En Madrid… Emotiva despedida de El Cid en medio de la apasionada entrega
Las Ventas. 4 de octubre de 2019. Cuarto Festejo de la Feria de Otoño. Casi lleno. Toros de Fuente Ymbro y Manuel Blázquez (2º bis). Mansos en líneas generales, con poca fuerza en el caballo. Los mejores fueron el cuarto y el quinto, que se mostraron más encastados.
Manuel Jesús El Cid: Silencio y vuelta al ruedo
Emilio de Justo: Silencio tras aviso y ovación
Ginés Marín: Silencio en ambos.
____________________
El primero de la tarde era para El Cid, en su despedida. El toro embistió al caballo aunque con poca fuerza, y se dejó picar en este tercio, no sobresalió especialmente en banderillas, ya que embestía a media altura y con falta de clase.
En la faena de muleta trató el diestro de entender su condición dándole distancia y tiempo. El toro, a pesar de ello, no ganaba celo y arremetía con la fuerza justa.
No se vio ligazón de pases en su actuación, y la faena no caló entre los aficionados, por lo cual recibió el silencio.
En cuarto lugar, salió un cinqueño que sería el último a lidiar en Madrid para El Cid. Decidió brindar al público la faena, cuando cosechó una calurosa ovación. De hechuras no iba mal, sin embargo, no tuvo una condición de embestir en la faena de muleta.
La fuerza le fue faltando. No pudo por ese motivo redondear su actuación pero sí dejó un buen sabor de boca al colocar la espada por todo lo alto.
Salió un sobrero de Manuel Blazquez por la invalidez y descoordinacion del segundo. En el caballo no luchó demasiado. Emilio de Justo decidió brindar el toro al tendido para empezar la faena con un aplomo muy suyo y de buen gusto.
Impuso su verdad con la muleta. Por el pitón derecho se movió con clase pero aprovechó ya en los últimos momentos para dejar pequeñas dosis de pases al natural con los pies juntos que gustaron en el tendido.
La pena fue a la hora de matar, dejando dos pinchazos y una estocada trasera.
El quinto de la tarde fue para Emilio de Justo, quien trató de torear con la capa a un toro que arremetió ligeramente mejor que los anteriores. En el peto arreó con celo, pero más tarde en banderillas no dio signos de más bravura.
La palabra que definió la faena de muleta fue colocación. Una característica importante que debió emplear el diestro. A base de colocarse y ganarle pasos, pudo extraer muletazos de calidad por ambos pitones. La condición del toro cada vez era más lisa y De Justo no pudo hacer más.
El tercero, para Ginés Marín fue un toro que siguiendo la tónica general de la corrida que se había estilado hasta el momento, tuvo mansedumbre y poca fuerza en los compases de la lidia. No arremetió con el debido empuje al peto, y siempre acudió con la cara alta.
El despropósito continuó en la faena de muleta, en donde el diestro trató de entenderlo, pero la condición del toro tornó tal empresa en imposible ya que carecía de bravura alguna.
No bajó la cara en ningún momento, y dicha condición solo le permitió extraer algún muletazo suelto, pero sin cuajar una faena redonda. Pinchó en sendas ocasiones, y a la tercera le dio una media estocada.
El sexto y último fue para Gines Marín, quien recibió por chicuelinas y mucha entrega. El brindis fue para su compañero El Cid.
La faena decidió comenzarla en los medios para ocultar las querencias del astado. No terminó de encontrar el punto a un animal que no tuvo movimientos demasiado limpios y aptos para la lidia. La estocada fue trasera y cosechó el silencio.
En conclusión, una tarde de despedida por un trabajo bien hecho. El Cid volvía a hacer el paseíllo en Madrid, plaza que tanto le ha dado y él tanto ha aportado. Como decía la pancarta: Un torero de Madrid. Esto forma parte de los toros, arte en el que se entrega un torero a los demás y finalmente estos son los que le devuelven ese cariño. Hoy “He estado en los toros”.
_____________________________________
__________________________________________________________________________
Entrar a ver el programa de televisión TOROS EN EL MUNDO TV
__________________________________________________________________________
