En la Monumental México… ¡Esos pésimos ganaderos estropearon el festejo!

19 octubre 2024 José Mata

Crónica de José Mata

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Monumental Plaza de Toros México. Sábado 19 de Octubre 2024. Con poco más de media entrada, se han lidiado toros -en este orden- de: Santo Tomás, Cantarranas, bien presentado, manso, con la cara alta, punteando el engaño, no peleó en caballos. Fernando Lomelí, Corlomeño, toro correcto de presencia, manso de solemnidad, volteó muchas ocasión la cara al peto, huía de todo y pretendía regresar por la querencia natural a su ganadería. Absurdamente fue devuelto por el buenazo de Enrique Braun ya que por reglamento sólo aplicaba la deshonra de las banderillas negras, las que por cierto, ya estaban listas para serle impuestas; salió el primer sobrero de la ganadería Santa Inés, Hidrocálido, un astado justo de presencia, manso y de docilidad pasmosa. Sol fue el tercero de Santa María de Xalpa, un toro justo de presencia del encaste Parladé vía Domecq, que no peleó en varas y acudió con sosería. El cuarto, Templario, de Santa Inés, fue un cárdeno claro manso, soso y deslucido, reticente en su caminar y bien presentado. El quinto, provino de la ganadería de Los Encinos, Cumplido fue un animalito anovillado cornalón, flacucho o como dicen los ganaderos… trasijado, manso de bondad franciscana, sí, de obediencia asfixiante. El sexto de Villa Carmela de nombre Mestizo, con presencia, tampoco peleó en varas, y resultó un manso con genio,

Fernando Robleño -quien confirmó su alternativa-: Silencio con un aviso y bronca con un aviso.

Arturo Saldívar: Decidió salir al tercio tras un aviso y abroncado con un aviso.

Diego Sánchez: Silencio y al tercio.

Detalles:

El festejo inició con 15 minutos de retraso. En punto de las 20:15 horas salió la Virgen del Rosario cargada por santos barones, con el padre y auxiliares por delante, así como por los toreros acompañándola. Rezamos con fervor por el perdón de los pecados de todos, sobretodo, de los pésimos gobernantes que ahora inundan a México.

Diego Sánchez fue corneado en la pierna derecha durante su faena al sexto. Ir al parte médico.

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Orden de lidia -sorteo-

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Ser completamente honrados consigo mismo es un buen ejercicio”: Sigmund Freud

Advertencia: Siempre es oportuno advertirle tanto a ganaderos como a toreros y empresarios, que esta crónica no es apta para ellos, porque aquí no aparecerán ni los falsos elogios ni las inútiles justificaciones para acomodar todo en una artificiosa ficción y así dañar a la verdad del arte del toreo. Para ello, existe la prensa corrupta, que vive de enaltecer el engaño, inundando de mentiras e intentando convencer a la buena fe de los lectores, de lo que no ocurrió en el redondel. Bajo advertencia… no hay engaño.

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¡No!

¡No puede ser!

Una corrida que se estuvo preparando con sumo esmero, cuidando todos los detalles que conllevan incluir el solemne acto religioso con el rito del toreo, con el noble fin de que todo saliera mágico y luminoso, tuvo que echarse a perder por la irresponsabilidad ganadera.

Dicen que el toro no tiene palabra de honor, aquí quienes no tuvieron palabra de honor fueron los ganaderos que enviaron astados desde los bien presentados, pasando por los justos en presencia y el anovillado quinto. Lo peor… ha sido la asfixiante mansedumbre con la que salieron acompañados. Y que no digan que no conocen lo que tienen en sus ganaderías, porque entonces están mucho peor.

¡No!

¡Así no era!

Alguien desde su lugar en el Primer Tendido de Sombra me gritó con enfado:

“¡Mata! ¡Pepe! ¡Tienes que decir como siempre la verdad! ¡Para mentir como pones al principio de tus crónicas está la prensa vendida! ¡Ve los desechos que mandaron de ganado!“.

Cuando volví la vista hacia quien me inquiría, todos los que estaban a su alrededor tenían su mirada en mí asintiendo lo que me exclamaba el enfadado hombre y respondí que todos merecían mi respeto.

Tenían razón en enfadarse, ¿por qué los ganaderos no pensaron más en la ética, en el cariño con el que se estaba organizando este maravilloso festejo?

No se entiende.

El colmo ha sido que el segundo del festejo, que vino desde la ganadería de Fernando Lomelí, siendo un océano interminable de asfixiante mansedumbre, fue indebidamente cambiado por Enrique Braun.

El reglamento hace años que ya no contempla la devolución a los corrales por voltear la cara al caballo de pica. Fue en la época del siempre mal recordado (Rafael) Herrerías quien ordenó quitar eso de la normativa taurina, después de que le regresaron varios animalillos bobaliconcillos escogidos ex profeso para sus figurines amigos.

Cosas veredes.

Fernando Robleño con casi medio siglo de andar en este azaroso mundo terrenal, vino a la Monumental México a confirmar su alternativa.

No pasó nada.

Sí, no pasó nada y no fue porque él no lo quisiera, porque sus evidentes deseos estuvieron de manifiesto, sino porque sus dos toros resultaron la mar de mansedumbre, además de sosos, deslucidos; y el esfuerzo pareció tan inútil como excesivo; y el público no le puso la atención que merecía.

Con su primero, fue hasta el final cuando, Fernando, decidió bajar la mano y entonces aparecieron unos naturales y una serie con la mano derecha que trascendieron, pero no hubo más. Con su segundo otro toro pésimo, sólo consiguió una faena anodina. Ofició mal con el acero y acabó siendo abroncado.

Arturo Saldívar, después de que vio regresar al océano interminable de mansedumbre del toro de Fernando Lomelí; tuvo en suerte a un animalillo de Santa Inés, de irremediable bondad franciscana, que no peleó al caballo, pero tuvo casta y buen son. Le extrajo series encomiables por su evidente esfuerzo, aunque la finura que le distinguía a, Arturo, no se percibió.

Con series con la derecha entusiasmó, así como en el toreo al natural, en donde se halló mejor. Al final dosantinas que antecedieron a una estocada entera contraria y tres descabellos.

Después de que ordenara, Enrique Braun, arrastre lento a su toro en su viaje con el cachetero, Arturo, decidió salir a saludar en el tercio, sin que hubiera razón para ello, por ahí algún despistado le aplaudió.

Con su segundo, un mansillo anovillado y cornaloncillo de Los Encinos, Arturo, volvió a lucir con ambas manos, consiguiendo nuevamente impactar a los generosos tendidos, por donde corrían, para esas horas de la casi madrugada, como oleajes interminables, las bebidas espirituosas.

Volvió a estar pésimo el señor Saldívar con la espada y el descabello escuchando hasta dos avisos, fue abroncado, y cuando ya iba al burladero de matadores, un salvaje que no aficionado, le aventó para herirle un vaso… sabrá Dios con qué tipo de líquido. Situación que fue reprobada por todos los convocados a este festejo.

Y, el joven Diego Sánchez, quien algunas veces ha podido destacar. En esta ocasión no fue así. Con su primero, sí, sí, se esforzó y por ello apareció de pronto un quite por medias gaoneras… sí, medias gaoneras, porque Don Rodolfo Gaona las creó con un farol que hace prólogo.

La faena con el mansillo que se dejaba, inició de hinojos al estilo rocareyista, pero no lo hizo bien, le faltó mucho más para emular al genio de Lima. Hubo una espaldina, el de pecho y luego una serie con la derecha, el conjunto impactó al tendido, pero después ya de pie, la faena fue perdiendo el entusiasmo creado, navegando entre la intrascendencia y la medianía.

Con el que cerró plaza, otro toro manso que desarrolló sentido de Villa Carmela, Diego intentó, anduvo por todo el redondel, hasta que al final de la faena se dió cuenta que había que torearlo al hilo de las tablas, pisar sus terrenos y obligarlo con la mano baja, así salieron algunas series con ambas manos contundentes. Después tiró la espada en la arena para realizar luquesinas y el toro que ya sabía en donde estaba, hizo lamentablemente, por él. Mal con el acero y el público le tributó cariñosa ovación.

Así han estado las cosas en esta Corrida de Las Luces que pudo haber sido maravillosa, si los ganaderos hubieran respondido al entusiasmo que puso la empresa y al cariño que mostró el público, que como se observó… a los señores ganaderos poco les interesó.

¡Dígase la verdad… aunque sea motivo de escándalo!

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