En Béziers… Perera indulta uno de Robert Margé en un exitoso festival
Béziers (Francia). Domingo 16 de agosto 2020. Segunda de abono. Festival beneficio para el centro hospitalario de la ciudad. Se lidiaron sietes reses de distintas ganaderías francesas, en este orden Fermín Bohórquez, Philippe Cuillé, Pagès-Mailhan, Robert Margé, Olivier Fernay, Málaga y un sobrero de regalo de Gallon. Lleno de “No hay billetes” en el aforo permitido (5000 espectadores).
Lea Vicens: Ovación.
Sebastián Castella: Dos orejas.
Manuel Escribano: Dos orejas.
Miguel Ángel Perera: Indultado.
Paco Ureña: Oreja.
Y el novillero Carlos Olsina: Ovación.
Y el sobrero de regalo, de Gallon, fue lidiado entre toda la terna: Dos orejas.
Detalles:
Tras el paseíllo, se dió un minuto de aplausos a todo el personal hospitalario, tras del cual sonó el himno español y la Marseillaise con el público en pie.
El cuarto con el hierro de Robert Margé, de nombre Ruinart, herrado con el número 134, negro de capa, fue indultado.
A la muerte del séptimo se rindó un emotivo homenaje al empresario y ganadero Robert Margé quien se despedía de su labor empresarial tras treinta y dos años al frente de este coso.
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Apoteósica la tarde que cerró la primera Feria post-Covid en Francia. Es cierto, que había propósitos: El vigésimo aniversario de alternativa de Sebastián Castella, el adiós a la profesión del empresario taurino Robert Margé, todo incluido en un Festival beneficio para el centro hospitalario de la ciudad tras los numerosos fallecidos por la pandemia.
Un éxito en cuento a los trofeos cortados pero el colofón llego de las manos de Miguel Ángel Perera que tras un impresionante guantazo logró un faenón al astado de Robert Margé y que acabaría con el indulto.
Un indulto que no es reglamentario en un festival, pero la exitosa tarde y el conjunto de lo celebrado hizo que se pueda perdonar. No dejó un sabor agridulce, al contrario. Fue una tarde de las mas muy bonitas para el recuerdo, y sobre todo para Robert Margé y su familia.
Con el astado que abrió el festejo, un ejemplar de Fermín Bohórquez para la rejoneadora Lea Vicens dejo sus sólidos argumentos. Llegó a templar las embestidas con precisión, clavo tres banderillas en terreros comprometidos, y dos cortas dejando ver su maestría en doma vaquera.
Tuvo transmisión su labor. Mató con un medio rejón tras pinchar, seguido de tres descabellos. Ese remate le valió seguramente para perder el trofeo. Fue ovacionado con saludos.
Con el ejemplar de Philippe Cuille que correspondió a Sebastián Castella, lo saludó por verónicas seguido de chicuelinas. Brindó su trasteo a toda la terna, y empezó un último tercio bajo las notas del Bolero de Ravel en perfecta harmonía con la propuesta del torero de Béziers.
Lo toreó por ambas manos en una faena a más. Formó un” gazpacho” recortando las distancias e impulsando su dominación en unos muletazos sin enmendarse las zapatillas. Mató de una gran estocada y se le concedió las dos orejas, incluso con petición de rabo.
A Manuel Escribano le tocó el burel de Pagés-Mailhan y fue a recibirlo a portagayola. El diestro de Gerena recibió una calurosa ovación tras haber banderilleando con soltura y eficacia, el ultimo par al violín quebrando en tablas. Brindó su labor muletera al empresario Robert Margé.
Frente a su oponente corto en sus primeras embestidas, el andaluz desarrolló su oficio con gran técnica para poder extraer el mejor de su ejemplar. Unas tandas muy bien logradas por naturales, también el trasteo ganó en intensidad y dejó, gracias a su voluntad y oficio, naturales muy ceñidos. Mató de una casi entera fulminante que le valió para el doble trofeo.
Miguel Ángel Perera heredó del ejemplar de Robert Margé que recibió por verónicas y una media de buen sabor. Tras el tercio de varas, el diestro de Badajoz realizó un magistral tercio de quite con tres tafalleras y gaoneras que despertó los olés del conclave.
Brindó al público e inició su propuesta de rodillas, de pronto recibió el astado de Margé en un violentismo guantazo en la espalda, nos hizo temer lo peor, pero Perera tomó la vertical sin secuelas. Encontró el sitio idóneo, Perera dejó un faenón para las delicias de los asistentes. Frente a su noble oponente, Perera se enroscó con el Margé en una muleta poderosa y magistral, dejando una tauromaquia profunda y variada.
Se lo pasó por todos los lados sin llegar a mover ni un centímetro sus zapatillas. Remató con luquesinas y no cabía ni un alfiler en las reuniones. La petición de indulto aumentó hasta que el palco no tenga más remedio de conceder la excepción reglamentaria. Vuelta al ruedo triunfal compartida con el ganadero Robert Margé.
El torero de Lorca recibió tímidamente su ejemplar de Olivier Ferney. Brindó su faena a Sebastián Castella. En la muleta de Paco Ureña el estado permitió que se expresara en un estilo muy clásico y puro, dejando autenticas bellezas. Su trasteo culminó con el pitón izquierdo dejando naturales muy templados y profundos llenos de torería con el compás abierto.
En la suerte suprema, el español dejó una estocada un pelín desprendida, pero de efecto rápido. El trofeo le fue concedido, pero el alguacilillo, despistado, se le olvidó concederla, tuvo que ir a por ella en el patio de arrastre y entregársela.
El novillero local Carlos Olsina recibió un astado con el hierro de Málaga de fuertes hechuras, pero escandalosamente despuntado. El novillero ordenó dos puyazos que sin dudas fueron un exceso.
Brindó a Manuel Escribano e inició su labor muletera de rodillas en la misma cara del burel, desgraciadamente, el ejemplar se fue rápidamente muy a menos y sin fuelle a pesar de los bonitos acordes de la Opera Carmen. El de Béziers intentó en vano construir una digna faena. Mató de una fea estocada atravesada y un pinchazo, el astado se hecho. Fue invitado a recoger una ovación.
El conjunto de la terna decidió regalar el sobrero con el hierro de Gallon. Castella salió para darle los primeros capotazos antes de que Escribano se encargue de llevarlo a la montura de Lea Vicens quien hizo de picador. Ureña hizo la brega cuando Perera dejó un quite por chicuelinas antes de recibir otra voltereta.
La terna Escribano y Olsina se juntaron para un quite por colleras en navarras. El tercio de banderillera cayó en las manos de Escribano, Castella y Perera que hicieron levantar el respetable.
En el último tercio iniciado por Paco Ureña quien nos enseño las virtudes nobles de ese burel, dejó paso a Carlos Olsina que pudo mostrar sus cualidades con una tauromaquia madura que hizo el agrado del público de Béziers. Escribano fue designado para estoquear a este Gallon, logrando una estocada entera sin puntilla. Dos orejas para la terna que pasearon juntos.
Un verdadero espíritu campero para un festival que dio mucho ánimo en este periodo de crisis tan complicado.
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