En Pamplona… A volar Presidente

05 julio 2025 Philippe Latour

Crónica de Philippe Latour

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Pamplona. Tres cuartos de feliz público. Clima agradable. Novillos de la ganadería de Pincha. 12 puyazos, cuadra de Equigarce.

Aarón Palacio: Vuelta y oreja con doble vuelta.

Iker Fernández El Mene: Saludos y silencio.

Bruno Martínez: Silencio con aviso y silencio.

Detalles

Presidente: José María Sevilla García.

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Orden de lidia -sorteo-

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Prólogo

Como en cada Sanfermín, la feria taurina comienza fuera de las festividades con una novillada. El año pasado, la tormenta estalló al final del segundo novillo y puso fin prematuramente a una novillada prometedora. Este 2025, los Pincha de José Antonio Biagorri volvieron a estar en el programa con sus novillos. Dos prometedores novilleros -Aarón Palacio y El Mene– y el debutante local -Bruno Martínez- tuvieron la oportunidad de brillar en un prestigioso festejo.

Resumen

Asistimos a una novillada animada. Esto es lo que se suele decir de un festejo en donde no hubo aburrimiento. La actuación de Aarón Palacio, sin duda el número uno del escalafón novilleril actual, tuvo mucho que ver. La nobleza de los de Pincha, destacaron especialmente con el 3º y 4º, no fueron ajenos a ella. En cuanto al presidente, más rápido para poner música que dar orejas; hizo una gran bronca por haberle robado al de Zaragoza una evidente puerta grande. El Mene tuvo ganas, pero le costó conectar con el público y su toreo careció de fluidez. Bruno Martínez debutó con dignidad. Aún le queda mucho por pulir en su aprendizaje.

Los toros

El encierro de Pincha fue parejo. Nos pareció de buena presentación para una plaza de toros como Pamplona. En cuanto a su comportamiento, fue especialmente en el último tercio en donde destacaron los pupilos de Lodosa, sobre todo el 3º y el 4º. En menor nivel, el 1º y el 2º, porque les faltó poder. Una frustración en su pelea con los caballos porque los novillos cumplieron, sin embargo les faltó emplearse, considerando la dureza del ejercicio durante los tentaderos impuestos a las futuras reproductoras de la cría por José Antonio Baigorri. Quizá también porque la plaza de Pamplona es demasiado grande para los novillos.

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Los toreros

Aarón Palacio

Sonámbulo – 405 kilos

El de Pincha acudió al capote de Palacio sin pestañear. Acudió abajo de la puya en dos ocasiones, demostró más voluntad que fuerza y poder. El novillo llegó exhausto al último tercio. Fue noble y humilló, sin embargo, a su embestida le faltó chispa. Después de unas buenas series iniciales con la derecha derecha, el toro se fija por la izquierda. Palacio aguantó y visitó las alturas. El resto de la faena se fue a menos por haber sido demasiado larga. Una fulminante entera en el segundo viaje desencadenó una petición mayoritaria, pero la presidencia impasible. Vuelta.

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Reposado – 400 kilos

Palacio se dirigió a porta gayola para recibir el 4º, y luego por chicuelinas mostró su deseo. El Pincha era tardo para acudir con el caballo a donde fue sin clase bajo el hierro. En el inicio de rodillas todos estuvieron de acuerdo. El de Pincha fue noble y su embestida transmitió. La faena ambidextra se ejecutó con maestría, dominio, ritmo y cierta clase. Palacio dominó con su toreo y el de Pincha colaboró sin remedio. Un final con la derecha sin espada y un estoconazo. ¡Dos orejas! ¡Ay, no! El presidente de la velada sabe más que todos y concede sólo una según su criterio personal ante una sonora bronca. Doble vuelta con la oreja para un Palacio algo decepcionado.

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El Mene

Ibicenco – 410 kilos

Después de una recepción capotera, el Pincha se prendió dos puyazos -con estilo el segundo-. La bestia acusa el tercio de las banderillas. El inicio de la faena justo en el centro con un pase por la espalda y una buena serie de derechazos pareció sentarle bien. Por desgracia, si el novillo era noble, le costaba acudir por la derecha, tuvo problemas para embestir con rapidez y se mostró cada vez más tardo, sobre todo por la izquierda. La emoción se desvaneció con el paso de los pases. Entera contraria al segundo intento. Algunas palmas para el de Pincha y saludos para El Mene.

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Ofuscado – 410 kilos

El Mene se dirigió a la porta gayola. El de Pincha viró a la izquierda y terminó con una simple larga. Este encuentro fallido fue bastante simbólico, porque a pesar de tener la voluntad de hacer las cosas bien, Mene se mostró algo embarullado, enganchando el señuelo con frecuencia. El novillo de Pincha también careció de la clase de sus anteriores compañeros y la faena no descolló. Silencio tras la estocada en el segundo intento.

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Sonámbulo – 400 kilos

Recibido por dos largas, el novillo tendió a ceñirse bruscamente por la izquierda. Bajo la puya fue bravito, pero falto de poder. El público reacciona con entusiasmo al brindis de su paisano. El inicio de la faena fue en el centro del redondel de rodillas, electrizó al público. Martínez aún está verde y tuvo problemas para canalizar la embestida del buen Pincha, incluso por la derecha, su mejor pitón. El novillo ha sido exigente y, sin perder el equilibrio, el torero estuvo al límite. Fue fácil atraparlo en la estocada, la que también fue laboriosa -4 intentos- y de efectos retardados -aviso-. Una merecida ovación para el Pincha.

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Cantinero – 400 kg

Bruno Martínez también se fue a la porta gayola. Un buen saludo con el capote le siguió… El Pincha acudió a dos picas sin gran pasión. La faena incluyó buenos momentos por la derecha en una faena en donde habría sido bueno que el navarro hubiera rebasado más el territorio del animal para ganar profundidad. El manejo de los aceros aún está por perfeccionar. Silencio.

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