En Valdemorillo… Puerta grande para Juan Ortega

Valdemorillo (Madrid). Domingo 5 de febrero 2023. Segunda de la Feria de San Blas y La Candelaria. Toros de José Vázquez, el tercero como sobrero, resultaron mansos, con cierta movilidad que no fue suficiente.

Diego Urdiales: Silencio, palmas y silencio.

Juan Ortega: Ovación, oreja y oreja.

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Y en el mano a mano tan esperado porque se trataba de dos tauromaquias en donde la inspiración permite que sus innatas cualidades regalar auténticas obras de arte. Por supuesto, cuando frente a estos artistas hay toro con casta y bravura que una vez domeñado regala a través de su nobleza su clase, calidad y recorrido.

Sin embargo, las cosas se complican cuando frente a ellos la mansedumbre complica las buenas intenciones.

Así le ocurrió a, Diego Urdiales, algo pudo hacer cuando dibujó una bonitas verónicas que ahí quedaron como lo que fue un anuncio que no pasó a más. El toro no peleó en caballos y anduvo por ahí divagando. Con la muleta ha sido peor, mientras Diego buscaba meterlo en la muleta el toro huía porque no quería pelear. No pasó más allá de unos doblones que mostraron la torería de Diego como una estela de algo que llegó y se fue como suspiro.

Con su segundo, tercero del festejo, tuvo que ser devuelto a los corrales, por lo que, Diego, decidió correr el turno, saliendo el que hizo quinto. Otro manso que buscaba urgentemente las tablas y a pesar del loable esfuerzo de, Urdiales; no pasó a más.

Como quinto salió el que estaba reseñado como primer sobrero. Tuvo movilidad pero su mansedumbre tendió al genio, a la violencia. Por eso hizo muy bien el torero en doblarse para intentar imponerse, pero acabó siendo un esfuerzo inútil.

Juan Ortega a su primero le saludó con el capote con una pierna casi paralela a la arena y algo pudo dejar de su buen toreo. Destellos con ambas manos con su característico toreo serio de fina arquitectura que llegó a interesar a los tendidos. Lástima grande ha sido que la espada no tuviera una colocación ortodoxa y todo quedó en el aire.

Nada relevante con el capote pudo ocurrir con el cuarto del festejo, en varas no hubo pelea. Otro manso para variar en este festejo. La primera parte tuvo un episodio donde la derecha consiguió extraer meritorias series con el buen toreo convocando a todos al reconocimiento. Era manso y ese factor tendría que salir necesariamente a relucir, redujo los terrenos y pudo dejar algo de su toreo de calidad. Algunos ayudados por alto con buen trazo. Y esa espada. A pesar de la colocación hubo una oreja.

Con el que cerró plaza, un manso reticente en su andar, de embestidas cortas. El prólogo de su faena fue con pases por alto, el animalillo acudió pero le faltó. Juan no se quiso quedar sin concretar y expuso dentro de lo que es su concepto. Así extrajo series meritorias con ambas manos que tuvieron reconocimiento entre el público. Una oreja poniendo el corazón por delante recibiendo feo derrote, pero consiguió el cometido, otra oreja y la puerta grande que abre sus ilusiones para este 2023.

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