Jusef Hernandez Medina: Ser torero, es algo con lo que se nace y se concreta
Cando la vida y el destino se unen y transforman tu esencia, te muestran el camino a seguir, y todo cambia, sin casualidades, simplemente llegas a al lugar donde perteneces, así la vida llevó a Jusef Hernández Medina a pisar ruedos.
De vida sencilla pero de trabajo duro en el campo donde formas parte del mundo, entre la naturaleza y el infinito, ahí se forjó con disciplina y ahí encontró su destino.
Parte de la vida del novillero yucateco, nacido en la blanca Mérida un 23 del año de 1995, que nos la comparte en esta plática: (Respetando el confinamiento esta es una ciberentrevista).
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– Por qué quiso ser torero?
“Mi vida siempre ha estado ligada a la vida del campo, ese lugar donde muchos se pierden, yo me encuentro a mí mismo, el contacto con los animales, la soledad de la naturaleza, y el sonido de las noches, todo ese mundo mágico se apega a mí vida, ese lugar donde no existe lo prosaico, donde hay epifanías.
“Todo esto está ligado a la vida de un toro Bravo y con ello a la vida de un torero, creo que es algo que no se decide, el ser torero, es algo con lo que se nace y se concreta, crecí en el mundo donde crecen los toreros o la mayoría de ellos, y seguiré caminando porque es mi única ruta.”
– ¿Cómo comenzó tu historia?
“Comencé formalmente cuando Saúl, un amigo del colegio me invitó a entrenar con él en la escuela taurina de la ciudad de Mérida, al ver que me gustaba el mundo del toro me comentó que él entrenaba y fue algo que me pareció interesante pues desde niño mi padre me llevaba a los toros, no sabía que había una escuela taurina así que nunca pasó por mi mente entrar a una hasta ese entonces.
“Empecé sin aspiraciones ni ilusiones pues lo tomaría como un hobbie y sentía que estaba grande para eso puesto que veía que todos comenzaban prematuros, entrenaba a diario aunque no tenía ilusión por adentrarme tanto, pero llegó el famoso ‘mal de montera’ llegó mi primera tienta, mi primera vaca, mi primer traje, mi primer festival, mis primeras vivencias, hasta ser una primera necesidad”.
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– ¿Cómo llegó a la Plaza México y lo que tuvo que vivir para conquistar su reconocimiento?
“Siempre me gusta platicar sobre esto, puesto que todo lo que he vivido ha sido una película para mi, sin duda alguna me gustaría trascender para poder platicar más a fondo mis vivencias, siempre veía las corridas por la televisión y como cualquier niño me reflejaba en aquella pantalla.
“Cuando comienzo a tomar con seriedad esto me hice una promesa, no conocer la monumental plaza de toros México hasta torear en ella y así fue, no la había visto más que en la televisión, hasta que vi mi nombre anunciado en un cartel en el 2017.
“Año muy duro para mí en lo personal porque dejé la escuela, no pase el examen de ingreso para otra carrera, en los ruedos ni hablar y ver ese cartel me hizo pensar que por algo me había sucedido todo eso pero no fue así, ese día se me cerro aún más la puerta, no triunfe y tres días antes fallece mi abuelo con quien veía las corridas en la tele.
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“Por fin me vería a mí en esa pantalla, me desanime, aun así, de la mano de mi apoderado el matador Adrián Flores, decidimos seguir para buscar otra oportunidad, pasaban los días, meses incluso años, no veíamos ninguna hasta que me vi desesperado y salte al ruedo.
“En ese camino he pasado por lo que todos o la mayoría de los Toreros hemos pasado, los toreros que crecen en la guerra, en los pueblos de Dios, en los tiempos de antaño los viajes en el camión de los caballos, desveladas, desilusiones, injusticias, sentir el hambre de querer ser torero.
“Esas son vivencias únicas, esas que se desahogan con una lagrima sosteniendo una oreja en la mano, esas que se quedan como partes bonitas, sin sabores amargos, que se reviven entre platicas y en las noches de melancolía”.
– Sin dejar de considerar los momentos actuales que vive la humanidad, y este momento tan delicado, ¿cómo vive el coronavirus?
“Mi vida siempre ha sido en el campo y en mi pueblo, nos dedicamos a la crianza de pollo y pavo, esto afecta de muchas maneras, pero en el campo el trabajo no para, los animales tienen que comer, hay ganado que alimentar, maderas que sembrar, árboles para regar, sembrar, agradecer a Dios por cada día que nos da para continuar y nos sirve de meditación, para reflexionar y recrearnos”.
– El mundo taurino también recibió ese estoconazo, ¿cómo ve el panorama tras esta pandemia?
“El panorama taurino si fue un golpe duro, tenía fechas por delante, estaba en buen momento habiendo triunfado en México y Zacatecas y por supuesto en mi tierra, me perfilaba a tener un buen año pero siempre he dicho que por algo pasan las cosas, más tiempo de preparación y concentración, que hoy en día tenemos que saber quiénes somos antes de querer ser alguien más”.
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– El mundo continúa y la fiesta continuara, ¿cómo se ve Jusef Hernández en el futuro?
“Me veo en tardes importantes, con emociones por transmitir a los tendidos, me veo como un posible futuro para la fiesta, me veo en mi pueblo con mi gente, viviendo del toro y devolviendo todo lo que la vida me de, dentro y fuera del ruedo”.
Con estas palabras el novillero André Jusef Hernández Medina, nos entrega parte de su historia, parte de sus sueños, y nosotros los que amamos la fiesta esperamos seguir viendo nuevos valores y futuras figuras del toreo mundial.
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