En Bilbao… Llegó Roca Rey y, con él, llegó el público

24 agosto 2023 Redacción

Bilbao. Jueves 24 de agosto 2023. 5ª de abono de las Corridas Generales de Bilbao. Llegó Roca Rey y la entrada rebasó las tres cuartas partes del aforo. Toros de Puerto de San Lorenzo, mansillos, sólo ha destacado el segundo.

Morante de la Puebla: Pitos y ovación.

Manuel Escribano: Oreja y ovación.

Andrés Roca Rey: Oreja y silencio tras aviso.

Detalles:

Concluido el paseo de cuadrillas, el público citó a, Andrés Roca Rey, en el tercio para tributarle emotiva ovación de gala.

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Orden de lidia -sorteo-

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Llegó, Andrés Roca Rey, la única figura del toreo en la actualidad, y llegó con el el público que hizo una gran entrada; después de haberse visto desolado el coso bilbaíno los días anteriores, ha sido edificante ver que un torero sí pueda convocar mucha, muchísima gente alrededor de su tauromaquia.

Con ello, vuelve a quedar claro que camina con caballo de hacienda, aunque sería mejor que confrontara con todos esos jóvenes toreros con argumentos, que los hay, y con toreros experimentados como lo hizo hoy con Manuel Escribano.

Debe hacer a un lado a los figurines que, pareciera -sólo pareciera- usan a, Andrés, para torear con plazas llenas, cuando esa oportunidad que les otorga, podría ser bien aprovechada por jóvenes con argumentos que sí enfrenten al toro en toda su magnitud.

El primero de, Roca Rey, ha sido un manso que como era evidente buscaba la salida. Decidió llevarlo de inmediato al centro del redondel y ahí comenzó a trazar su primera faena de esta tarde, en donde el mando, el aguante, el dominio y el temple convivieron en un festín de bien torear, para conseguir que ese mansesco ejemplar no hiciera de las suyas. Por ello, el toro, se acabó irremediablemente entregándose al imperio de Roca Rey y la faena consiguió importantes alturas que conmovieron a los ahí reunidos. Estocada y oreja.

El que cerró plaza no tenía el trapío digno para esta exigente afición, le faltó; como también le faltó esa raza y esa bravura para acometer. Roca Rey extrajo pases meritorios, pero insuficientes para consumar una faena de grandes alcances arquitectónicos. Ha estado mal con los aceros, toco quedó en el silencio.

Manuel Escribano con su habitual porta gayola hizo acto de aparición en el redondel en donde lució su inquebrantable voluntad. Al que cuidó en varas para que no se fuera para menos. Magnífico tercio de banderillas destacando al violín por su espectacularidad. El tercio final consumó una faena importante que ha sido del agrado del respetable. Así después de la estocada llegó la oreja.

Y, para no variar, Manuel, se fue a recibir a porta gayola a su segundo, sólo que esté -el toro- salió suelto y tuvo que improvisar con una larga cambiada. Desde entonces el toro mostró su “cariño” por las tablas, manso. Sí manso. Banderilleó y a pesar de que el toro mostró complicaciones luciría bien el torero. Lo llevó a los medios, pero era obvio que no le iba a funcionar en esos terrenos por la tendencia al refugio de las tablas que mostró desde el inicio. Sacó algunos pases, pero sólo han sido consecuencia de su plausible voluntad y entrega.

Ya sabemos que a, Morante, si no le sale el animalillo casi moribundo para pasárselo alrededor su su geografía corpórea por su caminar despacio, no hace mayor esfuerzo. Por lo que escuchó pitos.

Algo quiso hacer, Morante, con su segundo, unas verónicas cumplidoras con su habitual pose y luego un quite por chicuelinas. Para dar paso a una faena con sus buenas intenciones, que gustó a algunos, aunque no convenció para algo de mayor relevancia, porque no lo hubo.

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