En Bilbao… Muy poca gente ante la entrega de los novilleros

19 agosto 2024 Redacción

Bilbao. Lunes 19 de Agosto 2024. Segunda de las Corridas Generales. Poco más de una décima parte del aforo. Novillos de José Cruz -1º bis sustituto de un inválido-, mansos.

Roberto Martín Jarocho: Oreja y silencio tras aviso.

Aarón Palacio: Ovación tras aviso y oreja.

Javier Zulueta: Ovación y silencio.
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Se supone que debe ser preocupante para los señores Chopera, que no tengan desde ya algunos años la capacidad para llenar todas sus plazas, como, por ejemplo, la de Bilbao. Si no es por Andrés Roca Rey, quien es el único torero garantía de taquilla, no logran hallar combinaciones atractiva, ya no con la vetusta baraja que hizo grave daño a la Fiesta, sino con los jóvenes prometedores que pueden dar sólido argumento a la tauromaquia.

El público bilbaíno se pregunta en las redes sociales “… de qué les han servido a los Chopera tantos años en estos menesteres si no se enteran lo que quieren ver su público y acaban imponiendo a sus amiguetes”.

Y esto nos habla de un alejamiento de su público, y sobre todo de la carencia de estrategias mercadológicas para concretar una solución.

Una pena ver que esa pasión, entrega y deseos de conquistar el triunfo por parte de los novilleros no haya tenido repercusión en los vacíos tendidos y que sólo fueran testigos poco más de una décima parte del aforo.

Hay algunas otras voces que cotillean sin parar, aduciendo a que los Chopera andan cómodos, porque su poderoso socio mexicano, el magnate Alejandro Baillères les autoriza todo.

Qué generoso debe ser el señor Alejandro Baillères para dar tanto pastón sin exigir rendimiento a la inversión. Porque al margen de todo, una plaza vacía es sinónimo de fracaso que afecta no sólo económicamente sino al prestigio.

Y se supone, que al señor Alejandro Baillères tan exitoso en todos sus negocios mexicanos le deben encender las luces de alerta las pérdidas taurinas en España.

Pero basta de tanta reflexión y os convoco a que vayamos a los hechos en el redondel, en donde tres jóvenes prometedores han luchado por hallar el reconocimiento del público, por poco que haya acudido.

Jarocho hijo, tuvo un primero de José Cruz que por evidente invalidez tuvo que ser devuelto. Alguien por ahí gritó que si no se habían dado cuenta de eso antes de enlotar. Salió uno en tipo, con presencia y movilidad. En la confrontación en quites, quien no quedó bien fue, Aarón, por chicuelinas tuvo que visitar las alturas y aparcarse en la arena.

Inteligentemente, Jarocho, le dio distancia los eu agradeció en su caminar el novillo lo que demostró con series bien logradas por la derecha, y mejor trazadas por el mágico toreo al natural. Después de la rúbrica acabaría paseando una oreja.

Con su segundo ejemplar, vulgar en presencia acudía a media altura porque el cuello era corto y eso le impedía humillar. En el caballo se hizo evidente su mansedumbre ya que en lugar de pelear en el peto, buscó el pecho del caballo para huir. El joven novillero le llevó con suavidad a media altura dejando aries encomiables. Ha estado desastroso con los aceros.

Aarón Palacio, recibió con una larga cambiada de rodillas a su primero, para incorporado dejar una sucesión de cadenciosos lances a la verónica. Con la muleta después del cambiado de mano, con el que dio inicio, dejó una faena pulcra con ambas manos que gustó al escaso público. Mal, muy mal con el acero.

A su segundo le recibió a porta gayola, para después imponer varios faroles de rodillas que tuvieron más efecto en la gradería. Su faena la inicio rodillas en la arena manteniendo la comunicación con los tendidos. Tuvo que cambiar los procedimientos, porque el novillo iba mejor si le daba distancia. Consiguió algunos pases decorosos sin consumar una obra completa, aunque el impacto con la asistencia se mantuvo intensamente viva toda la faena. Después de media tendida, el público entusiasmado pidió una oreja que se le concedió.

El tercer acuartelado fue Javier Zulueta, quien tuvo que vérselas con un primero justo de fuerzas haciéndolo evidente con los lances a la verónica. Mal presagio. Manso como sus hermanos, no peló con el peto, sino se fue al pecho del caballo y todo fue un desorden. Inició bien su faena el joven Zulueta, dejando pasajes interesantes somo esos bonitos naturales, sin embargo, entre más discurría la faena, se iba a menos el novillo. Tampoco estuvo fino con los aceros.

Con el que cerró plaza -su segundo- mejor armado que los demás, acrecentó su defecto en el tercio de banderillas al caer en la arena. No pasó mucho en la muleta más que el inquebrantable deseo de agradar al respetable. Volvió a estar mal con los aceros.

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