En Mont-de-Marsan… Mano à mano: 50 sombras de gris

20 julio 2024 Thierry Reboul

Arènes du Plumaçon de Mont-de-Marsan. Francia. Cuarta corrida de toros de las Fêtes de la Madeleine 2024. Lleno. El cielo poco a poco va cambiando del azul al gris. Seis toros de La Quinta. Doce puyazos, cuadra Bonijol.

Emilio de Justo: Silencio; oreja; y silencio con aviso.

Clemente: Oreja; silencio con aviso; y pitos.

Sobresaliente: Álvaro de la Calle.

Detalles:

Juan José Domínguez y Mario González saludaron en el segundo.

Presidente: Denis Labarthe

_______________________

El color que caracteriza esta cuarta tarde de la Madeleine 2024 es el gris. Gris como el color de los toros de La Quinta, pero eso lo sabíamos de antemano. El cielo se volvió gris y se llenó de nubes que hicieron el ambiente de Plumaçon más llevadero que el de los días anteriores. Gris como el comportamiento de los toros y toreros -un De Justo sin inspiración y un Clemente en grandes dificultades- que contribuyeron a hacer aburrida la corrida.

Gris como la moral de los aficionados que soportan una Madeleine que acaba convirtiéndose en una sesión de tortura cada tarde. Realmente hay que ser masoquista para soportar cada día corridas de tan poco interés. Afortunadamente los vecinos de tendido y callejón son amigables y el concierto de las bandas que siguió a la corrida trajo un poco más de color al pensamiento de los aficionados.

Los toreros

El desastre de ganadero continúa. El primero se echó antes de que el torero entrara a matar. Volvió a empezar tras un pinchazo. El animal se extinguió rápidamente. Emilio de Justo no insistió y mató rápidamente. Silencio para el torero. El tercero llevaba un recorrido de toro mexicano cansado por el transporte. De Justo se pasó adaptándose a su ritmo sin cruzarse. Ciertos pasajes de la izquierda salvan a una faena triste y concluyen con una espada muy hábil pero de efectos rápidos. Y cortó una oreja. El quinto fue noblote y no transmitió nada. Unos pasajes a la derecha no salvan a una faena sin emoción y mal rematada con la espada. Silencio

El segundo tuvo un buen pitón derecho. Clemente lo explotó sin mandar mucho en un toro que iba a menos, al igual que la faena que dejó la impresión de obra inacabada. La espada, hábil y caída, no tardó en surtir efecto. El francés cortó la primera oreja de la tarde. El cuarto fue deslucido y no transmitió nada. Después de una primera faena sin mucho interés, el francés inició una segunda con más investigación artística pero el toro ya no respondió. Silencio cortés después de una espada defectuosa. Clémente fue a menos. Su última faena, fue a un toro sobre el que debía mandar, no fue ni dominante ni artística. No tuvo ni fondo ni forma. La espada fue aproximada y el torero francés ha sido silbado por el público.

Los toros

Heterogéneos en su presentación, los toros de La Quinta se han comportado, para algunos, como mansos deslucidos. Los demás eran colaboradores sosos, insulsos y poco interesantes. Este tipo de animales sólo pueden existir con toreros capaces de inventarles cualidades que ellos no tienen. Los dos matadores de la jornada no tuvieron capacidad.

Toro a toro

Pregonero para Emilio de Justo

El primero estuvo bien presentado. Se frenó en el capote de Emilio de Justo quien lo recibió con clase. El toro creció sobre un cuerno durante el primer encuentro. No se empleó durante el segundo. Clemente hizo un buena quite con chicuelinas. De Justo respondió con una capa muy suave. El de la Quinta persiguió a los banderilleros en el segundo tercio. El prólogo de la faena clásico con doblones, el toro era noble. De Justo lo situó en el tercio. El bicho estaba justo de fuerzas y rápidamente intentó huir. A la izquierda estuvo apagado. Terminaba los pases con la cabeza por las nubes. De Justo fue a buscar la espada. El toro se tumbó en la arena antes de hacer uso de la espada. Un pinchazo y el toro se desplomó. Un tercio de la espada lo remató. Silencio para el torero y pitos para el toro.

Distinguido para Clemente

Clemente esperó al segundo a Porta Gayola. El saludo capotero por parte de Clemente fue espectacular. El toro era astifino pero más ligero. Acudió a un primer encuentro en varas mientras empujó. Colocado en el centro, embistió bien para un simple picotazo. Juan José Domínguez y Mario González saludaron tras un buen tercio de banderillas. El toro fue noble y Clemente ligó una buena serie por la derecha. Mucha clase en el torero y gentileza en el toro, la faena pareció ir por buen camino.

El toro comenzó a mostrar ser reservón y no humilló. Clemente siguió por la derecha sin realmente mandar ni centrarse. A la izquierda, el toro ha sido andarín. Clemente no enfrentó el problema que tenía en el redondel y decidió abreviar la faena sin concluirla. Torero, toro y faena se fueron a menos. Después de casi ser pillado mientras intentaba con la espada, el francés mató con una casi entera. Se protestó la oreja.

Sargento para Emilio de Justo

El tercero fue más pesado que los anteriores y huyó del capote de Emilio de Justo. Débil, salió suelto al sentir el contacto con la puya. Se defendió durante el siguiente encuentro y luego regresó al caballo por una vara ligera. Siguió un quite muy templado de Clemente. Mathieu Guillon fue excelente imponiendo las banderillas. De Justo brindó a Clemente.

Inició su faena con pases por alto, sin embargo, el toro era soso. La primera serie a la derecha aprovechando el viaje del toro, a su ritmo y con el pico de la muleta. Las siguientes series fueron un poco más profundas. Al toro le faltó chispa. Con la izquierda el torero citó de frente adaptándose a la lentitud del toro. Es bonito pero no hay emoción. Con habilidad manejó la espada cayendo el toro. También cayó una oreja.

Tratado para Clemente

Nueva Porta Gayola de Clemente, el toro sale al paso y empujó al torero. Sin ponerse en suerte el de La Quinta acudió a un fuerte puyazo mientras se defendía. La segunda vara fue ligera. En la muleta el toro de La Quinta ha sido deslucido. Tuvo poco recorrido y transmitió poco. El torero se entregó pero la faena careció de interés.

Clemente insistió innecesariamente. El toro cada vez fue más soso. El francés comenzó una segunda faena, más artística, para un animal al que no le quedaba nada en el vientre. Los siguientes muletazos han sido hermosos pero la emoción no quedó ahí. La espada plana, trasera y caída tardó mucho en hacer efecto. Sonó un aviso antes de que cayera el toro. Silencio

Clavelito para Emilio de Justo

El quinto fue más Saltillo. No se empleó en el capote de De Justo; después acudió a una primera pica metiendo los riñones pero sin mover al caballo. Hizo lo mismo en el segundo. Emilio de Justo brindó al público y comenzó su faena con doblones de autoridad. El bicho acudió bien y humilló en los primeros derechazos.

Bajó el ritmo a partir de la segunda serie. La tercera es casi como un sacacorchos. A la izquierda, el Buendía era soso y el torero luchó por encontrar el sitio. De Justo tiró la espada para dar naturales con la derecha, el toro embistió sin ritmo ni entrega. El torero pinchó y luego le dejó una fea espada trasera. La siguiente espada ha quedado ligeramente contraria. Sonó un aviso y el toro cayó. Silencio.

Rabioso para Clemente

El último fue el mejor presentado del encierro. Muy en tipo de Buendía. El toro empujó en la primera reunión. Luego se defendió durante el segundo encuentro. Clemente brindó también al público. Dio inicio su faena con elegantes doblones, el toro era noble pero andarín.

Su nobleza era insulsa y carente de transmisión. Clémente estaba completamente fuera de tema. Su lidia resultó caótica y su faena sin fondo ni forma. Rápidamente fue a menos, después el toro no dominado, siguió el mismo camino. Clemente dejó media espada y tardó mucho en hacer efecto. La cuadrilla estuvo a tono con la faena. Pitos para el torero y palmas para el toro.

_________________________________________