En Garlin… García Pulido y Parejo en hombros
Arènes de Garlin. Novillada de primavera. Tres cuartos de entrada. Frío, un poco de viento, la lluvia dejó de caer en el primer toro. Novillos de Pedraza de Yeltès correctamente; presentados, discretos en el caballo. Vuelta al quinto novillo. Once puyazos. Cuadra de Bonijol.
Jorge Molina: Silencio con un aviso y silencio.
Guillermo García Pulido: Silencio con dos opiniones y dos orejas con un aviso.
Christian Parejo: Una oreja con un aviso y una oreja.
Detalles:
Presidente: François Capdeville
El premio Jean Ducos recayó en Guillermo García Pulido
Al final del paseo de cuadrillas, se rindió un emotivo homenaje a Marcelle Duvignau, la gran aficionada del Suroeste ya Jean Phi, miembro fundador de la Peña Garlinoise, fallecido recientemente.
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Siempre esperamos mucho de una corrida de toros de Pedraza de Yeltès, sobre todo cuando se trata de una novillada en Garlin. El de hoy solo será recordado porque es el décimo aniversario de la llegada de la ganadería a las arènes de Portes du Béarn. Correctamente presentados, los novillos fueron discretos en el primer tercio. A excepción del quinto, monumento a la nobleza, fueron violentos y muchas veces buscaron la querencia en el tercer tercio.
Jorge Molina, que se había clasificado durante la matinal Fiesta Campera, nunca destacó en sus novillos y también estuvo desacertado con el acero.
Guillermo García Pulido mató mal al primero, un bicho que funcionó mejor en el terreno de las tablas. Comprendió al quinto del festejo, al que le supo encontrar la distancia justa para embestir. Un quinto noble y que gracias a la lidia se fue a más. Cortó dos orejas tras una faena en la que supo aprovechar las bondades del novillo y finalizó con un buen espadazo.
Hemos visto las dos facetas de Christian Parejo. Es un torero experimentado, buen lidiador. Por su esfuerzo pudo extraer una muy buena serie para cerrar su primera faena de un novillo que recortaba su recorrido. En el sexto mostró su gran coraje con una faena tremendista que centró al público con un toro manso que se fue a menos.
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Toro a toro
El primero fue alto y sin exceso de peso. Suelto cuando acudió al capote de Jorge Molina. Tomó un primer puyazo defendiéndose violentamente. Lo mismo ocurrió en el segundo. Manso, fue complicado hasta para banderillear. Después de brindar a Philippe Tort, Molina inició su faena por la derecha. El de Pedraza tuvo recorrido pero fue brusco. Después de una serie en la que repitió, se volvió cada vez más suelto y violento por ambos pitones. Jorge Molina intentó ponerlo en el centro del ruedo, pero volvió a la querencia. El novillero sufrió ante los defectos del toro sin poder corregirlos. La última serie al hilo de las tablas fue lo mejor de la faena. Con la espada muy mal.
El segundo mostró cierto interés por las tablas. Fue muy mal picado. A pesar de ello, hubo un buen quite por chicuelinas de Parejo, mientras García Pulido respondió con gaoneras que resultaron enganchadas. El de Pedraza busca el terreno de las tablas. Cuando Pulido, lo citó desde el centro, tuvo medio recorrido e intentó huir. Cuando el novillero lo cita en el tercio dejándole la muleta baja, el novillo embistió y hasta repitió en la muleta. Nuevamente probó en los medios, el novillero se desbordó. Tras dos buenas series en la querencia, el final de la faena fue muy desordenada. Silencio para el torero tras medio estoque bajo y cuatro descabellos.
Buen recibimiento en el capote por parte de, Christian Parejo, el tercero del festejo, tuvo un buen primer encuentro con el caballo empujando; luego un picotazo. Tras dos buenos pares de banderillas de Marco Leal, el novillero brindó al público. Violento, el de Pedraza careció de recorrido, dio la vuelta rápidamente. Parejo se arrima y entrega. A fuerza de insistir y aunque el viento molesta, consiguió una buena serie por la derecha. Por la izquierda resultó más complicado y el chiclanero prolongó innecesariamente la faena. Le cortó una oreja tras un pinchazo y una casi entera.
El cuarto el más bajo y más rematado de los otros tres. Bien picado, empujó un poco durante el primer encuentro con la caballería. Débil, está menos involucrado en la segunda reunión. El toro fue noble pero menguado de fuerza. Jorge Molina sumó muletazos bruscos y sin transmisión que acentuaron la debilidad del utrero. La faena, demasiado larga, rápidamente aburrió. Nuevamente silencio tras dos pinchazos y un feo bajonazo sin comprometerse nunca.
El quinto fue morfológicamente muy diferente a los demás novillos de la corrida. Bien hecho, entra trotando a la arena, cuando los de Pedraza son toros que suelen galopar. Tomó un primer puyazo sin empujar. Acudió un poco más en el segundo encuentro. Estábamos lejos de lo que esperábamos (o esperaba) de un Pedraza de Yeltès en el primer tercio. El toro fue noble pero careció al principio de la faena de transmisión.
García Pulido, con inteligencia, lo citó de lejos y alarga los pases. Torear así provoca que el novillo se rompa y vaya a más. Se convirtió entonces en un monumento de nobleza que el novillero explotó con eficacia y cierta clase. Sumó pases con ambos pitones consiguiendo al final buenas series lo que transmitió entre el toro y el público. Hubo cierta petición de indulto, justificado para algunos por la gran nobleza del de Pedraza. El novillero alargó la faena y con razón, el presidente le pidió que pusiera punto y final. La estocada resultó soberbia y bien colocada además de efectiva. El palco sacó los dos pañuelos para el torero. El pañuelo azul, para el Pedraza, no fue necesario dado el primer tercio.
Sentimos que Parejo decidió salir a pelear y no dejar que García Pulido saliera solo en hombros. Recibió por largas afaroladas de rodillas el último novillo, más en tipo de Aldeanueva. La suerte de varas fue complicada. El novillero se estrelló contra las tablas. El de Pedraza tomó un sólo un puyazo aventando cornadas de manso por todo el peto. Y como manso que fue, se quedó durmiendo en el peto del caballo durante mucho tiempo dejando la energía que llevaba.
Christian Parejo comenzó su faena con cambiadas. El novillo fue desordenado, corto de recorrido y suelto. La faena resultó espectacular, tremendista, destacando la enorme valentía del novillero pero no pudo corregir las fallas del novillo como sí lo hizo Pulido en el anterior. Fue una faena más para el público. Christian Parejo apostó por la espada que dejó entera y espectacular. Las gradas pidieron y consiguieron las orejas que le abrieron la Puerta Grande al novillero.
En hombros salieron García Pulido y Christian Parejo. La salvación de Curro Sánchez, la alcaldía, se justifica por los diez años de fidelidad entre Garlin y Pedraza de Yeltès, no por la calidad del encierro presentado.
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En breve la galería fotográfica de Philippe Latour
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