En la Monumental México… Volvió la mansedumbre y el poco dominio

08 septiembre 2024 Mauricio Gutiérrez

Crónica de Mauricio Gutiérrez

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Monumental Plaza de Toros México. Novena novillada de la Temporada 2024. Domingo 08 de septiembre de 2024. Muy poca afición. Quizás mil quinientos aficionados. Ganadería Palma del Río (San Juan del Río, Querétaro), desigualmente presentados, descastados y de mal juego en general. 1° Blando; 2° con recorrido; 3° blando; 4° revuelto; 5° con peligro; 6° rajado. Todos descastados.

Emilio Ricaud: Silencio y silencio.

Jaime Navarrete: Silencio y silencio.

Mario Rangel: Silencio y silencio.

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Orden de lidia -sorteo-

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Tercia de novilleros hidrocálidos faltos de técnica y de dominio. Emilio Ricaud, que, el domingo pasado había generado el mejor toreo de la temporada de novilladas, con su primer enemigo inició su faena en los medios, con un novillo que se caía a cada paso. Por naturales logró que pasara sin ningún lucimiento. Insistió en exceso y concluyó con manoletinas. Sin técnica para matar, terminó su labor con un silencio.

En general, Emilio Ricaud, borró todo lo generado en su primera tarde, porque con su segundo enemigo, se vio sin dominio y por más que insistió no obtuvo ningún resultado. Muy mala tarde para el torero hidrocálido.

Jaime Navarrete, inició con su primero, una serie por derechazos y con un desarme. Siguió con la mano diestra, y consiguió una serie ligada, pases cortitos y coreados. Entendió que ese era el pitón del novillo y, sin embargo, se desconfió, ligó otra serie, pero… esa desconfianza lo hizo dar cada pase hacia afuera, es decir, expulsando al novillo. Hubo una cuarta serie, pero de expulsión, el torero tiraba hacia afuera y, para ese momento, el toro ya se encontraba en las tablas, dobló contrario y se aburrió. Después de pinchar tantas veces, el toro se echó por debilidad.

Con su segundo, el torero vestido de rojo y oro, porfió a pesar del viento. Sufrió varios enganchones y no logró dominar al astado que, iba rebrincado y se revolvía en un palmo de terreno.

Mario Rangel, tercer espada del cartel, paisano de los otros dos espadas, con su primer enemigo, comenzó con la mano diestra, pases cortitos y, sin ligar. Reconvino por naturales, hasta en dos series, sin acomodarse. Enganchones y concluyó con manoletinas.Con el cierra plaza, Mario Rangel, tuvo en contra el viento. Insistente, por ambos lados, faltó dominio de un novillo más que cómodo.

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