En Nîmes… Juan Leal logra el doble trofeo
Nîmes (Francia). Sábado 19 de septiembre 2020. Coliseo Romano. Tercera de la Feria de la Vendimia. Se lidiaron toros de Garcigrande (1º y 5º) y Domingo Hernández, mal presentados, con falta de raza, salvo el tercero. Lleno en el aforo permitido.
Daniel Luque, quien sustituyó a José María Manzanares: Ovación con saludos tras aviso y ovación con saludos.
Juan Leal: Dos orejas y vuelta al ruedo tras petición.
Marcos, quien tomó la alternativa: Ovación con saludos tras leve petición y silencio.
Detalles:
El toricantano Marcos recibió la alternativa con el toro Borrachito de nombre, herrado con el número 95, de 526 kilos de peso, nacido en 09/15, negro de capa, con el hierro de Garcigrande.
Se llevaron a cabo todas las medidas para luchar contra el Covid-19.
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Daniel Luque recibió con su estilo por verónicas, pero el toro perdió las manos. De repente, en el caballo fue muy poco castigado en las dos entradas. Entró en quite Juan Leal. Brindo al público. El toro fue noble, quizo embestir, pero no tuvo las fuerzas físicas. Daniel Luque lo dominó con soltura, pero el ligazón fue difícil de conseguir por la falta de motor del de Domingo Hernández. Se necesitaron todas las habilidades del torero de Gerena para que el conjunto despegue, especialmente durante las luquecinas finales, sin enmendarse, que obtuvieron el favor del cónclave. Mató con dos pinchazos y una entera en su sitio. Fue ovacionado tras un aviso.
Con el cuarto, de Domingo Hernández, fue muy distraído. Durante la lidia, puso en apuros al banderillero Jesus Arruga que milagrosamente se salió con la suya y para el recuerdo, un buen susto. El toro tomó dos puyazos. La faena nunca tuvo su ritmo, el toro demostrando su falta de clase. Daniel Luque hizo el esfuerzo con autoridad, pero sin llegar despertar las gradas, a excepción de las luquecinas que vinieron, una vez más, a poner fin a su labor. Mató de una estocada que resultó lenta, tuvo que usar el vergudillo y todo acabó en una ovación.
El tercero, otro de Domingo Hernández, para Juan Leal, salió frío durante el capoteo de recibo. Fue llevado a la cabalgadura con un soberbio galleo por chicuelinas. En la segunda vara, el toro reveló una cierta bravura. Brindó al público e inicio la faena con tres pases cambiadas de rodillas en los medios del redondel, lo que entusiasmo el conclave. Después de haber citado al toro desde lejos y haber podido comprobar que respondía a sus cites, el de Arles regresó rápidamente en las cercanías que tan le gusta y donde se lo envuelve en su geografía corpórea en un terreno ultra reducido. Toreo tremendista. Con valentía y abnegación, dejó una faena con dominio, aunque con algunos enganchones. Remató con luquecinas de rodillas. Mató de una gran estocada con un peculiar volapié y cortó las dos orejas.
Juan Leal saludó al quinto, de Garcigrande, que quedó inédito con el percal. Fue llevado al jinete para dos puyazos sin historia. Entró en quite Marcos por chicuelinas. Brindó al público. Inició su faena con pases cambiados en los medios. Ante un oponente descastado y en la defensiva, el torero de Julián Guerra volvió a demostrar su abnegación para sacar, en la medida de lo posible, algunos muletazos dignos de su estilo. Lo intentó de uno en uno sin sacar provecho de esta lidia. Fue tirado en los aires afortunadamente sin consecuencias en la parte final su trasteo. Mató con otro volapié típico en él y tras una petición de oreja dio una vuelta al ruedo.
El toricantano Marcos se enfrentó con un ejemplar de Garcigrande, tomó dos varas cualquieras ante un quite magistral de Daniel Luque. Ceremonia alternativa y brindis al cielo. Este primer ejemplar demostró rápidamente su falta de raza y entrega con un toque de violencia. Detrás de su mirada de adolescente, Marcos mostró mucho estoicismo y aguante. Pero nada que permitiera que la faena cogiera vuelo. Mató de una buena estocada de efecto fulminante y tras una leve petición, recibió las ovaciones del respetable.
Con el cierra plaza, Marcos recibió el de Domingo Hernández, con una larga afarolada de rodillas, antes de colocarlo en una suerte desastrosa para un primer encuentro. En la segunda vara, fue un poco más académico. Brindó al público. En el inicio de la faena, el toro embiste con envidia y los muletazos se suceden con buen son por el pitón derecho. Se le complico algo más con la mano zurda. Marcos mostró algunas deficiencias como durante su primera lidia, el toro terminó deteniéndose. El toricantano, sin embargo, intentó una final por luquecinas, con un resultado bastante convincente. Desafortunadamente, serán necesarios cuatro intentos para tumbar al burel. fue silenciado.
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