En Lunel… Alejandro Talavante y Daniel Luque abrieron la Puerta Grande
Arènes Francis San Juan. Lunel. Corrida des Fêtes Monstruo. No hay billetes. Cielo claro. Dos toros de Gallon -1º y 5º-; cinco de Victoriano del Río y uno de Toros de Cortes -3º-. Peso de los toros: 510, 498, 531, 518, 528, 528, 516 y 507. Caballería Heyral. Vuelta al ruedo al 7° toro Armero, número 19 nacido en octubre 2019, castaño, peso 516 kilos.
Lea Vicens: Saludos y saludos.
Sébastien Castella: Oreja y silencio tras aviso.
Alejandro Talavante: Oreja y dos orejas.
Daniel Luque: Dos orejas y una oreja tras aviso.
Detalles:
Presidencia: Mr Jean Jorge asistido por los Messieurs Bruyat y Calvet
Daniel Luque hizo su presentación en les arènes de Lunel.
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Las intensas lluvias de la noche y la mañana no habían apagado el entusiasmo del público pescalune que por primera vez en la historia llenó el recinto Francisco San Juan hasta la bandera por un no hay billetes adquirido desde hace varios días y por tanto, histórico. Cielo despejado, temperatura agradable, aire ligero que alejaba el letargo de los últimos días, un público ávido de fantasías que se marchaba visiblemente satisfecho con el espectáculo.
Comprensible ya que se trató en conjunto de una tarde denominada “entretenida” con varios momentos muy buenos y que terminó con una salida triunfal conjunta de Alejandro Talavante y Daniel Luque, llevando cada uno la cosecha de tres orejas.
Dos toros de la familia Gallon, bajos y cornicortos para rejones. El primero con movilidad, justo en fuerza y yendo a menos; el segundo más rápidamente aplomado y que complicó la tarea a la nimeña. Cinco toros de Victoriano del Río y uno de Toros de Cortés -3º, misma casa-, correctos a justos de trapío y cornamenta, los dos pequeños y cornicortos; más presencia el 3º y el 4º, todos agradables de cabeza y que ofrecieron juego con diversos grados de expresión, movilidad y brillantez. Todos monopicados en los tercios de varas a discreción, con una incidencia algo más acusada en el 3º y el 8º.
En la apertura del balón, la gardoise Léa Vicens, que llegaba como habitual a la Arena San Juan, se topó con un Gallon con movilidad pero que bajó su bandera en la segunda parte de una faena construida bajo una monta clásica y con algunos buenos pasajes de Bético con las banderillas. Rejón de muerte trasero et descabello.
Su segundo, apagado en dos tiempos, tres movimientos y limitado por su juego, privó a la nimeña de algunas algún toreo que habría elevado la nota de una faena sin eco ni brillantez, concluida con un rejón de muerte pasado.
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Sebastien Castella heredó en primer lugar un animal, bajo, corto y mal armado, recibido con un racimo de verónicas de buena nota, previas a un puyacito por la forma. Brindis al público antes de comenzar en tablas con pases por alto y concluir sabrosos remates por abajo. Ante un toro noble pero justo de son, el biterrois realizó una faena cristalina que incluyó varios movimientos diestros con mejor efecto, los de mayor profundidad. Por la izquierda iba menos fluido y todo iba un poco lento. Pinchazo, entera contraria y trasera. Oreja.
El maestro de Béziers dedicó luego su faena a Hadrien Poujol, piedra angular de Maestria Production. Faena iniciada por doblones sentidos frente a un toro bravito e inicialmente bien embarcada por la derecha, antes de que hombre y toro lograran entenderse con la zurda. Faena técnica, un poco alargada, a la que le faltaba son y vibración e iba naturalmente a menos. Estocada entera.
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Alejandro Talavante parece haber hecho de Lunel uno de sus escenarios favoritos. Tras su gran triunfo el año pasado, el maestro pacense se mostró especialmente decidido a repetir. Buenas verónicas de saludo para el animal que empujó, un poco, bajo el hierro y que demostró cierta bravura desde los primeros muletazos. Franela en mano, Talavante demostró pureza y dominio sobre la diestra, con desconcertante facilidad antes de pegar varios naturales profundos a un toro yendo a menos y más incómodo en sus embestidas. Bernadinas, espadazo y la debacle puntillero. Oreja bien celebrada.
Pero fue frente al excelente quinto que el extremeño dio su máxima expresión. Primero en una recepción de tres faroles y luego dulces verónicas. Conservado bajo el hierro de Miguel Ángel Muñoz, Armero, tras un buena quite de gaoneras, se se fue a la tela roja de un Talavante que pedía nada menos que poder expresar toda su torería y dejar correr libre a su inspiración. Comenzó arodillado luego la búsqueda de buena música en ambos lados. Al final de una intensa serie de derechas, una arrucina hizo levantar los tendidos. Talavante, ante la nobleza XXL del Victoriano, lo dio todo, al igual que el público de Pescalune que llegó a pedir la gracia a la bravura. El palco aguantó el choque, con razón, y Talavante vio volar los máximos trofeos con un pinchazo en el primer viaje. Completamente en su lugar con efecto rápido. Dos orejas innegables y vuelta al ruedo para Armero.
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Daniel Luque, por su presentación a orillas del Vidourle, inmediatamente apareció con ganas de lograr el éxito. Lo que hizo el andaluz en su primera salida. Suave en la capa de verónicas fundidas y parones, antes de un único y desagradable puyazo. Buen quite por chicuelinas ajustadas. Ante un buen toro, noble, con fondo pero justo de fuerzas, Luque se mostró técnicamente perfecto y entregado, usando sin impureza una muleta a la vez dulce y poderosa, sobre todo en la margen derecha con varios movimientos muy profundos, en la justa cadencia. Menos fluidez en la margen contraria donde el maestro de Gerena tuvo que emplear más dominio, en un hecho tapado a los vanos, concluido por luquecinas de la casa y un medio estoque demoledor. Dos orejas.
El sevillano completó su triunfal presentación en Lunel ante los últimos, los más complejos y los más viles bajo el hierro, siempre en un solo encuentro. Buena Verónica pies juntos y medio cartel. Pese a una faena más técnica y más irregular en el tramo, Luque encontró uno de los ecos más propicios para su actuación, hecha de temple y dominio de la que emanaron varias series de buena nota, notablemente en la diestra. Espalda entera y atravesada. Oreja, previa petición mayoritaria.
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