En Monterrey… Sólo una oreja para Gilio en una muy triste noche en la que fue pitado Roca

17 febrero 2023 Carolina Reyna

Monterrey, Nuevo León. Viernes 18 de Febrero 2023. Noche fría y triste, muy triste, acaso y habrán llegado con mucha generosidad a la media plaza los asistentes. Se llevó a cabo el primer festejo de este 2023 en la Monumental de Monterrey, con impresentables astados de Bernardo de Quirós, mansos, débiles, chiquillos; de su cornamenta la tristeza me pide que siga meditando.

Juan Antonio Adame: Palmas y ovación.

Roca Rey: Palmas y pitos.

Arturo Gilio: Oreja y palmas tras aviso.

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Una vergüenza, sí una auténtica vergüenza que en una plaza de primera se autoricen toros tan chicos y de muy dudosa edad sólo porque en el cartel estaba, Roca Rey, y había que complacerle su imposición para su comodidad.

Sin embargo, queda muy claro que el único responsable de esta atrocidad es quien detenta la suprema autoridad: el juez de plaza. No hay de otra.

Porque Roca Rey podría exigir hasta que le bailen el Cerro de la Silla en los tendidos, será el juez de plaza quien exija orden y respeto para el coso regiomontano

Roca Rey en su fallida campaña mexicana, se ha dedicado a exigir las ganaderías que no desea ver el gran público, porque mandan toros mal presentados, mansos, descastados y mucho más; y los resultados están a la vista, el fracaso.

Lo peor que se lleva de bruces a sus alternantes, porque ellos sólo tienen que obedecer. Si hubieran tenido la osadía de levantarle la voz al monarca del empequeñecimiento, y cambiar la ganadería por toros bien presentados, bravos y encastados, otra habría sido la historia que les contaré.

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– **Los animalitos seleccionados para Roca Rey. Foto: Leonardo Guzmán**

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Y comienzo.

Una muy desafortunada y triste despedida fue para el matador, Juan Antonio Adame, quien con el abre plaza pudo realizar una labor con ambas manos un tanto forzada, debido a lo rajado del toro y porque en cada pase, el animalito solo quería buscar su querencia. A, Juan Antonio, no le quedaba más que estar encima del manso. Culminó su faena con medio estoque ligeramente trasero y tendido. Algunas palmas del generoso público que sufría el inaguantable frío.

Con el último toro de su carrera nada pudo hacer. Así como se lee. Nada pudo hacer. Por más esfuerzo que hacía con el fin de poder sacarle pases, pareciera que frente a, Juan Antonio, tenía una tabla o un inamovible poste. Sí, como los que hay en la calle de luz o teléfono que sólo tiene que estar ahí.

Aparte de que en cada cite no faltó que el bovino cayera tendido a la arena cual hoja de árbol en Otoño. Por lo que decidió ponerle final en un breve lapso de tiempo. El público le ovaciono y le pidió dar una vuelta al ruedo por tratarse de su despedida.

La primera figura del toreo, Roca Rey, pero sólo de España, Francia y Sudamérica, porque en México, ya será muy difícil que entre en el gusto del público nacional, se ha dedicado a imponer un simulacro de toros, o de chiquitines y eso le ha llevado a fracasar.

Cuando veía con suma tristeza a, Roca Rey, quien al parecer está tratando de tomar el pésimo camino de las decadentes figuras, sin importarle el respeto al público; me dijo un aficionado sumamente enfadado: “… a este le tenía mucha esperanza de que cambiara para bien a la Fiesta, pero resultó igual que los demás, ni ganas de volverle a ver”, y se salió de la plaza.

Eso de imponer los “toros” sólo lleva a acabar con nuestra bella Fiesta, pero bueno eso es parte de la consecuencia de que en la noche de hoy no pudiera triunfar. Con esos torillos que impuso todos saben que no sirven para mucho.

Con el segundo de la noche también un astado anovillado manso, consiguió una serie de muletazos con ambas manos a donde no le quedo más remedio torearlo. El burel huía buscando el refugio para su mansedumbre. No paso nada y después de una entera de de oficiar con apuros con el descabello hasta en dos ocasiones se fue en medio de la gélida noche hasta el callejón.

Con el segundo de su lote nada pudo hacer, porque la mansedumbre y debilidad eran asfixiantes. Le fue tocado una aviso después de dejar medio acero en el tercer viaje.

Roca no se puede quejar porque fue la ganadería que el escogió.

Arturo Gilio, con el tercero que presentó más movilidad hizo una labor de mérito por ambos lados. Sin embargo, por el lado izquierdo el toro tendía a quedarse más corto en su recorrido; es más, en una ocasión el toro lo arrolló, debido a que el torero se descubrió y le mostró camino para que hiciera por él. Puso punto final dejando un estoque entero pero caído, aún así el juez le regaló una oreja.

Con el cierra plaza se le vio voluntarioso, tan voluntarioso qué hasta cubrió el segundo tercio, con más voluntad. Ya con la tela roja tenaz estuvo con ambas manos, lo que le permitió estar en el gusto de la gente. Pero desafortunadamente, no tuvo suerte con el estoque ya que hasta un aviso le fue sonado.

En medio de la tristeza que me ocasionó el festejo, me dirigí a casa y mi mente no dejaba de reflexionar en hasta dónde puede llegar un torero con tantas posibilidades como, Roca Rey, pero que carece de crítica para analizar todos los errores que comente, lo que le puede llevar a perderse en el camino; o quizá, ya está perdido.

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