Apu Saywa, el impulso ganadero del Perú

18 diciembre 2019 Martín Campos

Apu, en Runa Simi o Quechua, la lengua ancestral de los Incas, refiere a lo totémico, lo divino, la deidad y sus maneras representativas. Mientras que Saywa o Auki, es el espíritu que encierra dicha divinidad…”.

Apu, en Runa Simi o Quechua, la lengua ancestral de los Incas, refiere a lo totémico, lo divino, la deidad y sus maneras representativas. Mientras que Saywa o Auki, es el espíritu que encierra dicha divinidad. Según la cosmovisión andina, lo primero contiene el lado palpable que se muestra evidente; lo segundo, la energía desprendida de aquello.

Apu Saywa, entonces simboliza dos aspectos de una misma entidad, telúrica y mística. Es la magnificencia de aquella energía que emana de la propia naturaleza y que se sobrepone al hombre que le rinde veneración y en la cual se encomienda.

El Apu es una montaña generalmente, un cerro tutelar, al cual el poblador andino atribuye influencia en los ciclos vitales de un territorio bajo su tutelaje, como un valle, una quebrada o extensiones aún mayores.

Suele suceder que también el toro bravo y montaraz que el conquistador español introdujo en estas tierras y cuyos habitantes idealizaron como representación de la fuerza de la naturaleza, represente una visión simbólica del Apu.

Como el toro castaño y veleto del mismo nombre que retoza plácidamente en los potreros de la también llamada Ganadería Apu Saywa enclavada en la zona de Quiscos, distrito de Yura, Arequipa. Sur del Perú. Allí, entre las dos fincas de propiedad de la familia Quispe, con don Maximiliano Quispe ─el patriarca familiar─ y sus hijos Wilber y Juan de Dios Quispe han forjado desde año y lustro atrás, esta joven y emprendedora rehala de bravo.

Tiesas de Santa María se llama la estancia que comprende 60 hectáreas y que cobija a labrantíos de orégano, arverja, quinua, papa y otros propios, que se dejan cultivar pródigos en medio del pedregoso terreno de las laderas descendentes, donde felizmente el agua se recibe permanentemente desde las alturas. Al lado derecho, el Apu Chachani, con sus más de seis mil metros de altura, se yergue majestuoso dominándolo todo y su saywa alienta el espíritu tenaz de sus beneficiarios, la familia Quispe.

Invitados por don Wilber Quispe, nos hemos trasladado hasta aquí por una razón especial: se inaugura la ganadería con su primera tienta luego de seis años de conformada. Para ello fue muy grato poder conversar con su propietario:

─Don Wilber Quispe, cuéntenos cómo se forma la ganadería Apu Saywa…

“De siempre tuve el sueño de poder criar ganado bravo en estas tierras que adopté como mías. El año 2014 adquirí un lote de veinticinco vientres de Juan Bernardo Caicedo, uno de los más prestigiosos ganaderos de Colombia. Luego me hice del semental “Agorero” que fue indultado por Gómez del Pilar en Cutervo el año 2016. Nuestro ganado es enteramente Caicedo, los trajimos cumpliendo todas las exigencias sanitarias reguladas en ese momento.”

─Entonces la procedencia de su vacada corresponde por línea directa a Domecq…

“Así es, el encaste que tenemos es Domecq y Torrestrella vía Juan Bernardo Caicedo. Con ello buscamos es un toro con clase y presencia pero también con bravura y temperamento.”

─¿Pero usted y su familia son de otra parte, cómo se asentaron aquí en Arequipa?

“Somos de la provincia cusqueña de Chumbivilcas. Por cosas del destino me vine a Arequipa y conocí estas tierras. Un día se me ocurrió que eran la zona ideal para asentar la finca. Busqué a los dueños y se las compré. La segunda parte de la finca se la compré a un gringo que me la vendió a un precio inmejorable.”

─Proviene de esa tierra lúdica del Qorilazo, donde los jinetes desafían al toro provistos apenas de una ticlla o manto tejido, en una forma de ensayo coreográfico que confiere a su identidad luminosidad, fuerza vital y tenaz sentido de insumisión…

“En mi tierra, los jinetes capean al toro y muestran sus destrezas como laceadores y vaqueros. Allì los toros se dan de manera costumbrista, sin muerte.”

─Su gandería se ubica muy cerca de Arequipa, eso le da un posicionamiento estratégico adicional…

“Aparte de ello, las fincas se encuentran sobre los 3,100 metros sobre el nivel del mar por lo que el ganado desarrolla caja pulmonar y resistencia para ser lidiados en lugares de altura, esto a diferencia del ganado costeño que sufre mucho en esas circunstancias.”

─Imagino que al principio las cosas fueron más difíciles, significa un gran reto el proponerse la crianza de toros bravos…

“Las cosas no son fáciles, por supuesto, con decirle que no había nada y el vecino más cercano era tan solo el silbido del viento que por las tardes bajaba desde el cordón de cerros que ve al frente. Hemos levantado esto como se dice piedra por piedra.”

─Pese a casi resultar ya un lugar común, decir que todo esto se sustenta básicamente en pura afición no es faltar a la verdad, pero indudablemente existe una férrea tenacidad que lo ha impulsado. ¿Me equivoco?

“En absoluto, como dice usted, fue un comienzo muy duro y por momentos desalentador pero gracias al apoyo de mi familia, mis padres, mi hermano, mi sobrino, y por supuesto mi esposa, estamos viendo con satisfacción que vamos por el camino correcto. La afición por todo esto me viene inculcada por mi padre, con él y mi familia nos proponemos engrandecer la ganadería.”

─La finca, con sus dos sectores, luce muy bien puesta…

“Las partes construidas han dotado de una placita de tientas con todas las habilitaciones: área de mangas, corrales, chiqueros y un ruedo perfectamente definido, con valla y burladeros adecuados. Aparte están en cada finca, los potreros que como ve son extensos. Primero adquirimos una parte y posteriormente la otra.”

─¿Volviendo a la extensión de su vacada, con cuántas reses cuenta actualmente?

“Poseo más de medio centenar de vientres, aparte de añojos, erales y novillos que preparamos para las fiestas de esta parte del sur.

“En la finca Apu Saywa tenemos a los vientres, las vacas con sus becerros. En Tiesa de Santa María, a los machos.”

─Este año, en Velille, su toro Apu Saywa, castaño y abierto de cara, resultó triunfador del concurso de ganaderías…

“Así es, obtuvimos el primer puesto este año, en el concurso realizado en el distrito de Velille. Ahí lo tengo al toro listo para apartarle un lote de vacas.”

─Su afición no se limita solo al toro bravo, también cría caballos…

“Otra de mis pasiones es la crianza del caballo andaluz y de carrera. Nos han dado crías, potrillos y yeguas que seguramente en los próximos años saldrán a las ferias. Los caballos de pura sangre de carrera corren en Puno, Cuzco y Apurímac. Tenemos ya un caballo F1 producto del cruce de un potro de pura sangre y una yegua criolla.”

─¿ A mediano y largo plazo, cuál es el objetivo trazado por usted como ganadero?

“La verdad, queremos que nuestros toros sean lidiados en las plazas importantes del país, dado el auge existente, que las figuras nacionales llegasen a torearlos, los toreros de fuera que vienen y por supuesto nuestra figura mundial Roca Rey. Ese es mi sueño inmediato.”

─¿Hoy se dará una tienta, cuántas becerras se echarán y quienes participarán de la misma?

“Soltaremos unas quince vacas para ser tentadas a su turno por los matadores de toros Freddy Villafuerte, Cristóbal Pardo, Gustavo Zúñiga, Anderson Rodríguez y el español Luis Gerpe. Repasarán los novilleros Rivera del Pilar, Julio Alguiar y Renato Baca. Los picadores son César Ordoñez y Cristian Cahuantico, y los caballos de la cuadra de Virgen de Chapi.

“Hemos traido al sacerdote, que es mexicano, de la zona de Tabasco, taurino y amigo nuestro, para que bendiga las instalaciones y ofrezca la misa.”

─Algunas palabras finales ganadero, diríjase a la afición en general y felicitaciones por esa admirable afición y esfuerzo, enhorabuena !

“Agradecido por esta visita suya a la ganadería, del mismo modo invito a los aficionados para que vengan a visitarnos a la ganadería Apu Saywa, de Qiscos, Arequipa donde contamos con ganado apto y garantizado, para que se realicen festejos exitosamente en todo el territorio nacional.”

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