En Aguascalientes… Somnus rojo
Domingo 27 de abril, cuarta corrida de la Feria Nacional de San Marcos, Plaza de toros Monumental más de media aforo. Se lidiaron astados de San Miguel de Mimiahuapam justos de presencia, sosos, mansos y sin transmisión. Hubo uno de regalo de la misma ganadería, noblote y repetidor al que se le otorgó un indulto exagerado.
Alejandro Talavante: Al tercio, división de opiniones y dos orejas y rabo simbólicos tras el indulto
Diego Silveti: Oreja protestada y silencio
Arturo Gilio: oreja con división de opiniones y oreja con división de opiniones
Detalles:
Al inicio del festejo se rindieron honores a la bandera, otra vez y por cuarta ocasión ininterrumpida, se volvió a escuchar el grito de la campaña Vive Libre en pro de la fiesta en la entidad
Saludaron en el tercio los banderilleros Christian Sánchez y Eduardo Noyola.
Al final del festejo salieron en hombros Alejandro Talavante y Arturo Gilio.
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Fue como en un sueño persuasivo de esos que sabes que no son verdad, pero siguen ahí y no te puedes despertar, ese sueño pesado y raro en el que ves cosas comunes y de repente llega lo inverosímil, Somnus, el dios del sueño en la mitología romana es quien jala los hilos y todo es tan real y tan ficticio al mismo tiempo que en el fondo tienes la certeza de que es solo una alucinación, que despertarás y todo habrá terminado… pero, ¿Y si no? ¿Y si cuando abra los ojos todo lo bizarro es real? ¿Y si lo surrealista e irracional es ahora lo tangible?
Eso, justamente eso sigue dándome vueltas en la cabeza con lo sucedido hoy en la Monumental y no, no me tapé los ojos, lo vi todo, era como una bruma roja, la arena del ruedo, los pañuelos colorados ondeantes que están de moda e inundan el tendido y sí, hasta el palco, puesto que el nuevo reglamento también permite que el pañuelo rojo indique indulto. Rojo, rojo, rojo… así fue el Somnus bizarro de hoy.
Y disculpe usted si le parezco pesimista, pero siento que ese letargo y lo raro del alucín ahora es la nueva realidad, y todos la aceptan, y todos la aplauden y para todos es ahora lo normal, de lo más común dejarse persuadir por lo bonito de una faena influenciada al triunfalismo, ante un toro manso y noblón, ahora es lo que debe ser, por ley no escrita, por la moda roja, porque los cánones ya no importan, porque se perdió la seriedad, porque ganó el mundo onírico donde todo se puede y de todo se vale.
Alejandro Talavante es un gran torero, ni duda cabe. Que tiene inventiva, creatividad y arte nadie lo niega, pero que persuada y prácticamente obligue a que se indulte un toro que no lo merece eso ya es demeritar esta plaza y a esta gente.
Centinela se llamó el primer reserva de San Miguel de Mimiahuapam justo de presencia como todo el encierro. Salió de toriles sin ir a las capas, sin ir a tablas, sin ir a nada, y que recuerde la gente que pidió el indulto que al inicio a este mismo toro le sonó los pitos por su poca fiereza y bravura. Así de cambiantes los tendidos.
Talavante quitó por verónicas mientras el astado echaba las patas por delante, en el caballo poquitilla vara en la que apenas fue. De muleta comenzó por alto, el cambio por la espalda, los molinetes y el remate de pecho. Tandas por derecha más ajustadas, el cambio por delante, más por ese lado, la arrucina y el remate con desdén torero, luego naturales lentos y largos al soso de Mimiahuapam que iba, iba e iba, con total sumisión, las talavantinas hasta en dos ocasiones durante la faena, todo muy bien hasta ahí, la inventiva, la improvisación y los detalles pero ya comenzaba a cocerse el caldo rojo, manoletinas al final y a mirar al palco, la gente inducida comenzó a pedir un indulto inexistente, simulaba el torero que se tiraría a matar pero con el rostro lleno de incógnita preguntándose si a este gran ejemplar se le perdonaría la vida , palomas escarlata volaban de las manos de los convencidos, el juez César Pastor le indicó dos veces que se tirara a matar, Talavante prosiguió con el alucín y las protestas por la irracional petición incrementaron hasta que finalmente fue concedido. Bien logrado el objetivo ¿Ya podemos despertar?
Valeroso se llamó el primero del lote de Talavante, un astado de mejor presencia que salió atento a las capas, por verónicas lentas y media comenzó su quehacer. Muy breve puyazo en el que apenas asistió, débil salió de las varas. En el último tercio la debilidad imperó, por derecha sereno, pero sin toro, soseando en cada embestida. Por naturales unos lentos y deletreados, pero se le quedaba corto y el torero resolvía en la cara, el muletazo de pecho y a doblar. Al final una tanda por derecha, el aguante y terminó toreándole por la cara. Pinchazo hondo y estocada entera y caída para que le invitaran a salir a saludar en el tercio.
Vive libre, fue el cuarto de la tarde, segundo de la lidia ordinaria para Alejandro Talavante al que recibió con un farol de pie, el astado no fue por ningún lado desde los primeros lances a la verónica hasta el final mostró su debilidad, mansedumbre y sosería, apenas si asistió al mini puyazo, Talavante evidentemente molesto con la falta de casta y bravura, pero ¿Qué no lo sabía ya? En fin, lo mismo de siempre. Con la muleta comenzó por doblones, pero la desesperante nada en los pitones del burel no permitieron ni una tanda digna, las fuertes protestas y mejor vámonos, mató de entera trasera y caída, para el torero la división de opiniones y para el astado la rechifla en el arrastre.
Arturo Gilio fue hoy como el viento fresco que sopló toda la tarde, cierto es que ambos premios que le otorgaron fueron excesivos pero el joven torero se mostró dispuesto y sereno en ambas faenas, del regaladero de orejas eso ya es un mal incomodo que se ha pegado como lapa en esta plaza, pero se reconoce que el joven del año pasado a este ha tenido una grata evolución.
Patrimonio Cultural fue un toro mejor presentado al que recibió con gaoneras y remate con larga afarolada de rodillas que emocionó al tendido. En la querencia natural apenas fue picado y cumplió. Rodillas en tierra y en los medios Gilio se lo pasó en cambiados por la espalda, de pie pases por derecha, la arrucina y el remate de pecho. Luego una tanda más por derecha un poco acelerada, pero fue bajándole las revoluciones a su quehacer hasta conseguir que el toro asistiera. Por naturales el soso astado no permitía la ligazón entre pase y pase, volvió a la senda derechista y ahí le aguantó puesto que ese pitón ya estaba pendiente de él, Gilio se quedó ahí, sereno metiéndolo poco a poco hasta lograr pasárselo en redondo, pensando en la cara del toro. Cuando tenía todo a modo la espada no estuvo afinada, mató de pinchazo arriba y estocada entera y caída. Hubo petición, se le otorgó la oreja, pero al final se escucharon los pitos y las palmas.
Viva Aguascalientes, así fue nombrado el sexto de la tarde, segundo para Arturo Gilio, un toro muy justillo de presencia que escucho algunos pitos a la salida. El torero lo recibió con verónicas, chicuelinas y revolera pero las embestidas desde el comienzo fueron mansas, sosotas y sin ninguna emotividad. En el caballo, dobló sin siquiera empujar, de muleta primera tanda por derecha, pero a echarse, Gilio siempre en voluntad y deseos, no había por dónde, ni cómo, ni cuándo. Mató de entera trasera y caída. Hubo breve petición y como el juez anda de dádivas le otorgó la oreja que al final también le marcó una división de opiniones en el tendido.
Tauromaquia se llamó el segundo de la tarde para Diego Silveti, un astado justillo de presencia que tenía eso sí una cornamenta seria. Suelto y sin ir a los capotes, en los piqueros la simulación de puya de la cual salió suelto. Silveti quitó por chicuelinas y remate con revolera y de muleta comenzó por alto junto a tablas, el astado era tardo, rascaba la arena. Naturales haciéndolo pasar, pero sin ajustarse con él, prácticamente toda la labor echándolo para afuera, encorvándose, marcando el triángulo de luz entre él y el toro, nunca atrayéndolo para así, como debe ser. Ofreciendo sin dar, al final de las tandas buscando la complacencia del tendido. Al final el astado se quedó parado, mató de estocada entera muy tendido y trasera, el juez le regaló la oreja que finalmente fue protestada. Y es que Silveti está porque le imponen, no porque su toreo arrolle, por ahí andan más de tres toreros más hechos y con más recursos que quisieran su suerte. Cómo que la prueba ya duró mucho y la manzana en lugar de madurar, se está pudriendo.
Alas de México fue el quinto para Silveti, uno más justo que los anteriores, salió andariego, sin rematar a los burladeros, el torero lo lanceó por verónicas. El puyazo efímero y vinieron las gaoneras y la revolera. Con la roja primeras tandas por derecha y la poca fuerza se evidenció al doblar las patas delanteras, prosiguió por la misma tesitura que con el anterior, un Silveti sin conexión, sin planteamiento serio, naturales despedidos hasta muy muy lejano y él con la sonrisa convencida, así las cosas. Ya hasta la última tanda si lo metió hacia él en varios derechazos, tomándose de los cuartos traseros, al final llevándolo a media altura, el astado pegaba arreones y Silveti se lo pasó en cambiado por la espalda, el de pecho y el desdén. Al estar listo para entrar a matar el astado se le arrancó y recibiendo falló con la espada hasta en cuatro ocasiones, por fin se deshizo de él y se fue en el silencio.