En la Monumental México… Sin rumbo claro el serial novilleril

04 agosto 2024 Mauricio Gutiérrez

Monumental Plaza de Toros México. Cuarta novillada de la Temporada 2024. Domingo 04 de Agosto de 2024. Mejoró la entrada respecto del domingo anterior, quizás tres mil quinientas personas. Ganadería de Atlanga (Atlagantepec, Tlaxcala). Bien presentados, cómodos de cornamenta. Dieron un juego interesante. Empujaron en los caballos -con la cara alta-, a excepción del primero y el quinto. 1° Descastado, parado y muy débil; 2°, pronto, con fuerza y embestida áspera; 3° Muy corto, terminaba la embestida con la cara alta, no admitía más de tres muletazos en cada serie, duró poco; 4° suelto en el primer tercio, encastado, boyante pero algo deslucido (arrastre lento); 5° Descastado, débil, parado; 6° Manso, tardaba una eternidad en decidir la arrancada, se defendía (arrastre lento sin sentido).

Carlos Domínguez: Pitos y silencio.

Efrén Cabrera: Dos tremendas broncas.

César Fernández Quitos: Leves palmas en ambos.

Detalles:

El picador Daniel Morales fue ovacionado después de su buen desempeño en el caballo, durante la lidia del cuarto novillo de la tarde.

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Orden de lidia -sorteo-

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Una tarde más en las que los toreros pasaron las de Caín en el coso de Insurgentes, al exponer serias deficiencias técnicas en todos los tercios y, particularmente, con la espada.

Carlos Domínguez, torero nacido en Badajoz, inició su labor capotera con verónicas y chicuelinas que no calaron en el público. La faena de multa la inició con la mano derecha sin ligar por las condiciones de debilidad de su enemigo. Medios pases ante lo corto del novillo. Probó por el pitón izquierdo que resultó aun peor. Algunos pases más con la diestra, con mérito. Intentó de forma infructuosa volver al lado izquierdo. Dos pinchazos y un sin número de feos golpes de descabello ante la desaprobación de la gente. Pitos.

Durante el cuarto de la tarde saludó con chicuelinas un tanto apuradas. Posteriormente, en el último tercio inició con doblones. Una serie por derecha que resultó eléctrica. Tres tandas más destempladas por ese mismo lado, sin hacer pausas entre estas, que atosigaron al novillo que, resultó encastado y desbordó al novillero extremeño.

De ahí continuaron feos enganchones, un desarme y el destoreo en general. Trató de enmendar con una serie que generó leves palmas. Mal con la espada otra vez, tres pinchazos y tres cuartos de acero muy trasero. Silencio.

Efrén Cabrera, novillero de la Ciudad de México, con el segundo que saltó al ruedo intentó realizar un quite y resultó desarmado. Desde este punto de la lidia se le vio muy nervioso y sin capacidad técnica. Ya con la muleta, las complicadas embestidas del astado pusieron en evidencia su falta de dominio.

De forma muy lamentable, el novillero capitalino demostró que no tiene conocimiento de la suerte de matar, pues en ningún momento intentó realizarla de forma ortodoxa. Innumerables pinchazos bajos, sin intentar pasar por las astas del toro, sino que, pinchaba y se quedaba en la cara.

Para colmo, ya cuando por fin dobló el novillo, el puntillero en turno lo levantó y ante el apuro lo apuntilló a medio levantar. Un espectáculo francamente decadente.

A su segundo enemigo, Efrén Cabrera lo saludó de larga cambiada en el centro del ruedo. Con la pañosa, dio tandas insulsas con la diestra, sin decir nada. Lo mismo con la mano izquierda. Alargó la faena de manera innecesaria, ante un novillo descastado y parado.

Tristemente, a la hora de ejecutar la suerte máxima, sucedió lo mismo que con su primero, pinchazo tras pinchazo, sin tirarse por derecho, para finiquitar a su enemigo con un bajonazo descarado. Otra bronca ante el rostro desencajado del joven novillero.

César Fernández Quitos, con nacionalidad mexicana y francesa, no tuvo un desempeño destacado con el capote durante la lidia del tercero. Ya con la muleta inició doblándose con el toro. Dio dos series cortas por derecha y con la izquierda no logró acomodarse. Faena breve que fue de más a menos. Cobró una estocada pescuecera y perpendicular, un pinchazo y una entera ligeramente desprendida. Leves palmas.

Con su segundo astado lanceó de forma correcta por verónicas y posteriormente ejecutó dos caleserinas. El último tercio inició con emoción, un molinete, pase por alto y un arriesgado cambio por la espalda. El viento comenzó a soplar, lo que de forma lógica se reflejó en la faena del Quitos. Muy insistente, logró una buena serie por naturales. Al toro le costaba arrancarse y, lo hacía más para defenderse que con entrega. Ante los fuertes toques de muleta y zapatillazos, el novillero logró arrancar algunos pases con cierto mérito. Mató de un bajonazo, media baja y un descabello. Palmas e increíblemente, arrastre lento al manso y muy blando novillo que cerró plaza.

Las escenas bochornosas acontecidas durante la ejecución con la espada del novillero Efrén Cabrera, imponen la necesidad un cambio de rumbo en el serial novilleril de la Plaza México. Por una parte, la empresa debe tener un mayor cuidado en la confección de los carteles y, por otro lado, los apoderados deberían tener una responsabilidad a la hora de mandar a un despeñadero a sus toreros, con evidentes limitaciones técnicas que, en el peor de los casos, puede devenir en una desgracia.

Nadie merece el amargo trago que tuvo que pasar el novillero Efrén Cabrera, ante sus dos novillos primero y, posteriormente, con el desprecio desmedido de la afición al momento de salir por el patio de cuadrillas. Alguien de toda su confianza debería aconsejarle.

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