Aaron Palacio creó la faena técnicamente más lograda de la mañana frente al primero del encierro -en mi opinión, la mejor-. Una faena con control y flexibilidad en la muñeca, que dio profundidad a los cambios con la zurda que tuvieron mayor impacto. Desafortunadamente, el manejo delicado le privó de un trofeo.
Ante el complejo Fernay, noble pero de poca casta, el aragonés confió en la paciencia y su amplia experiencia técnica para sacarle el máximo provecho. Esta vez, la espada quedó bien lograda. Oreja.
Martín Morilla cortó la primera oreja de la mañana frente a un exigente novillo de Malaga que le propinó dos volteretas espectaculares. Sin mirarse, el sevillano retornó al fuego, firmando una faena voluntaria, pero algo por debajo de las cualidades de su oponente. Una espada empuñada con total verdad le permitió conquistar una oreja.
Cara al de Fernay, el menor, protegido de Juan José Padilla se quedó con pocas opciones difícil de solucionar. Un esfuerzo meritorio, sin embargo, hubo un fracaso con la espada.
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