En Guadalajara… Andrés Roca Rey en figura

05 noviembre 2023 Jaime Sierra

Guadalajara, Jalisco. Domingo 5 de noviembre de 2023. Plaza de Toros El Nuevo Progreso de Guadalajara. Tarde soleada sin viento que invitaba a asistir a la tercera Gran Corrida de Toros. Con una magnífica entrada, lleno en los tendidos de sombra y sol, se lidiaron astados de la ganadería de Jaral de Peñas propiedad de Don Juan Pedro Barroso Díaz Torre para la lidia ordinaria que resultaron faltos de raza, sin fondo, mansos de embestidas sosas, amarrados al piso, en fin, difíciles para lograr que la tarde fuera inolvidable; uno de regalo de la ganadería de Fernando de la Mora que se dejó torear; y un novillo de la ganadería de Corlomé propiedad de Don Sergio Lomelí García que hizo sufrir al novel rejoneador Tarik Othón.

Tarik Othón: Silencio.

Joselito Adame: Silencio y oreja.

Andrés Roca Rey: Dos orejas y silencio.

Leo Valadez: Abucheado y silencio; salida al tercio en el de regalo.

Detalles:

Al finalizar el paseíllo se guardó un minuto de silencio por nuestros hermanos de Guerrero. Que solo fue interrumpido por gritos de dos personas que mostraron falta de respeto y educación.

El subalterno Diego Martínez levantó los Olés al lidiar con atingencia al novillo lidiado al inicio del festejo por el novel rejoneador Tarik Othón.

Los banderilleros Fernando García y Francisco Duran Viruta fueron ovacionados al parear el primero y el quinto de lidia a pie respectivamente.

De nuevo se da el toro de regalo que solo representa una ventaja para el alternante que lo hace.

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Definitivamente Andrés Roca Rey mostró él porque hoy por hoy es la figura número uno en el escalafón mundial y es que además de lograr una magnifica entrada en la plaza El Nuevo Progreso, hizo ver bueno un mansito que él fue haciendo con paciencia, entendiendo los tiempos, los terrenos y la lidia, mostrando el camino con el poder de su muleta hasta lograr meter al astado y embarcar, templar y mandar por ambos pitones en una faena que solo él visualizó y puso en marcha.

Toreó a placer desde los pases por alto tomado de las tablas, para llevar al sosito burel a donde él se planteó el inicio de lo que prendió la tarde. Toreó con una lentitud y limpieza por derechazos y naturales en tandas rematadas con largos pases de pecho de cabo a rabo escuchando el fuerte Olé de los tendidos.

Cito para torear por dosantinas y pegó tres de antología por la lentitud y templanza. Cerró su faena con luquesinas pasándose al toro a milímetros entre la algarabía de los asistentes que gritaban torero, torero, torero. Se perfiló y dejó una estocada entera ligeramente desprendida por lo que tardó en doblar el toro, llevándose un aviso y las dos orejas.

Con el segundo de su lote, nada bueno que contar ante un burel sin casta alguna y aunque lo intentó todo poco logró que fuera de impacto. Silencio.

Joselito Adame estuvo muy voluntarioso toda la tarde pero ante marmolillos sin raza poco se puede hacer. Lo más destacado fueron la serie de verónicas y media de recibo a su primero y las tandas cortísimas de derechazos -dos por tanda- y de pecho, así mismo el intento por pitón izquierdo sin lograr impactar. Después de los molinetes se perfiló para dejar media estocada tendida y caída y así retirarse en silencio.

A su segundo astado lo recibió a la verónica alternadas con chicuelinas bien recortadas con media entre los Olés. Tomó las banderillas y se lució en los tres pares para llevarse fuerte ovación. Su faena de muleta la inició de hinojos y fue todo lo que le aguantó el de Jaral de Peñas que ya no quiso moverse un paso, por lo que entro a matar dejando una gran estocada un la yema de efectos inmediatos, para llevarse una oreja premiando la perfecta ejecución de la suerte suprema.

Esta tarde no fue para Leo Valadez quien topó con lo más malo del encierro, a más de que los aceros no los traía bien afilados llevándose un aviso en su primer burel, por lo que se vio obligado a regalar uno de Fernando de la Mora que se dejó torear pero que por sus fallos con los aceros únicamente salió al tercio.

El otro alternante que sinceramente desentonó y no se entiende como anunciar al novel rejoneador Tarik Othón que ya había demostrado su verdor en anterior comparecencia, en esta ocasión no hizo mucha diferencia, lo mejor que hizo fue mostrar parte de su cuadra de finos caballos, ya que usó uno por cada rejón y cada banderilla que puso en todo el lomo del novillo de Corlomé, al que nunca entendió. Puso dos rejones de castigo, dos banderillas largas y el rejón de muerte. Silencio.

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La galería en breve

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