En la Monumental México… La apasionada entrega ante la adversidad
Monumental Plaza de Toros México. Domingo 08 de Diciembre 2019. Sexta corrida de la Temporada Grande. Cerca de un cuarto de plaza, unas 8 mil personas. Se lidiaron astados de Xajay, propiedad del arquitecto Javier Sordo-Madaleno y Bringas, cinco de ellos resultaron minúsculos, el quinto y sexto tuvieron presencia; mientras que el tercero ha sido un mini pequeñajo que fue estentóreamente protestado por el respetable por su pequeñez. Todos resultaron mansos y débiles. El enloquecido buenazo de Brauny ordenó un arrastre lento al segundo, siendo muy protestado por el público ahí reunido.
Sebastián Castella: Saludó en el tercio tras aviso y palmas.
Paco Ureña: Silencio y saludó en el tercio tras aviso.
Octavio García El Payo: Saludó en el tercio tras aviso y silencio.
André Lagravere El Galo, quien confirmó la alternativa: Silencio tras aviso y vuelta tras petición de oreja.
Detalles:
Después del despeje de cuadrillas se escuchó ovación de gala en recuerdo del matador Fernando de la Peña, quien falleció el reciente viernes.
El Galo confirmó la alternativa con Capitán con 519 kilos.
¡Pifias!
Siguen las pifias desde el palco de la nula autoridad, ahora en la persona del buenazo de Brauny, quien pareció fuera de sus cabales al ordenar un arrastre lento para homenajear a la mansedumbre, a la invalidez -al menos que existan intereses extra taurinos para tal motivo-.
Tendrá que ser la inútil Comisión Taurina de la Ciudad de México que preside Vicente Bandín la que averigüe por qué se aprueban astados sin la presencia plena del toro íntegro, y se ordenan homenajes a la mansedumbre en el arrastre lento.
No obstante, todo hace ver que la Comisión Taurina se hace de la vista gorda, quizá porque también lleva un interés en todo esto, de lo contrario obligaría a cumplir el marco legal.
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El toreo no es graciosa huida sino apasionada entrega”: José Alameda.
Esta frase de mi amigo y maestro el inolvidable Pepe Alameda, que en gloria está; no sólo incluye estrictamente a los toreros, sino también a los ganaderos sobretodo aquellos que comparecen en la Monumental México, quienes no lo hacen con el rigor y respeto que deberían de imponer en sus encierros; y por supuesto a los señores empresarios.
Xajay había sido el bastión de la casta y la bravura, quiero seguir pensando que lo ocurrido este día resultó un bache del que le urge salir, para devolverle a esta ganadería su razón de ser.
Sí esa razón de ser que le ha acompañado en la historia taurina, durante muchos años en México.
Con relación a la minúscula presencia, las épocas de fechorías han pasado hace mucho, esa falta sistemática de respeto al gran público quedaron en un pasado del que nadie se quiere acordar por inaceptable, indigna y reprobable.
Justo este tipo de cosas alejó al gran público de la Monumental México…
… y, Javier Sordo-Madaleno, un hombre inteligente y triunfador aquí, así como en otros menesteres, debe tomar nota clara y contundente de lo que ocurrió en este festejo en cuestión.
Primero porque la gente quiere ver toros bravos y encastados; y segundo, porque los exige aparecer impecablemente presentados.
Sí, toros con sus cornamentas intactas y desarrolladas, con presencia y trapío de toros con más de cuatro años y todo lo que anuncie y cumpla con un toro bravo en su plenitud.
Pero esto…
… esto, sólo lo puede solucionar Javier Sordo-Madaleno, junto con sus compañeros ganaderos y empresarios.
En este contexto salieron cuatro toreros a luchar contra la adversidad, la faena más impecable, rítmica, y en conjunto de mayor armonía, fue la creada con su primer astado por, Sebastián Castella.
El francés supo hacerse del astado que barbeó las tablas, con el capote lo metió en el engaño. Tras el simulacro en el tercio de varas, la faena de muleta tuvo pasajes importantes merced al aguante y sólida técnica de Castella.
Resultaba impensable la armonía en esta faena, sin embargo, ahí estuvo. Series correctamente estructuradas con ambas manos resultaron el halago al selecto paladar taurino, sobre todo, porque el notable esfuerzo de obligar y conducir a un astado manso, consiguió la faena impensable.
Lástima grande que haya perdido los trofeos por la falla con el acero.
Con su segunda faena, Castella, volvió a estar con la apasionada entrega total, pero no así su ejemplar, al que volvió a sacar pases de importancia que el público supo aquilatar, y se lo hizo notar con los estentóreos ¡olé!.
Nuevamente mal con el pincho, sin embargo el público le reconoció al igual que con su primero, la apasionada entrega.
Paco Ureña, fue también la apasionada entrega, con dos ejemplares que no dijeron nada. Incluso su primero resultó protestado por su pequeñez. Se esperaba que en un acto de contrición, el buenazo de Brauny, lo devolviera a los corrales pero…
… pero no.
Quizá el mayor esfuerzo de Paco, se aprecie con el manso y descastado sexto que le correspondió; un astado al que obligó a tal grado que lo dejó vacío, sin nada para poder andar. Series breves y contundentes con la diestra vimos, pero al final poco pudo trascender, y eso ha sido una pena.
El Payo dejó un saludo capotero lleno de cadencia al cuarto -su primero- y anunció mucho. Y en favor del torero, debemos de reconocer que cumplió a pesar de que el toro, sólo tuvo poca movilidad en medio de su asfixiante mansedumbre.
Así con un burel que acudió con la cara alta y deslucido, le fue estructurando una faena interesante. Todo ha sido labor del torero, al extraerle a esa piedra de mansedumbre una propuesta que no parecía tener, y que estuvo llena de momentos trascendentes. De no haber sido por las fallas con el acero se habría levantado con una oreja.
Su segundo fue similar al cuarto del festejo, pero aquí se desdibujó, El Payo, si bien ha sido otro manso y descastado ejemplar, no porfió como en su primero, y todo quedó en las buenas intenciones.
Aunque de buenas intenciones…
… ¡están llenos los caminos al infierno!
El Galo, quien confirmó alternativa, estuvo con una voluntad y entrega inobjetables en sus dos ejemplares.
Si bien es cierto no tenían faena adentro sus astados, El Galo con toda y su poca experiencia, puso el corazón sobre la arena y consiguió episodios de voluntad inquebrantable.
Cubrió en ambos bureles el tercio de banderillas, y sobre todo con su segundo tras faena de pasión total, dejó un espadazo que entusiasmó por la entrega, a algunos seguidores, quienes exigieron una oreja, que no autorizó el buenazo de Brauny.
Al final, cuando casi no había nadie, y nos retirábamos en medio del silencio de una plaza vacía, la nostalgia apuntó hacia la casta y la bravura, hacia el toro íntegro, hacia el toro pleno con edad, trapío y presencia.
Sólo eso será lo que salve en definitiva a nuestra Fiesta de los ataques que se perpetran en contra de ella.
¡Dígase la verdad… aunque sea motivo de escándalo!
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– En breve la galería del Maestro Sainos
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