En Arles… ¡Roca Rey en hombros!

Pierrick Charmasson 08 abril 202309 abril 2023 Francia, Por Pierrick Charmasson

Arènes d’Arles. Feria de Pâques 2023. Lleno. Toros de La Quinta. Peso de los toros: 500, 505, 510, 520, 525, 515. Caballería Bonijol: 12 puyazos. Vuelta al ruedo al 4º, Castañero, n°39 nacido en octubre de 2018 de 520 kilos.

Sebastián Castella: Silencio tras aviso, silencio tras dos avisos y silencio tras aviso.

Andrés Roca Rey: Oreja tras aviso, oreja tras aviso y dos orejas tras aviso.

Detalles:

Sobresaliente: Jeremi Banti.

Organización: Organización Ludi Arles

Presidente: Sr. Hebrard asistido por Sra. Para y Sr. Geyraud

Saludo del banderillero Mehdi Savalli en el 1ro.

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Dicen que la tauromaquia no interesa más… Sin embargo, la mejor respuesta a este cuestionamiento -que no me lo hago yo- la dio el público arlesiano este sábado de Semana Santa ya que a la hora del paseo, el anfiteatro romano desplegaba el lleno casi absoluto, quizá faltando unas diez entradas. Además, la gran multitud en las puertas obligó a aplazar el despeje de cuadrillas unos minutos.

En Arles, el regreso de los toros se celebró a bombo y platillo, con la Marsellesa que, con su entrega máxima, haría palidecer al coro republicano.

Máxima expectación en los tendidos, atestiguó la inmensa ovación reservada a Sébastien Castella por su regreso a Francia, por primera vez desde su retirada de los ruedos hace dos años. Un regreso, pese al resultado final de esta tarde, hay que calificar de milagroso cuando, tras una grave lesión en las vértebras, los médicos especialistas recomendaron un mínimo de dos meses de reposo. 20 días después estaba Sebastien Castella. Montera en mano.

La efervescencia también para encontrar en Provenza, el número actual de la tauromaquia. Andrés Roca Rey, estuvo a la altura de su reputación y su forma desde el comienzo de la temporada. Un mastodonte de toreros que pasó a pasos agigantados en esta tarde taurina.

Magistral de principio a fin, el peruano dejó boquiabiertos hasta a los aficionados más tiesos con su inteligencia y su lentitud en la construcción de sus faenas. Un crisol de estilo, poder, decisión. Un creador que dio la impresión de no pasar nunca del toro, al contrario de sacar todo el provecho y transformar las zarzas en tulipanes.

Se han lidiado seis toros de La Quinta, presentados correctamente, conforme al morfotipo de su encaste, sin exceso de peso ni desarrollo en cuanto a sus pitones. El segundo fue el más cómodo en su cornamenta; astifinos el tercero y sexto.

El encierro en el tercio de varas fue discreto, salvo cuarto y quinto que acudieron más de largo. Todos manejables en los últimos tercios con la nobleza y casta justas; mejores para torear han sido el primero, segundo y cuarto. Exigente y picante el sexto, violento por momentos el quinto.

El diestro peruano cortó la primera oreja de la tarde frente a Barquero, tras una faena en dos tiempos, bien remontó en la segunda parte, concretamente en el prodigioso final de decisión por dosantinas y sobre todo luquecinas al filo de la navaja.

Soberbio en el manejo del percal, el peruano encontró en Castañero un adversario idóneo para construir una obra capital. En total simbiosis con los vanos, el limeño ofreció una faena de espirituosa lentitud con la mano izquierda de la que emanaron varios naturales de trazos sublimes. Frente a un animal particularmente noble, ya que acudió a todas las invitaciones que le hizo el diestro.

Roca Rey, toreó hasta embriagar con el sublime néctar de su mágico toreo en una serie de circulares sencillamente “monstruosas”; el toro literalmente envuelto alrededor de la cintura. Luego vinieron, sin alguna razón, las insistentes peticiones de indulto a las que el palco presidencial, con certera razón no cedió. Obra XXL del peruano quien estropeó su creación con un feo bajonazo limitando los trofeos a una oreja. Vuelta al toro.

El último, Polluelo, fue el más hecho del encierro y el más bravo, fue hasta en dos ocasiones a los caballos abajo del estribo. Con inteligencia y el tiempo adecuado, Roca Rey demostró toda la dimensión que tiene en una faena muy técnica al principio y dejando hablar a su inspiración en el final. Cada vez más potente e imponente en la maestría. Cañonazo con la espada y dos orejas como premio. El segundo más discutible.

Duro, muy duro de soportar la comparación y el ritmo infernal que impone el sudamericano aun cuando tu nombre sea, Sebastien Castella.

El de Biterrois nunca se metió realmente en la confrontación, y si bien es cierto que sorteó lo menos indulgente, le ayudó poco. El torero de Béziers sufrió, primero, físicamente y no le podemos culpar, pero también en su forma de confrontar a sus adversarios. Con frialdad por momentos y dando la extraña sensación de quedarse sin ideas.

El diestro destacó, sobre todo, por la derecha al frente de su primero, Conejo, en una larga faena, acompañada tardíamente por la banda y salpicada de varios movimientos de buen tono en un conjunto perezoso.

Tuvo también frente a él al 3º Palillero, un animal sin son que no ayudó al de Biterrois a remontar la tarde. Complicado el quinto, Marselles, bravo al caballo pero violento en la muleta, sobre todo por la izquierda. Faena perezosa que concluyó por tres cuartos de espada baja.

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