En Toledo… Afortunado debút de Pedro Rufo salió en hombros acompañado de Pérez

12 abril 2025 Redacción

Toledo. Sábado, 12 de abril de 2025. Poco más de un tercio de plaza en tarde lluviosa y muy desapacible. Novillos de Montealto, muy bien presentados, de variado juego. Destacaron el primero por su calidad, el quinto por su emoción y el sexto, el más completo del envío en el último tercio.

Marco Pérez: Oreja, ovación con saludos y dos orejas.

Pedro Rufo -quien debutó con picadores-: Palmas, oreja y oreja.

Detalles:

El inicio del festejo se demoró para que las cuadrillas inspeccionaran el ruedo. Al final del paseíllo sonó el himno nacional y ambos espadas saludaron una ovación del respetable. Marco Pérez brindó el tercero a Sagrario Carabaño, directora de gestión del Hospital Nacional de Parapléjicos, presente en el callejón.
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Este festejo ha demostrado todas las posibilidades que tiene Pedro Rufo, hacía su debut con picadores y estuvo con argumentos. Es deseable que no se pierda en los falsos elogios para que pueda consolidar en él un gran torero. Hizo el paseíllo con un muy experimentado Marco Pérez, quien se observó presionado por la solvencia de Pedro

Al buen primero le cortó la oreja Pérez, ya había dejado un correcto quite por delantales y con la media con más estilo. La faena basada en el pitón izquierdo, iniciada en el centro del redondel con un pase cambiado por la espalda, al estilo del gran Roca Rey.

El novillero salmantino intentó con su segundo, un toro en apariencia, que no se empleó tras pegarse una voltereta que mermó sus facultades. Faena de querer siempre,y que al final estuvo mal con los acereros.

Marco con el quinto, le recibió con un farol de rodillas y buenos lances a pies juntos. Brindó al público, Pérez se echó de nuevo de hinojos para iniciar un trasteo que fue ligado. Basada en el pitón derecho su labor, el novillero salmantino mostró que está en un momento interesante. El final por manoletinas dio paso a una estocada entera y a la concesión de las dos orejas.

Pedro Rufo debutó con los del castoreño midiéndose a Certero, un novillo de Montealto al que le costó romper en los primeros tercios. Brindó a su amigo Enrique Muñoz, pulseó las embestidas de un ejemplar medido en su poder al que supo llevar con inteligencia y sensibilidad; perdió el posible trofeo por el mal uso de los aceros.

El novillero toledano recibió muy bien de capa al precioso cuarto. Mecidas las verónicas, con entidad y sello. Con la muleta, Rufo mostró sitio y capacidad frente a un astado que no regalaba sus embestidas y se tiró a matar muy de verdad, dejando un estoconazo que por sí mismo valió la oreja.

Cerró el festejo un novillo rematado y muy bien hecho. Brilló de nuevo Pedro Rufo con el percal, en un gran recibo a la verónica. El brindis al respetable, dio cumplida réplica de primeras a un novillo con cierta casta, el mejor del encierro. Reunido, por abajo, ligado, estuvo a la altura del compromiso pese a su bisoñez. Algún natural tuvo profundidad y mucho temple. Los aceros, esta vez, no funcionaron, pero el público pidió de igual forma el apéndice y el palco tiró de sensibilidad.

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